Rapaces diurnas, reinas de las cumbres

Te presentamos algunas de las rapaces diurnas más importantes a lo largo y ancho del globo terráqueo, lo suficiente para demostrar por qué se les considera las reinas de las cumbres.
Rapaces diurnas, reinas de las cumbres
Érica Terrón González

Escrito y verificado por la veterinaria Érica Terrón González.

Última actualización: 08 septiembre, 2020

Las aves voladoras tienen el dominio del aire, eso está claro, pero las notables facultades que distinguen a las aves rapaces diurnas les otorga una posición privilegiada en la cadena trófica. En otras palabras: son las reinas de las cumbres.

Son animales poco sociales y anidan solitarias en peñas, acantilados y en las copas de los árboles. Provistas de robustas alas, pueden elevarse a gran altura y lograr vuelos veloces. Además, su vista es muy aguda, lo que les permite ver a presas a gran distancia. De esta manera, combinando ambas habilidades, se convierten en grandes cazadoras.

La águilas, esas grandes rapaces diurnas que todos conocemos

De forma coloquial se conoce a las águilas como las aves de rapiña por excelencia. Pertenecen a la familia Accipitridae y están dispersas por todo el mundo, en forma de múltiples especies.

El águila calva, un emblema norteamericano

Haliaeetus leucocephalus pertenece al grupo de las águilas marinas (que no hay que confundir con las águilas pescadoras). Tiene la costumbre de planear sobre el agua buscando peces para capturarlos de un chapuzón. Si no abunda la pesca se alimenta de conejos, ardillas o roedores. A veces incluso captura zorros y cervatillos.

Pese a que se le haya atribuido tal fechoría alguna vez a lo largo de la historia, no es cierto que esta ave disfrute llevándose a los niños.

Un águila calva, otra rapaz diurna.

¿Una rapaz de la realeza? Algunas curiosidades sobre el águila real

Aquila chrysaetos es una de las aves de presa más ampliamente distribuidas del mundo. Anida en farallones rocosos por todo el hemisferio norte y abarca gran parte de América del Norte, Eurasia y el norte de África.

Está dotada de una fuerte musculatura y por eso sus acometidas son extraordinarias. Antiguamente, los tártaros la criaban en cautividad y la adiestraban para la caza.

Un águila real.

El águila arpía

Harpia harpyja habita desde el sur de México hasta Argentina, pues cubre todo el área latinoamericana. Es el águila más grande del hemisferio sur occidental. Posee poderosas garras con las que ataca a pequeñas presas y no consiente que ningún posible depredador se acerque a su nido.

Una ave arpía de cuerpo entero.

El águila ratonera

También es conocida como «ratonero». Destaca por permanecer mucho tiempo en el aire, planeando en círculos mientras otea el terreno en busca de alimento. Si descubre algún reptil o roedor, el planeador se convierte en cazador a una velocidad supersónica y se lanza en picado con las alas pegadas al cuerpo. El ratonero común (Buteo buteo) vive en Europa y el ratonero colirrojo (Buteo jamaicensis), en América.

Un águila ratonera, otra de las rapaces diurnas.

Las rapaces diurnas conocidas por «amilanarse»

Los milanos se caracterizan por sus alas estrechas, patas flacas y vuelo ligero. El más conocido quizá sea el milano real (Milvus milvus), que puede alcanzar los 170 centímetros de envergadura. Está muy presente en Europa, donde planea zonas abiertas y deshabitadas. Hace el nido en árboles de gran altura y pone tres o cuatro huevos de gran tamaño.

El milano de los pantanos o caracolero (Rostrhamus sociabilis) se extiende desde Florida a Argentina, habitando zonas pantanosas. Allí acecha a los caracoles, extrayéndolos hábilmente de su concha una vez aposentado en su rama preferida.

Por eso, encontrarse un montón de conchas vacías bajo un árbol puede darnos una pista sobre quien lo frecuenta.

Un milano real, otra de las aves rapaces diurnas.

Otras rapaces diurnas, esta vez de tamaño medio, pero también muy conocidas

A continuación te presentamos otras familias de rapaces. Son más pequeñas que las anteriores, pero no menos conocidas.

Familia Accipitridae

A esta familia pertenece, por ejemplo, el gavilán común (Accipiter nisus) presente en muchas zonas de Eurasia y el norte de África. A pesar de ser depredador de aves del bosque, el gavilán puede hallarse en cualquier hábitat.

En las ciudades, este depredador caza con frecuencia pájaros de jardín. Es una de las rapaces con mayor dimorfismo sexual respecto al tamaño. La hembra puede ser hasta un 25 % más grande que el macho.

También se encuentra aquí el azor común (Accipiter gentilis), más grande y vigoroso que el gavilán. Le caracteriza la longitud casi anormal de sus alas redondeadas. Sus garras son asombrosas, potentes y muy mortíferas. Captura con la misma seguridad a los animales que corren, nadan o vuelan.

Una cría de gavilán común.

Familia Falconidae

Esta familia incluye una 60 especies, donde destacan los halcones y los cernícalos. A diferencia de los Accipitriformes , usan el pico además de las garras para matar a su presa. Para ello disponen de una protuberancia córnea superior conocida como «diente de halcón».

Los halcones

El halcón peregrino (Falco peregrinus) es una de las aves de presa más rápidas. Se lanza sobre sus presas, por lo general aves pequeñas, a velocidades de hasta 280 kilómetros por hora. Por esta extraordinaria rapidez es una de las especies de uso habitual en cetrería.

Esta potente rapaz comparte con su pariente, el gerifalte, el privilegio de ser considerado en cetrería como un «ave noble» de vuelo alto, todo lo contrario que el gavilán, un «ave innoble» de vuelo bajo.

El gerifalte (Falco rusticolus), natural de las regiones árticas, es considerado el más fuerte y bello de los halcones. Sus garras son tan poderosas que atraviesan literalmente a sus víctimas en pleno vuelo.

Un halcón peregrino extendiendo las alas.

Los cernícalos

El cernícalo vulgar (Falco tinnunculus) es una rapaz de menor tamaño, de garras afiladas y fuertes. Se alimenta de roedores e insectos y por eso es tan importante como controladora de plagas en las áreas agrícolas. Uno de sus aspectos más curiosos es la capacidad para mantenerse inmóvil en el aire, como si pendiese de un hilo.

Un cernícalo vulgar sobre una rama.

Como podemos ver, estamos ante una serie de aves gráciles, veloces y letales para pequeños vertebrados. Es esencial preservarlas y mantener sus números estables, pues son unas controladoras excelentes de plagas y de pequeños mamíferos en los ecosistemas.


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