Perros y comportamiento territorial: ¿a qué se debe?

Conceptos como territorialidad o dominancia se dan entre miembros de una misma especie, por lo que nunca se dirigen hacia el humano
Perros y comportamiento territorial: ¿a qué se debe?
Ana Díaz Maqueda

Escrito y verificado por la bióloga Ana Díaz Maqueda.

Última actualización: 15 diciembre, 2019

Todos los cánidos son, en gran medida, animales sociales, aunque existen excepciones, sobre todo con algunas especies de zorros. Por tanto, los perros y el comportamiento territorial es algo inherente, debido a su evolución y domesticación a partir de su ancestro común, el lobo ( Canis lupus ).

Por otra parte, es importante diferenciar entre territorialidad, dominancia y proteccionismo. Debemos saber que no todos estos comportamientos se dan en todos los perros y, mucho menos, dirigidos al ser humano.

El comportamiento territorial forma parte de la etología del perro. Sin embargo, la etología canina solo puede ser estudiada dentro del ámbito natural del perro que, por supuesto, no incluye, vivir en un ambiente humano. 

¿Qué es el comportamiento territorial?

El comportamiento territorial es la forma que tienen los animales, e incluso las plantas, para aprovecharse de los recursos cercanos. Cuando un grupo de individuos perteneciente a la misma especie decide que cierto espacio les pertenece, lo delimitan a través del marcaje con feromonas, señales visuales o sonoras. Esto muestra, a cualquiera que decida acercarse, que ese lugar pertenece ya a un clan y que, sin duda alguna, será defendido.

Habitualmente, cuando un grupo tiene que defender su territorio, usan un comportamiento denominado como agonístico. Este tipo de conducta, cuando se produce de forma intraespecífica –entre miembros de la misma especie– es precedida por comportamientos amenazantes para, así, evitar la lucha directa, pues nadie quiere salir herido.

Grupo de perros en el parque

Dominancia, perros y comportamiento territorial

Para estudiar la dominancia y el comportamiento territorial de un perro, siempre debemos hacerlo dentro de un grupo social. Este grupo debe estar formado por perros exclusivamente, ya que ambos comportamientos no se dirigen nunca hacia el ser humano. 

Por otro lado, no debemos pensar que el perro dominante es aquel que más gruñe o el que intenta ‘someter’ al compañero. El comportamiento dominante existe para evitar conflictos, no para crearlos. Un can dominante es aquel que permanece más tranquilo en un grupo social y el que, con una única expresión, mantiene al grupo estable.

En el ámbito de la territorialidad, debemos añadir otros factores importantes para que esta se muestre, como es el recurso de la comida, el agua, el refugio o el acceso a las hembras. Los animales castrados, que no están continuamente viviendo en un grupo social, no muestran un comportamiento territorial porque, bajo estas circunstancias, no es necesario y supondría un gasto energético poco fructífero.

¿Crees que tu perro es territorial porque defiende su comida o juguetes?

Muchos tutores de perros consideran que sus mascotas son territoriales o dominantes porque, cuando están ante su comida o sus juguetes, reaccionan de forma agresiva hacia otros perros o humanos. Sin embargo, cuando un can se comporta de esta forma, nos encontramos ante un caso de protección de recursos porque para él eso significa disfrute personal.

Perro posesivo con sus juguetes

Ante esta situación, la persona intenta quitarle el recurso porque ‘debe ser la dominante’. Esto es un grave error y el perro no lo va a entender. Simplemente, verá que su compañero humano le quita, porque sí, algo que le gusta y deteriorará el vínculo.

Lo que debemos hacer ante esta situación es esparcir aquello que le gusta. Por ejemplo, si hablamos de comida, no la pongas toda junta en un cuenco; espárcela por el suelo de la casa y crea una especie de circuito. Así, el can deberá gastar energía pensando cómo conseguirla y no en protegerla. Además, tu deberás apoyarle y animarle durante el circuito para, así, reforzar el vínculo.

Si ocurre lo mismo con los juguetes, actuamos de forma similar: no se los quitamos, sino que  le damos muchos. De esta forma, el juguete perderá valor y no habrá nada que defender.


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