Mastocitosis, el cáncer más común en perros

El mastocitoma es un cáncer de piel muy habitual en los canes. Suele presentarse como un nódulo en la piel, por eso es importante que un veterinario lo analice en caso de detección.
Mastocitosis, el cáncer más común en perros
Samuel Sanchez

Revisado y aprobado por el biólogo Samuel Sanchez.

Última actualización: 09 febrero, 2022

Entre los tipos de tumores que pueden afectar a los canes, uno de los más comunes es el de piel. Dentro de las posibles neoplasias que suelen aparecer en las capas protectoras del cuerpo, la mastocitosis en perros es de las más frecuentes.

Por su aspecto, este tipo de tumor puede ser confundido con facilidad con masas de crecimiento adiposo benignas, también muy comunes en perros. Por ello, que un veterinario examine cualquier bulto presente en el cuerpo del can es de vital importancia para su supervivencia y bienestar.

¿Qué es la mastocitosis en perros?

La mastocitosis, mastocitoma o tumor de mastocitos es un tipo de tumor cutáneo. Para ser más exactos, se suele definir como una proliferación neoplásica de carácter maligno de los mastocitos. Es uno de los cánceres de piel más frecuentes en perros, pues de hecho, representa entre el 16 % y el 21 % de los tumores de piel en caninos, según datos de la Morris Animal Foundation.

Los mastocitos son un tipo de glóbulos blancos que se sitúan debajo de la piel, muy cercanos a los vasos linfáticos y sanguíneos. Estos forman parte del sistema inmunitario y, en un cuadro de normalidad fisiológica, desarrollan muchas funciones esenciales.

Su actuación en el organismo es muy importante en las alergias, ya que se encargan de liberar histamina, heparina y otros tipos de enzimas relacionadas con las reacciones alérgicas y muy necesarias para luchar contra agentes infecciosos y parásitos. Por desgracia, estas células se pueden tornar malignas por una serie de mutaciones genéticas.

Un ejemplo de la mastocitosis en perros.

Características de la enfermedad

La mastocitosis en perros puede presentarse de forma muy variable. Normalmente, lo hace como unos bultos cutáneos o subcutáneos aislados cuya apariencia, en general, recuerda a los acúmulos de grasa.

Sin embargo, el bulto puede ser alopécico o no, más redondeado o menos y, a veces, presenta inflamación o prurito a su alrededor. Es importante que un veterinario lo observe y analice para determinar de qué se trata con exactitud antes de tomar un camino concreto.

Además de lo mencionado, en ocasiones esas masas se desarrollan y acaban por convertirse en úlceras de tamaño mayor. Según el can afectado, estas lesiones pueden evolucionar en un espacio de tiempo corto o hacerlo lentamente.

Síntomas de la enfermedad

Además de las características mencionadas, hay otras señales que podrían indicar que el perro tienen un mastocitoma. Algunos de esos síntomas son los siguientes:

  • Debido a la liberación de histamina de los mastocitos, la evolución de este tumor en el perro le genera ciertas molestias, especialmente urticaria y picazón.
  • Puede provocarle vómitos.
  • La falta de apetito puede aparecer en el can.
  • Cuando la gravedad aumenta por la expansión de las células tumorales, pueden verse afectados órganos internos, apareciendo reacciones anafilácticas y úlceras digestivas.

Es importante evitar que el can se muerda, babee o lama los tumores si quedan a su alcance. Para ello, el uso del collar isabelino es lo más recomendable. Además de esto, si no se sabe aún con certeza de la existencia del cáncer, prestar atención a estas conductas puede ser lo que ponga sobre aviso al tutor del can del problema.

Razas más afectadas

Aunque la mastocitosis en perros puede darse en cualquier canino de esta especie, hay ciertas razas que tienen más predisposición a ella. Por ejemplo, es frecuente en ejemplares braquicéfalos o de morro chato, como los carlinos, los bulldogs y los boston terrier.

