Tipos de comederos para perros
Así como no todas las mascotas son iguales, los comederos para perros deben ser diferentes y amoldarse a las necesidades o hábitos de cada animal. En este artículo te contaremos cuáles son las diversas opciones que tenemos disponibles en las tiendas.
Qué tipos de comederos para perros existen
Antes de elegir o comprar el comedero para tu mascota, es muy importante que conozcas bien sus gustos y hábitos a la hora de comer. ¿Es de esos que devoran el alimento en segundos? ¿Se trata de un animal que lleva su plato de aquí para allá? ¿O quizás suele comer un poco, esperar un rato y luego volver a empezar?
Para cada uno de ellos existe un recipiente diferente, el cual sea adapta a sus necesidades o conductas. Una vez que conozcas las opciones y para qué tipo de perro es recomendado, te será más fácil la elección. ¡Después es cuestión de elegir un color o un diseño especial para tu mascota!
Ten en cuenta que cada uno de los comederos para perros tiene sus particularidades, sus beneficios y sus ‘contraindicaciones’. Por este motivo es necesario analizar y comparar las alternativas. Algunas de ellas son:
1. Comedero automático
Ideal para aquellos dueños que no están mucho tiempo en casa, o que al encontrarse ocupados a veces se les ‘pasa’ la hora de la comida de su mascota. Se trata de un aparato con dos recipientes: en el primero se coloca el pienso –que no sirve para alimento húmedo– y el segundo es donde el perro come.
Funciona con un reloj gracias al cual se puede programar la hora en la cual ‘cae’ la comida; también se puede elegir la cantidad de alimento. Incluso hay algunos modelos que se pueden manejar desde una aplicación en el móvil. Puede ser una buena idea si nos vamos el fin de semana y no tenemos a alguien de confianza que vaya a alimentar a nuestro can.
2. Comedero de acero inoxidable o aluminio
Puede tener diferentes formas o tamaños, pero es uno de los comederos para perros ideales cuando el animal es muy inquieto a la hora de la comida o si al terminar quiere morder el plato y jugar con él.
Lo único malo en este caso sería el peso del recipiente, pues los comederos de plástico suelen ser bastante ligeros y fáciles de transportar. La buena noticia es que se lavan sin problemas y duran más que los confeccionados con plástico.
3. Comedero con obstáculos
Si cada vez que le sirves la comida a tu perro crees que sería el ganador indiscutible en el récord Guinness al animal más glotón del mundo, este comedero es ideal. Está hecho de plástico y, a diferencia de los demás, cuenta con unos ‘montículos’ en el centro, los cuales hacen que el pienso se atasque y el ansioso animal tenga que hacer un esfuerzo mayor para comerlo.
Por supuesto que si tienes un can glotón no dejará de serlo por usar este comedero, pero lo cierto es que al menos tardará un poco más en devorar su ración. El objetivo es que descanse entre bocados y evite así atragantarse, sufrir trastornos gástricos o intestinales, vomitar, tener hinchazón abdominal o aumentar de peso.
4. Comederos de plástico
Son los típicos platos o recipientes que se venden en las tiendas de mascotas y, si bien hay diversos modelos, lo cierto es que no siempre son del todo recomendables para los perros. Uno de los principales motivos es que el material con que se confeccionan puede ocasionar alergia en los animales.
Además en el caso de que el perro coma en el exterior del hogar y el comedero esté expuesto al sol o a la lluvia, en seguida se estropeará. También puede propiciar la aparición de insectos u hongos si quedan restos de comida pegada.
5. Comederos según el tamaño del perro
No podemos ofrecerle lo mismo a un chihuahua que a un mastín napolitano. Y no nos referimos únicamente a la cantidad de comida, sino también al plato que utilizan.
En las tiendas podemos hallar recipientes con paredes bajas para mascotas con hocico corto, con mayor circunferencia para razas como el bóxer o más ‘alargados’ para perros como el galgo afgano.
6. Comederos de altura
Por último, un tipo de recipiente para los más glotones y que se puede ajustar a la altura de la cabeza. Esto evita que el animal tenga que hacer un esfuerzo mayor para alimentarse, y previene la torsión de estómago.
