Síndrome de Cushing en perros: ¿cuáles son los síntomas y el tratamiento?

El síndrome de Cushing se caracteriza por los elevados niveles de cortisol en sangre. Descubre en el siguiente contenido las implicaciones de este desorden endocrino en la salud canina.
Síndrome de Cushing en perros: ¿cuáles son los síntomas y el tratamiento?
Sebastian Ramirez Ocampo

Escrito y verificado por el médico veterinario y zootecnista Sebastian Ramirez Ocampo.

Última actualización: 21 junio, 2023

El síndrome de Cushing en perros se origina por una alteración del eje hipotálamo-hipofisario-suprarrenal, que se encarga de regular y producir la hormona cortisol en los caninos.

Esta condición —también conocida como hiperadrenocorticismo— puede tener un impacto significativo en la salud y calidad de vida de nuestros animales de compañía. Continúa la lectura de estas líneas para conocer los motivos por los que se produce, los síntomas clínicos y las medidas que a tomar para su tratamiento.

¿Cuáles son las causas del síndrome de Cushing en perros?

Perro corre a gran velocidad, gracias al cortisol que lo prepara para la huida.
El cortisol prepara al cuerpo para situaciones de huida o lucha. Crédito: Aleksandr Tarlõkov/Pixabay.

Una investigación divulgada en la revista Canine Medicine and Genetics precisa que el cortisol juega un papel clave en la respuesta fisiológica frente al estrés, porque prepara al organismo ante situaciones que comprometan la supervivencia. Además, interviene en el metabolismo de azúcares, grasas y proteínas, así como en el control de la presión arterial y la regulación del balance hídrico en el cuerpo.

El estímulo para su producción inicia en el hipotálamo, mediante la secreción de la hormona liberadora de corticotropina (CRH). Esta sustancia se encarga de activar la hipófisis para que genere corticotropina (ACTH). A su vez, estimula las glándulas suprarrenales, con el objetivo de que secreten el cortisol. Estas últimas, también conocidas como adrenales, se ubican por encima de los riñones.

Por lo tanto, cualquier alteración en este proceso hormonal conduce a que los niveles de cortisol en sangre aumenten, lo que provoca el síndrome de Cushing en perros. De acuerdo con un artículo publicado en la revista General and Comparative Endocrinology, se pueden identificar tres causas principales:

  • Tumor hipofisario: representa del 80 al 90 % de los casos de hiperadrenocorticismo en perros. La neoplasia, por lo general benigna (adenoma), causa una sobreproducción de ACTH en la hipófisis. Este fenómeno estimula a las glándulas suprarrenales a secretar más cortisol de lo necesario.
  • Tumor suprarrenal: se presenta en un 15 a 20 % de los perros con síndrome de Cushing. En este caso, las neoplasias pueden ser benignas o malignas (adenoma o adenocarcinoma) y conducen a las suprarrenales a producir un exceso de cortisol.
  • Origen iatrogénico: a diferencia de las anteriores, el hiperadrenocorticismo se genera por la medicación continua con fármacos glucocorticoides como la prednisolona.


¿Qué síntomas presenta el perro?

Si bien esta enfermedad puede aparecer en cualquier tipo de perros, los canes de avanzada edad, obesos y de algunas razas como schnauzer, jack russell, yorkshire, west highland terrier y el bichon frisé son más propensas a padecerla. Así lo exponen los autores de un artículo publicado en el Journal of Small Animal Practice, quienes analizaron más de 1000 casos de hiperadrenocorticismo en mascotas.

De acuerdo a una publicación del Journal of Veterinary Internal Medicine, entre los principales síntomas que aparecen por el síndrome de Cushing se distinguen los siguientes:

  • Poliuria y polidipsia: el animal orina con mayor frecuencia, por lo que bebe más agua para compensar la pérdida de líquidos. Se presume que es por el aumento del flujo sanguíneo hacia los riñones, debido al cortisol.
  • Polifagia: se presenta un incremento en el apetito y en la ingesta de alimentos. Se desconocen las dinámicas que intervienen en este desorden.
  • Distensión abdominal: el cortisol produce una debilidad de los músculos abdominales, por lo que el vientre adquiere una forma de péndulo.
  • Alopecia bilateral: se genera por una atrofia del folículo pilosebáceo. Es fácil distinguirla de otras patologías dérmicas, pues la pérdida de pelo es simétrica en ambos lados del cuerpo.
  • Otras anormalidades de la piel: como hiperpigmentación, pérdida de elasticidad y grosor, lesiones escamosas por depósitos de calcio e infecciones constantes.
  • Hepatomegalia: por acción del cortisol, se produce un mayor depósito de glucógeno en el hígado, lo que aumenta su tamaño.
  • Obesidad: dado que el cortisol participa en el metabolismo de los lípidos, su alteración lleva a un mayor depósito de grasas en el cuerpo.
  • Fatiga y debilidad muscular generalizada: debido a la acción catabólica del cortisol.
En casos más graves y avanzados de la enfermedad, se presenta hipertensión arterial, insuficiencia renal, diabetes y desórdenes del sistema nervioso central.

El American Kennel Club advierte que muchas veces los dueños confunden los síntomas con signos de envejecimiento. Esto se debe a que aparecen de forma gradual y pueden pasar años antes de completar un cuadro clínico.



¿Cómo se detecta del síndrome de Cushing en perros?

