Perrito nació sin ojos y ahora ayuda a enfermos mentales y discapacitados

Perrito nació sin ojos y ahora ayuda a enfermos mentales y discapacitados

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 02 diciembre, 2017

La historia de Smiley sin duda es muy particular. Este perrito ciego ayuda a pacientes con enfermedades mentales o discapacitados a sobrellevar sus terapias. ¿Cómo? Brindándoles mucho amor y robándoles cientos de sonrisas.

En su Canadá natal, Smiley se ha convertido en un perro famoso. Como su nombre lo indica, su objetivo es hacer que las personas se sientan mejor. Es una tarea muy complicada, pero gracias a su carisma logra este cometido todos días.

Entrenado como perro de terapia, le lleva alegrías a las personas que más lo necesitan. ¿Vamos a conocerlo?

Lo importante es sonreír

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Smiley es un perro de raza Golden Retriever, es ciego de nacimiento y padece enanismo. Tiene 12 años de edad y sus primeros años los vivió en la calle, mendigando de un lado a otro.

Un día Joanna George, actualmente su dueña, encontró a Smiley en un refugio para perros de la ciudad canadiense de Stouffville. En ese momento, las condiciones de salud del animal no eran las mejores y le adelantaron que quizás no tenía muchas probabilidad de sobrevivir. Sin embargo, George, no desistió y además de darle un hogar y mucho cariño, lo entrenó para acompañar a pacientes discapacitados con enfermedades mentales.

Según su propietaria, Smiley puede explorar su entorno por su cuenta, utilizando sus propios instintos. Y aclara que, a pesar que la vida de este perro no ha sido fácil, actualmente es un perro de terapia certificado. “Él aporta comodidad a los niños y adultos que tienen discapacidades mentales y físicas. Su presencia ilumina la vida de estas personas, cambiando su estado de ánimo de manera milagrosa.”

A pesar de su condición, este perrito siempre está sonriendo y predispuesto a alegrar la vida de sus acompañantes. A Smiley le encanta pasear, revolcarse en el parque y es muy curioso y juguetón. Aunque también por momentos, puede ser muy tranquilo y sereno. Debido a su comportamiento, muchos lo reconocen como el “perro feliz que les traerá suerte”.

Un perro feliz

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Como un perrito de terapia, Smiley ha ayudado a cientos de personas a recuperar su estado de ánimo. Colabora en un hogar para adultos que tienen discapacidades físicas y mentales de gran severidad.

Según su entrenadora, cuando Smiley llega al hogar, todos los pacientes cambian de ánimo. Sonríen y se colocan a su alrededor turnándose para acariciarlo. Pero esto no es todo. El comportamiento de este Golden Retriever también atrae a los más pequeños y son numerosas sus anécdotas. Y no es para menos ¿quién podría resistirse a su cariño y personalidad?

La madre de una niña autista contó, que una vez llevó a su pequeña y a Smiley a la biblioteca local. Lo que le sorprendió es que nunca había visto a su hija permanecer quieta en un lugar durante un tiempo tan prolongado. Sin embargo, ese día, ella se abrazó a Smiley se sentaron en el suelo y estuvo mirando un libro por un total de 30 minutos.

No cabe duda que los perros son una excelente compañía para los niños autistas. Al igual que Smiley, por el mundo hay cientos de perros que forman parte activa en distintos tipos de terapia. Según estudios, las mascotas favorecen la interacción de los pequeños con autismo, con otras personas. Por ejemplo, si estos peques invitan a sus compañeros a jugar con sus perros, estas mascotas pueden servir como puentes para mejorar la comunicación entre ellos.

Otros estudios también han revelado que las mascotas ayudan a mejorar el estado de ánimo de los niños. Optimizan su responsabilidad, calidad de vida y de sueño, ya que los peques que comparten sus habitación con animales, duermen más tiempo por la noche.

Además de ser una gran compañía, los perros le brindan mayor seguridad a los pequeños y se reducen los niveles de agresión y frustración.

Para finalizar, ¿cuál es el aprendizaje de la historia de Smiley? Su dueña, sin duda, lo resume mucho mejor: “aunque tu pasado no haya sido el mejor no debes detenerte, todos tienen una nueva oportunidad.”

Cuando, Joanna George, adoptó a Smiley, en el refugio, le dijeron que no viviría demasiado tiempo y que lo mejor era practicarle la eutanasia. Sin embargo, él se sobrepuso, venció sus dificultades y ahora le lleva alegría a miles de personas.


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