Perrito llamado Rudo, fue golpeado brutalmente en las calles y perdió un ojito a causa del maltrato

Un perrito callejero fue cruelmente golpeado y perdió uno de sus ojitos. Mira la historia.

Los perritos callejeros viven día a día una realidad muy difícil. Pues, no pueden satisfacer sus necesidades básicas y, por esa razón, son propensos a padecer enfermedades complejas.

También, están expuestos al inminente peligro de ser atropellados mientras buscan encontrar un lugar seguro. Y, como si fuera poco, se pueden cruzar en su camino a personas inconscientes que los maltratan.

De esa manera, desafortunadamente es una realidad que en cualquier momento pueden sufrir heridas de mucha gravedad. Lo peor de todo es que algunas de ellas les pueden durar por el resto de la vida.

Tal como le sucedió a Rudo, un perrito callejero al que una persona le causó una lesión permanente. En este artículo te contamos todos los hechos de esta historia.

El momento en el que el perrito perdió su ojito

Rudo era un perrito que vivía en condición de calle desde que fue abandonado por su familia. A causa de ello, día a día tenía que enfrentar una gran cantidad de obstáculos para tratar de sobrevivir.

Por esa razón, padecía de parásitos intestinales y en todo momento estaba triste porque no encontraba ningún apoyo. Además, un día su situación se empeoró mucho más.

Pues, una persona que estaba caminando por la calle, decidió desquitarse con él. De esa manera, lo interceptó para agredirlo y le dio una gran cantidad de golpes en la cara.

La golpiza fue tan dura que uno de los ojos del perrito quedó rojo y lleno de pus. Sin embargo, después de ese desafortunado hecho, no encontró una alternativa diferente a acostarse para tratar de calmar el dolor porque no contaba con ningún apoyo que pudiera revisarlo.

Pero, una persona de buen corazón se dio cuenta de la situación del perrito al pasar por la calle en la que él se encontraba. Por lo tanto, lo fotografió y solicitó ayuda a través de las redes sociales.

El inicio de una nueva vida para el perrito

La publicación del hombre fue vital para que la fundación Caninos 911, de México, se enterara de la realidad y se animara a intervenir. Fue así como de inmediato llegaron al lugar en el que se encontraba el perrito.

De esa manera, poco a poco se ganaron su confianza y pudieron trasladarlo hasta la clínica veterinaria de la fundación. Pues, el estado de su ojo era realmente crítico.

A causa de ello, le realizaron un tratamiento complejo para tratar de salvar su ojito afectado. Sin embargo, desafortunadamente no pudieron obtener los resultados esperados y tuvieron que quitárselo.

Después, lo acompañaron de manera incondicional durante la recuperación y le enseñaron a aprender a vivir así. Pues, aunque la situación era compleja, afortunadamente el otro ojo no había sufrido ninguna afectación y el perrito aún podía conservar una parte de su visión.

Además, también aprovecharon el momento para demostrarle que sí existían los humanos que podían actuar con amor. De esa manera, poco a poco el perrito fue perdiendo el miedo descontrolado que sentía por las personas.

Tanto así que, después de muchos meses, Rudo dejó atrás la mirada cabizbaja y se animó a seguir todos los juegos que le proponían. Así, los voluntarios entendieron que ya estaba listo para ser adoptado y compartir su vida al lado de una familia cariñosa.

A raíz de esa situación, hoy en día la fundación se encuentra buscándole un hogar amoroso. Pues, todo lo que quieren es que el perrito pueda seguir satisfaciendo todas sus necesidades básicas, se sienta amado y siga dejando en el pasado todas las experiencias traumáticas que tuvo que vivir.

Reflexión final

Una vez más, estas historias sirven para demostrar que la intervención de las personas es fundamental para que los perritos indefensos cambien su realidad. Esto debido a que pueden alertar a las fundaciones para que les presten atención inmediata a los animalitos que lo necesiten.

Por otra parte, también permiten que los perritos que tengan algún problema de salud, puedan ser atendidos. De esa manera, los ayudan a encontrar alivio y a mejorar su calidad de vida.

Finalmente, les brindan la posibilidad de sanar sus heridas emocionales y conocer lo que significa tener un apoyo incondicional que los proteja a toda costa. Pues, pueden llegar a los brazos de una familia que se dedique a atender todos sus cuidados, hacerlos parte de sus planes y acariciarlos segundo a segundo.