Infecciones oculares en perros

Para evitar las infecciones oculares, la higiene y limpieza diarias son fundamentales, así como las visitas al veterinario cuando el aspecto de los ojos de nuestra mascota cambia
Infecciones oculares en perros
Ana Díaz Maqueda

Escrito y verificado por la bióloga Ana Díaz Maqueda.

Última actualización: 03 octubre, 2019

Las infecciones oculares en perros pueden estar producidas por multitud de organismos. Además, pueden derivar de otras enfermedades sistémicas con afección ocular.

El ojo es un órgano muy complejo y sensible que, ante pequeños cambios dentro o fuera del organismo, puede sufrir daños fácilmente. La salud ocular de nuestra mascota debe ser mantenida a través de limpiezas diarias con productos específicos o suero salino, así como mediante la retirada de las legañas que se producen a lo largo del día.

En este artículo hablaremos sobre las infecciones oculares en perros, algunas más comunes que otras, pero todas igualmente importantes. Ante cualquier cambio en el aspecto de los ojos de nuestro can, debemos acudir al veterinario a la mayor brevedad posible.

Infecciones oculares en perros

Toxocariasis ocular

La toxocariasis es una infección parasitaria producida por el nematodo Toxocara canis en perros y humanos, por lo que estamos ante una enfermedad zoonótica.

Un can se infecta con toxacaris al ingerir carne o alimentos infectados con huevos de este parásito. Los huevos, al llegar al intestino, traspasan la pared y llegan a través de la sangre hasta el hígado.

Sin embargo, en ocasiones, pueden superar la barrera del hígado y llegar hasta el cerebro –donde produce meningitis– o a los ojos. Aquí, una única larva puede desarrollarse y destruir varias estructuras del globo ocular, lo que produce granulomas y endoftalmitis crónica, que es la inflamación de los tejidos del interior del ojo.

Conjuntivitis por infecciones oculares en perros

La conjuntivitis es uno de los problemas más comunes en las clínicas veterinarias. En la mayoría de los casos son provocadas por infecciones oculares en perros. Estas infecciones pueden ser de tipo vírico, bacteriano o, incluso, por una reacción alérgica.

La conjuntiva es una capa translúcida y muy fina que recubre el ojo y el interior de los párpados. Por sus características, este tejido no es visible a menos que aparezca algún problema. Los síntomas más comunes de la conjuntivitis son:

  • La esclerótica o parte blanca del globo ocular se enrojece por un aumento de la irrigación sanguínea.
  • Se produce un lagrimeo excesivo.
  • Pueden aparecer muchas legañas de un color verdoso.
  • El perro puede no abrir el ojo. Esto se debe al dolor que produce.
  • Los párpados aparecen inflamados, lo que se conoce como blefaritis.
  • El ojo aumenta su sensibilidad, por lo que la luz le molesta en exceso.
Poner gotas a los ojos del perro

Conjuntivitis canina inmunomediada

Ocasionalmente, las conjuntivitis pueden estar inmunomediadas y relacionadas con la raza. Las razas más afectadas incluyen al pastor alemán, al perro salchicha de pelo largo y al caniche miniatura.

En estos tipos de perros puede producirse una infiltración de células plasmáticas a través de la membrana nictitante o tercer párpado, lo que provoca una blefaritis.

Erliquiosis canina

La erliquiosis canina es una enfermedad producida por la bacteria Ehrlichia canis, que puede ser transmitida por garrapatas infectadas. Esta patología puede ser mortal porque afecta, principalmente, a la sangre, sus componentes y al sistema inmune. Los principales síntomas observados en las analíticas son la anemia y la leucopenia o reducción de los glóbulos blancos.

En la mayoría de los perros se produce una inflamación ocular y de los párpados durante el inicio y posterior desarrollo de la enfermedad. Finalmente, la enfermedad afecta a otras regiones del ojo, como es la retina, lo cual provoca dolor y afecta gravemente a la visión.

Gusanos oculares

La telaziosis canina está causada por el gusano Thelazia callipaeda. Este parásito es originario de Asia ,pero ya ha llegado a distintas regiones de Europa.

Tanto la forma adulta de estos parásitos como la larval viven en el globo ocular de los carnívoros domésticos –gatos y perros– y de los carnívoros silvestres. Son transmitidos por artrópodos.

La presencia de estos gusanos en los ojos de los animales puede provocar distinto grado de daño:

  • Lagrimeo excesivo.
  • Conjuntivitis.
  • Queratitis ocular.
  • Epifora u obstrucción de los canales lagrimales.
  • Edema, inflación o exceso de fluidos en los párpados.
  • Úlceras corneales.
  • Ceguera.

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