¿Qué es la ecología del comportamiento?

La ecología del comportamiento es una disciplina científica que nos permite explicar las conductas animales mediante herencia genética y adaptaciones al medio.

Ecología del comportamiento.

La ecología del comportamiento es una rama de la biología que estudia la conducta de los animales desde un punto de vista evolutivo. De forma resumida, se podría decir que esta disciplina investiga cómo la conducta determina la aptitud de los animales en su hábitat.

Estamos ante un término ampliamente relacionado con la etología, pero que aún así presenta diversas diferencias con esta disciplina. Si quieres saber más sobre la ecología del comportamiento y su importancia, te animamos a seguir leyendo.

¿Qué es el comportamiento?

Como no podemos comenzar a construir la casa por el tejado, entender qué es exactamente el comportamiento es el primero de los pasos para describir a esta rama de la ecología.

El comportamiento o conducta se define como el conjunto de respuestas que presenta un ser vivo en relación con su entorno o mundo de estímulos. A diferencia de términos como «sentimiento» o «empatía», no cabe ninguna duda de que los animales presentan rasgos comportamentales.

Además, los comportamientos en la naturaleza se dividen en dos categorías diferentes. Estas son las siguientes:

  1. Causa interna: se trata de un modelo de «caja abierta» en el que se intenta explicar una conducta en base a las necesidades o estímulos fisiológicos del animal. Por ejemplo, si a un perro le duele algo, puede gemir.
  2. Causa externa: el comportamiento específico del animal está fomentado por una variable ambiental u otro individuo presente en el ambiente. Por ejemplo, el acto de que una lagartija corra al ver a un depredador.

Además, otro problema que hay que abordar en el mundo conductual es si el comportamiento analizado se trata de una herencia genética o ha sido adquirido en base al aprendizaje. Definir estos límites es complejo, pues los animales no pueden hablar para explicarnos por qué actúan como lo hacen.

El cerebro dibujado de un gato y un perro.

La importancia de la ecología del comportamiento

Una vez hemos cimentado las bases de la conducta, es hora de recuperar el término que aquí nos atañe. La ecología del comportamiento, como ya hemos dicho, se encarga de estudiar cómo las estrategias conductuales de los animales constituyen adaptaciones a su ambiente particular.

Existen ciertas bases que hay que tener en cuenta a la hora de explicar esta rama de la biología. Algunos de estos conceptos esenciales son los siguientes:

  • El éxito de la supervivencia del individuo y su reproducción dependen en gran parte de su comportamiento.
  • Los animales más eficientes y vigorosos dejarán un mayor número de descendientes en las siguientes generaciones de la población.
  • Así pues, las diferencias entre comportamientos en una misma especie tienen una base genética. La selección natural favorece las conductas más exitosas, las cuales se transmiten entre generaciones.

Así pues, vemos que la ecología del comportamiento se basa, en gran medida, en la heredabilidad de la conducta dentro de la especie. Si un comportamiento específico es ventajoso para el individuo o la población, este se fijará a lo largo de las generaciones.

Un caso práctico

Pongamos un ejemplo, pues estos términos se entienden mucho mejor ante situaciones objetivas. Las gallinas domésticas cuidan de sus crías, pero ¿qué ventaja evolutiva aporta esto a la especie?

Las conductas en el reino animal no se encuentran basadas en sentimientos y altruismo (en la mayoría de los casos). Por ello, si la madre gallina no viera aumentada su aptitud biológica cuidando de sus polluelos, simplemente no lo haría. Esto nos permite especular en diversos campos:

  • A lo mejor la gallina cuida de sus polluelos porque la tasa de supervivencia de estos sin cuidado parental es ínfima. Invertir en la reproducción sin una descendencia que pueda sobrevivir es un desperdicio energético.
  • Es probable que la gallina permanezca con sus crías porque los gallos la dejan más en paz si la ven con sus polluelos (esto evitaría lesiones y peleas).

Como podemos ver, la ecología del comportamiento se encarga de explorar estas hipótesis y trata de dar respuestas fehacientes. Por frío que pueda parecer, los animales actúan por su propio bienestar, ya sea en forma de la preservación de sus genes en sus crías o con la supervivencia individual.

Una gallina con sus pollitos.

El secreto está en los genes

Como hemos podido ver, la ecología del comportamiento trata de estudiar las conductas animales desde un punto de vista evolutivo. La premisa es simple: si un comportamiento aumenta la supervivencia de la especie este permanece, si no, desaparece con el tiempo.

Tanto la etología como la psicología se encuentran integradas en este tipo de disciplinas, pues comprender las conductas animales es complejo y requiere de la búsqueda de múltiples conocimientos.

 

 

Bibliografía

Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.

  • Ecología del comportamiento, Wikipedia. Recogido a 21 de septiembre en https://es.wikipedia.org/wiki/Ecolog%C3%ADa_del_comportamiento
  • Quesada, J., & Figuerola, J. (2010). Potencia de una prueba estadística: aplicación e interpretación en ecología del comportamiento. Etologuía22, 19-37.
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