Infecciones por mordeduras de perros

Muchas personas sufren mordeduras de perros anualmente. Aunque no en todos los casos se presentan complicaciones, las infecciones de las heridas pueden suponer un problema para la salud.
Infecciones por mordeduras de perros
María Muñoz Navarro

Escrito y verificado por la bióloga María Muñoz Navarro.

Última actualización: 08 mayo, 2020

La mayoría de casos de mordeduras en personas son causadas por animales domésticos como perros y gatos. Los mordiscos de los perros suponen un problema de salud, pudiendo incluso llegar a requerir la hospitalización, debido a que en los peores casos pueden llegar a originar infecciones.

La principal preocupación radica en que muchas personas no están familiarizadas con las complicaciones que pueden originar estas infecciones y la falta de conocimiento supone un riesgo para la salud de los afectados.

Por eso, en este artículo nos encargamos de darte la información que necesitas saber.

perro cruzado gruñendo a desconocido

Grupos de riesgo

De todas las personas, los niños pequeños son los que sufren este tipo de lesiones con más frecuencia, ya que tienden a ser más curiosos y, sin querer, pueden alterar y provocar a las mascotas.

Asimismo, dentro del grupo de riesgo también están incluidas las personas mayores y las que poseen un sistema inmune debilitado, como los que padecen VIH, hepatopatías, cáncer o diabetes.

Cómo se produce la infección

Una infección es una patología ocasionada por la invasión de microorganismos, que pueden ser bacterias, virus u hongos. En la boca de los animales, como en la de las personas, existe una flora oral que comprende distintas poblaciones bacterianas.

Las infecciones de las heridas por mordeduras se producen por una mezcla microbiana:

  • bacterias que el animal inocula cuando hinca los dientes en el tejido blando, produciendo desgarros y heridas en la piel,
  • microbios procedentes de la piel de la propia persona,
  • microorganismos del medio ambiente.

Complicaciones

Aunque no siempre es así, hay casos en los que las infecciones de estas lesiones se complican, bien por no haber actuado correctamente cuando se produjo la agresión o por no haber asistido a un profesional para tratarlas debidamente con medicación.

Estas son algunas de las enfermedades graves que se pueden llegar a producir:

  • sepsis: debido a una respuesta anormal del sistema inmune ante la infección,
  • meningitis: inflamación de las meninges,
  • endocarditis: inflamación del corazón,
  • peritonitis: inflamación del peritoneo.

Todas ellas son infecciones que pueden ser causadas por la invasión de los microorganismos en las heridas si no se recibe un tratamiento adecuado.

Niña pequeña jugando con un perro en el parque.

Microorganismos implicados en las infecciones

Como vemos, las infecciones las causan principalmente las propias bacterias que conforman la flora oral de los perros, que cuando muerden las transmiten a la herida.

De media, las heridas de este tipo contienen de 2 a 5 especies bacterianas. En la boca del perro las bacterias más comunes son Pasteurella spp., Staphylococcus y Streptococcus spp., y Capnocytophaga canimorsus. Aunque también se han hallado patógenos como Bacteroides, Prevotella, Propionibacterium y Fusobacterium spp.

A continuación te exponemos las más importantes.

Pasteurella spp.

Este género de bacterias es el que ha sido hallado con más frecuencia en este tipo de heridas. Las poblaciones de Pasteurella son colonizadoras naturales del tracto superior respiratorio de muchos animales sanos.

En numerosos casos, ha sido reportada como un patógeno importante que afecta a las heridas causadas por mordeduras de perros y gatos, aunque también puede ser transmitida a través de rasguños.

Pasteurella multocida es la especie que genera los casos más complicados en las personas, mientras que P. canis es la que aparece con más frecuencia en los incidentes de mordeduras de perros.

Entre los síntomas más comunes de la pasteurelosis encontramos: hinchazón, enrojecimiento y dolor, y finalmente sangrado o supuración.

Sin embargo, se han dado casos más graves en los que la infección puede conducir a:

  • bacteriemia (presencia de bacterias en sangre),
  • osteomielitis (inflamación del hueso),
  • endocarditis,
  • meningitis.

La infección pulmonar en las personas no es frecuente pero se han diagnosticado casos de neumonía grave producida por esta bacteria.

Capnocytophaga canimorsus 

Esta bacteria se identifica como el patógeno que causa las infecciones más graves en las heridas infectadas. Afecta tanto a personas de avanzada edad como inmunocomprometidas, e incluso se han diagnosticado casos en personas sanas.

A pesar de que la infección se produce por mordeduras casi siempre, también puede ocurrir por que la mascota  lama heridas o lesiones superficiales de su tutor.

No sólo provoca inflamación en el sitio de la herida sino que puede causar bacteriemia al diseminarse por la circulación sanguínea. Al igual que las bacterias del género Pasteurella, existen complicaciones en el que personas infectadas llegaron a padecer meningitis e incluso infecciones oculares.

Un pastor alemán simulando una mordida con su tutor.

Consejos sobre prevención y cura de las heridas

Como indica la Organización Mundial de la Salud, las medidas para tratar estas heridas dependen del sitio dónde se produzcan, el estado de la víctima y si el perro tiene puestas las vacunas pertinentes.

Por tanto, es importante tener en cuenta las recomendaciones e instrucciones sobre cómo actuar en caso de sufrir mordiscos por parte de estos animales:

  • Detener el sangrado presionando la herida con un paño limpio.
  • Lavar cuidadosamente la herida con agua y jabón.
  • Enjuagar la herida varias veces con abundante agua.
  • Aplicar pomada antibacteriana.
  • Hacer un seguimiento y vigilancia de la herida por si existen signos de infección y si es así, buscar atención médica.
  • Acudir al hospital directamente si no conoce el historial de vacunas del animal o sospecha que pueda estar infectado por la rabia.

Finalmente, la educación de los niños es primordial para prevenir estos ataques. Por eso, siempre bajo la supervisión de un adulto, deben evitar provocar a estos animales y no estar en contacto con perros callejeros.

Vacunar a los perros contra la rabia debemos incluirlo entre nuestras obligaciones, al igual que la de brindarles a nuestras mascotas un adiestramiento ejemplar.

 

 

 

 


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