Intoxicación por plomo en aves rapaces

La actividad cinegética siempre está rodeada de controversia, pero no somos del todo consciente de hasta qué punto afecta a la fauna, a los ecosistemas e, incluso, a la salud humana.

Escrito y verificado por la veterinaria Érica Terrón González.

Última actualización: 28 febrero, 2021

La intoxicación por plomo es un problema grave que afecta a los seres vivos desde hace generaciones, sobre todo en las sociedades industriales, donde el uso de plomo está muy generalizado. Este material tóxico se encuentra en todo tipo de objetos y sustancias como pinturas, baterías y otros elementos de uso humano.

La fauna silvestre no es ajena a este problema, aunque su vía de exposición es algo diferente a la nuestra. El origen de la intoxicación en estos animales procede, casi de forma exclusiva, del uso de perdigones de plomo en la caza.

Las aves silvestres y el ciclo de intoxicación por plomo en la naturaleza

El diagnóstico de plumbismo en aves silvestres está ligado a la actividad cinegética, en especial a la caza de aves acuáticas. En estas áreas queda desperdigada la munición, que después es ingerida por otros animales que picotean el suelo despreocupados.

Cuando estos animales son depredados por otras especies, la intoxicación se extiende. Es en este punto en el que entran a escena las aves rapaces. Como depredadoras que son, se exponen al consumo de carne contaminada con el plomo que una vez formó parte de esos perdigones.

¿Cuánto tiempo tarda el plomo en desaparecer del medio ambiente?

Lo cierto es que no existen datos concluyentes, pero sí se sabe que existe una elevada persistencia. Por ejemplo, en las Tablas de Daimiel (España) aún se encuentran niveles altos de plomo, pese a que allí la caza se prohibió en los años setenta.

Además, valorar el tiempo que el plomo permanece en el medio necesitaría del diagnóstico constante de animales intoxicados. Esto es casi imposible, puesto que estos, al sentirse enfermos, se ocultan de la vista de los humanos o son presa de los depredadores y carroñeros, que hacen desaparecer su cuerpo.

Intoxicación por plomo en aves rapaces

La alimentación de las aves de rapiña suele ser bastante variada, un poco en función de la especie. De todas formas, en general, incluye casi todos los grupos animales. Eso sí, en términos de plumbismo, parece lógico pensar que aquellas rapaces que vivan en torno a humedales tendrán mayor riesgo.

El aguilucho lagunero (Circus aeruginosus), por ejemplo, vive cerca de carrizales y marjales por todo el continente europeo. Si bien su dieta es variada, parece tener especial aficción por la caza de aves acuáticas. Por tanto, se encuentra en claro peligro de sufrir la intoxicación por plomo y como él, muchas otras aves rapaces.

¿Cómo se produce la intoxicación por vía oral?

Tras la ingesta del animal contaminado, los ácidos del estómago disuelven el plomo. Durante este proceso, se forman unas sales tóxicas que son las que se absorben en el intestino y, en ese mismo momento, comienzan los problemas.

La mayor parte del plomo absorbido se une a los glóbulos rojos y a otros componentes de la sangre. Un pequeño porcentaje de ese plomo, al viajar por todo el cuerpo, pasa a los tejidos. De hecho, tiende a acumularse en órganos como el hígado, los riñones o los huesos.

Factores que influyen en la aparición de la enfermedad

Más allá de todos estos mecanismos, existen ciertos factores que predisponen a la intoxicación por plomo. Entre ellos, encontramos los siguientes:

• La edad: en general, las aves jóvenes son más sensibles a sufrir la intoxicación que los adultos.
• El sexo: las hembras parecen estar más predispuestas a padecer los síntomas.
• La tasa de ingestión: todo parece indicar que grandes cantidades de plomo ingerida en poco tiempo son más dañinas que pequeñas cantidades ingeridas a largo plazo, incluso si la cantidad final del tóxico es la misma.
• El estado previo de salud y nutrición.

Si todos estos factores generan la susceptibilidad suficiente, el metal comenzará a enfermar al animal. El mecanismo de acción que se suele usar es la inhibición de algunas enzimas esenciales para el metabolismo celular. Esto afecta a casi todos los órganos y tejidos del individuo y provoca lesiones en corazón, hígado, riñones, intestino y encéfalo.

Sintomatología

En las aves, el cuadro clínico de la intoxicación por plomo suele cursar con síntomas digestivos y nerviosos. Primero aparece la anemia, seguida de vómitos y una diarrea verdosa —derivada del daño hepático—. Cuando aparecen los signos nerviosos el pronóstico es grave: aquí se observan convulsiones, depresión y ceguera.

La intoxicación por plomo en fauna silvestre y su repercusión en salud humana

El problema de la intoxicación por plomo a partir de perdigones es que, además de afectar a la fauna, puede repercutir en salud pública. Al fin y al cabo, el consumo de carne de caza es una práctica común en algunos restaurantes.

Es cierto que, según los estudios, el tejido muscular no acumula plomo en cantidades que puedan suponer un peligro real para quien consume carne. El problema está en el consumo de vísceras como el hígado u otros productos derivados.

La situación alcanza niveles preocupantes cuando pensamos que los animales intoxicados, al estar débiles, son presa fácil para el cazador. Por esta razón, el riesgo de que se consuman como piezas de caza se verá incrementado.

Por lo tanto, mejor prevenir que curar ¿no?

Dada la dificultad de acceder a todos los animales intoxicados para tratarlos, parece lógico pensar que la mejor estrategia es la prevención. A lo largo de los años, se han propuesto planes para evitar las intoxicaciones por plomo, pero el único efectivo es el abandono del uso de munición que contenga este material.

De todas formas, esta medida, aunque útil, no tendría resultados palpables hasta pasado varios años. Como hemos visto, el plomo es persistente y permanecerá aún mucho tiempo en la naturaleza.