De todas formas, este tipo de crecimiento cancerígeno también es común en otras razas, como son el shar-pei, el labrador, el cocker spaniel, el golden retriever, el staffordshire terrier, el basset hound, el beagle, el braco de Weimar o el schnauzer. El mastocitoma corresponde al 25 % de todos los tumores cutáneos en estos animales.

Diagnóstico y tratamiento de la mastocitosis en perros

En caso de detección de un bulto, el veterinario procederá a la realización de un análisis tras aspirado con aguja fina o una biopsia y a la observación de la muestra recogida en el microscopio. Además de las mencionadas, se pueden realizar otras pruebas diagnósticas si la masa se ha propagado. Estas suelen ser conteos sanguíneos completos, análisis de orina y panel químico, ecografías o radiografías.

Una vez confirmada la mastocitosis canina, se procederá a establecer el tratamiento más recomendado para el caso. Este va a depender del grado del tumor, la dificultad para extirparlo o su difusión a otras partes. Por ejemplo, cuando el tumor es de grado bajo (no presenta tendencia a metástasis), lo normal es intervenir quirúrgicamente para extraerlo. Esto se concibe siempre y cuando haya margen para ello.

Si el tumor está más desarrollado, es decir, es de alto grado, puede diseminarse internamente con facilidad. Esto significa que suele derivar en metástasis y que acabe afectando a otros órganos, como el bazo, los ganglios linfáticos o el hígado. Por ello, habrá que proceder a otro tipo de tratamientos.

El abordaje empleado para los tumores más graves suele ser la radioterapia local o la quimioterapia. En el caso de la radioterapia, esta también puede ser recomendada cuando, tras la cirugía, no se ha asegurado una completa retirada de las células cancerígenas.

Quimioterapia contra la mastocitosis en perros

Por desgracia, el cáncer es tan agresivo que, cuando se detecta muy desarrollado, la vida del can no va más allá de un año. Aun así, los profesionales siempre recomiendan la quimioterapia como opción cuando no es posible repetir la cirugía o no se puede dar radioterapia.

Al igual que en los humanos, la quimioterapia es un tratamiento oncológico de naturaleza química cuyo objetivo es frenar el proceso cancerígeno, pues ataca a las células malignas que están proliferando sin control. Sin embargo, a diferencia de nosotros, síntomas como los vómitos o la caída del pelo no son extrapolables a los canes.

A pesar de esto, en algunos casos podrían darse ciertas respuestas en el animal. La falta de apetito, las náuseas, la diarrea o una bajada de las defensas pueden ser algunas de ellas. De todas formas, dichos efectos secundarios solo son graves o peligrosos en menos de un 5 % de los casos, según estadísticas aportadas por la Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid.

Como indican los expertos, los protocolos de quimioterapia suelen realizarse con muy buena tolerancia. Sin embargo, es importante controlar la toxicidad existente a través de un hemograma y bioquímica sanguínea antes de cada una de las sesiones.

Un perro en el veterinario con problemas del corazón.

Pronóstico y recuperación del can con mastocitoma

El tratamiento con la quimioterapia puede aumentar las probabilidades de que el can viva algo más de tiempo. Por desgracia, se trata de un abordaje de alto riesgo cuando el animal se encuentra algo débil, pues no solo las células cancerígenas se ven dañadas. Debido a ello, el diagnóstico y el tratamiento precoz pueden mejorar el pronóstico.

Lo mejor siempre será revisar la piel del perro con frecuencia. Se puede prestar atención al cuerpo de la mascota durante las sesiones de cepillado, los baños o incluso cuando se le acaricia para detectar cualquier anomalía a tiempo y acudir al profesional veterinario.


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  • Mastocitoma canino. Cuando la cirugía no alcanza. Recogido el 4 de agosto en https://vetoncologia.com/wp-content/uploads/2016/10/VetOncologia-Mastocitoma-Canino-Cuando-la-cirugia-no-alcanza.pdf
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