Síndrome postvacacional en perros: ¿por qué ocurre?

Al volver a casa, los humanos no son los únicos que pueden sufrir síndrome postvacacional. Averigua aquí cómo ayudar a tu perro si lo está padeciendo.
Síndrome postvacacional en perros: ¿por qué ocurre?
Sara González Juárez

Escrito y verificado por la psicóloga Sara González Juárez.

Última actualización: 09 febrero, 2022

Volver de las vacaciones no es plato de buen gusto para casi nadie, pero no solo los humanos lo sufren: también existe el síndrome postvacacional en perros. Si al regresar de un viaje tu can se comporta de forma poco habitual, puede que esté padeciéndolo.

En las siguientes líneas, podrás leer una definición más detallada de este síndrome y algunos consejos para evitar su aparición o mitigarla si ya la estás observando. No pierdas ojo, pues encontrarás mucha información útil.

Síndrome postvacacional en perros: ¿qué es?

Aunque se le ha dado el nombre de síndrome postvacacional, este desorden emocional canino no funciona igual que en humanos. Para nosotros, a grandes rasgos, se trata de un periodo depresivo o de ansiedad por la vuelta a una rutina que resulta desagradable y de la que habíamos desconectado por un periodo más largo de lo habitual.

En perros, sin embargo, se trata más bien de una dificultad de adaptación a volver a su rutina habitual de forma brusca. ¿Qué factores de este cambio pueden afectar a tu compañero canino? En la siguiente lista, te presentamos los más habituales:

  • El perro ya no pasa tanto tiempo contigo, ya que has vuelto a tus obligaciones diarias.
  • Su actividad desciende: en vacaciones, el animal ha participado en excursiones o ha salido más tiempo de lo normal, por ejemplo.
  • Recibe menos estimulación mental y física: si al volver a casa se aburre, puede que el can acabe sintiendo ansiedad.
  • El animal tiene una personalidad más propensa a sufrir por cambios en la rutina.
Un perro en la playa con su dueña.

Síntomas del síndrome postvacacional

Puede que cuando vuelvas de tu periodo vacacional tu can comience a mostrar comportamientos impropios de él o haga algo preocupante. Algunas de las conductas que generalmente indican la presencia de un síndrome postvacacional son los siguientes:

  • Deposiciones anormales: si tu perro sufre ansiedad por el cambio, es posible que orine y defeque en casa. La variación drástica de horarios para «ir al baño» también puede haberle afectado en este sentido.
  • Reclama atención de forma constante: en las vacaciones, seguramente el can recibía más atenciones de todos los miembros de la familia. Al volver a casa, esto se reduce forma brusca.
  • Está más activo y nervioso de lo habitual: ya no hace tanto ejercicio como en vacaciones, aunque el cuerpo le pide moverse.
  • Apatía y/o anorexia: puede que los comportamientos atípicos se vayan por el otro extremo y su actividad se reduzca, el can se muestre triste o incluso no quiera comer.

Además, si el perro se adapta mal al cambio de rutina, puede que desarrolle un trastorno de ansiedad por separación. En este caso, encontrarías conductas velcro del perro hacia su tutor, mal comportamiento cuando no está en casa y otros síntomas.

Es importante saber identificar los signos de este trastorno, pues causa un gran malestar al animal y puede ser fuente de accidentes graves.

¿Qué hacer si tu perro sufre síndrome postvacacional?

Es fundamental, en primer lugar, conocer la personalidad de tu mascota, ya que eso te permitirá estimar el riesgo de que este cambio brusco en su rutina le afecte de forma negativa. Para prevenir la depresión postvacacional en un can —o mitigarla, si ya la está sufriendo—, aquí tienes una serie de consejos:

  • Intenta que el cambio sea lo más progresivo posible: puedes volver de las vacaciones un par de días antes para que el animal se acostumbre poco a poco a la vuelta a casa.
  • Saca al perro a pasear con más frecuencia: esto le ayudará a ir adaptando su actividad poco a poco a la nueva rutina. Las necesidades fisiológicas también se acompasarán al nuevo ritmo, lo que previene que empiece a hacer sus necesidades dentro de casa.
  • Dale mucho cariño: una ración extra de mimos todos los días será de gran ayuda en el proceso de adaptación. Esto también es bueno para perros inseguros que puedan sentir que los cambios son un sinónimo de castigo.
  • Aumenta la cantidad de enriquecimiento ambiental que le proporcionas: que el perro esté entretenido es fundamental para no caer en la ansiedad que produce el aburrimiento. Si además le otorgas estímulos al can en los periodos que pasas fuera de casa, ayudarás a prevenir la aparición de de ansiedad por separación.
Un goldendoodle corre en la playa.

La importancia de un buen diagnóstico

Toda esta información tiene el objetivo de ayudarte a prevenir e identificar una situación que puede afectar al bienestar de tu perro —y a tu tranquilidad—. Sin embargo, si sospechas de que puede haber un problema grave en el animal, lo más recomendable es acudir a un profesional en etología canina y/o veterinaria.

Ponerse en manos de un experto es importante ante cualquier duda, porque puede que el cambio de conducta se deba a un problema de salud física. Antes de pensar en trastornos del comportamiento, se deben descartar otras enfermedades.


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