Los gatos han sido tradicionalmente, y aún lo son, animales cazadores. Por eso su dentadura forma una parte importante de su salud y es necesario conocer las enfermedades que pueden afectarla. Aquí te contamos algunas enfermedades que pueden aquejar la dentadura de tu gato.
Los gatos nacen con dientes provisionales y a los 4 meses cambian su dentadura por la definitiva, que debe durarles toda la vida. Por ello, es importante cuidar la dentadura de tu gato y detectar las enfermedades que la afectan.
¿Qué enfermedades puede padecer la boca de mi gato?
Sarro
Al comer se acumulan en los dientes restos de alimentos y bacterias que sumados a la saliva y a sus minerales, generan una placa bacteriana que se deposita en los dientes y se convierte en sarro. El sarro es perjudicial porque puede originar la pérdida de piezas dentales y la inflamación de las encías. Para evitar la acumulación de sarro es necesario llevar al gato al veterinario para que le realice limpiezas periódicas de la dentadura.
Gingivitis
La gingivitis consiste en la inflamación de las encías por la acumulación de sarro o por infección bacteriana. Esta inflamación produce un dolor agudo y se trata con antibióticos, aunque en casos severos se deben atender las encías quirúrgicamente.
Resorción dental
La resorción dental es la inflamación del tejido que rodea la pieza dental, lo que provoca el deterioro y la ruptura del diente. Esta es una afección dolorosa que afecta a muchos gatos adultos y presenta como síntomas la salivación y la falta de apetito.
Fractura dental
Consiste en que al gato se le rompe el diente. Esto resulta doloroso para el animal y si ocurre, se le debe llevar al veterinario rápidamente.
¿Cómo puedo prevenir las enfermedades dentales en mi gato?
La mejor forma de prevenir las enfermedades en la dentadura de tu gato es proporcionarle una correcta alimentación, sana y equilibrada y a ser posible con alimentos secos, que ayudan con la higiene dental porque limpian los dientes al rozarlos y de este modo evitan que queden restos de comida sobre o entre ellos.
Esto retrasa la aparición del sarro. La comida en lata, la comida casera y las golosinas para gatos dejan muchos residuos, por lo que si tu gato come estas cosas y no come pienso seco, debes cepillarle los dientes al menos una vez a la semana con una pasta de dientes específica para gatos.
Además debes revisarle la boca periódicamente y estar atento al aliento con mal olor (que puede ser debido a una mala higiene bucal, al sarro, a la inflamación de las encías o incluso a problemas renales, gastrointestinales o respiratorios) y a la excesiva salivación (que puede indicar una resorción dental, problemas para tragar o incluso una infección de las glándulas salivares).
Asimismo, conviene acudir al veterinario una vez al año para que le realice al gato una limpieza bucal completa.