Perro con canula recostado.
Se debe medir la concentración de cortisol en sangre, antes y después de cada prueba, para evaluar la respuesta al estímulo. Crédito: Istockphoto.

El diagnóstico del hiperadrenocorticismo en perros se basa tanto en la identificación de los signos clínicos, como en los resultados de diferentes analíticas. En estos casos, se recomienda realizar cuadros hemáticos, glicemias, uroanálisis, biopsias, radiografías y ecografías para conocer el estado funcional del organismo.

No obstante, de acuerdo con una investigación publicada en la revista In Practice, existen dos pruebas que permiten hacer un diagnóstico más preciso de la enfermedad de Cushing en perros:

  • Test de estimulación de ACTH: consiste en inyectar hormona ACTH sintética, con el objetivo de estimular a las glándulas suprarrenales para que produzcan cortisol. En perros con hiperadrenocorticismo, la respuesta es exagerada, mientras que en canes sin esta patología los niveles de la hormona son normales.
  • Test de supresión con dexametasona: este fármaco glucocorticoide se suministra para evaluar la respuesta del eje hipotálamo-hipofisario-suprarrenal. Por un lado, los canes sanos deben manifestar niveles bajos de secreción de ACTH, debido a que el cortisol lo aporta una fuente exógena. Sin embargo, en perros con síndrome de Cushing, los niveles de ACTH y de cortisol permanecen elevados.

Por otro lado, es importante resaltar que existe una forma atípica de síndrome de Cushing en perros. En este sentido, de acuerdo con un artículo divulgado en la revista The Veterinary Clinics of North America, el animal manifiesta los signos clínicos y alteraciones en diversas pruebas diagnósticas.

No obstante, tanto en el test de estimulación como en el de supresión, los resultados son los de un perro normal. Por esta razón, no debe descartarse el hiperadrenocorticismo si las pruebas resultaron negativas.

¿Qué medidas se toman en su tratamiento?

El tratamiento debe estar dirigido a eliminar la causa del exceso de cortisol, así como normalizar los niveles de la hormona y mejorar la calidad de vida de los pacientes.

Como apunta un estudio difundido en The Veterinary Journal, del origen y la complejidad del cuadro dependerá la decisión más adecuada para el tratamiento, que puede ser medicinal o quirúrgico.

Terapia farmacológica

Está indicada tanto para el hiperadrenocorticismo hipofisario, como suprarrenal. En esencia, se utilizan medicamentos para controlar la producción excesiva del cortisol como el trilostano, que inhibe la síntesis de enzimas necesarias para la generación de esta hormona en las glándulas adrenales.

La medicación con este fármaco debe ser diaria y de por vida.

Por lo general, la mayoría de los pacientes mejoran en cuestión de semanas de iniciado el tratamiento. Sin embargo, de acuerdo con un estudio publicado en Journal of Veterinary Internal Medicine, se presentan algunos efectos secundarios como falta de energía, vómito, diarrea y pérdida de peso.

Por otro lado, la terapia farmacológica puede complementarse con radioterapia, para reducir el tamaño de los tumores; sobre todo en los de origen hipofisario. Otros medicamentos utilizados en el tratamiento del síndrome de Cushing en perros son el mitotano, el ketoconazol, la pasireotida, la ocreotida y la cabergolina.

Cirugía

Se realiza en casos de hiperadrenocorticismo por neoplasia suprarrenal. Esto se debe a que la intervención quirúrgica de la hipófisis trae muchas complicaciones y pone en riesgo la vida del animal. La técnica utilizada es la adrenalectomía, en la que se realiza la remoción completa de la glándula que presenta el tumor o ambas, si es necesario.

No se recomienda la cirugía en casos que han desarrollado metástasis hacia otros órganos o cuando el tumor está muy vascularizado. Entre las principales complicaciones reportadas —después de la intervención— están la pancreatitis y el tromboembolismo.

Por último, en el hiperadrenocorticismo iatrogénico, el tratamiento consiste en suspender la medicación con glucocorticoides para que los niveles de cortisol se regulen de manera gradual.

No obstante, de acuerdo con una investigación divulgada en la revista Veterinary Clinic of North America, los síntomas pueden perdurar por semanas o meses, después de suspender la administración de los medicamentos.

¿Cuál es el pronóstico y esperanza de vida de un perro con esta enfermedad?

De acuerdo con estudios publicados en el Journal of the American Veterinary Medical Association y en la revista The Veterinary Record, los perros bajo tratamiento médico o quirúrgico tienen una esperanza de vida promedio de 2 a 3 años.

Algunas de las complicaciones reportadas en estas investigaciones —que se relacionan a un mal pronóstico— incluyen la hiperfosfatemia, la pancreatitis, la insuficiencia renal, la metástasis y la trombocitopenia.

A pesar de esto, una vez detectada la enfermedad de Cushing en perros, es necesario iniciar con la terapia para mejorar la calidad de vida de los canes afectados. De igual manera, el diagnóstico temprano evita la mayoría de complicaciones, por lo que es importante realizar visitas regulares al médico veterinario.

Atención adecuada para tu perro

Una alimentación con dietas de calidad y el control estricto de los niveles de cortisol, durante el tratamiento, ayudan a aumentar los años de vida de tu animal de compañía. Recuerda siempre brindarle el amor y la atención necesaria a tu mascota durante este difícil proceso. Al igual que en los seres humanos, la compañía de los seres queridos puede marcar la diferencia.


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