Gatos que piensan como los perros

Criar a los gatos en compañía de perros mansos no solo reducirá el miedo de los primeros, sino que potenciará su sociabilidad.
Gatos que piensan como los perros
Paloma de los Milagros

Escrito y verificado por la bióloga Paloma de los Milagros.

Última actualización: 10 enero, 2020

Existen determinadas razas de gatos que piensan como los perros, llevando a cabo patrones conductuales entre los que destacan el deseo de vínculo con los humanos. Esta sociabilidad se manifiesta a través del propio lenguaje corporal y puede ser potenciada mediante varios entrenamientos.

Hay una creencia arraigada en lo que respecta a la actitud independiente y distante de los gatos, normalmente concebidos como la oposición de los canes. Sin embargo, no todos los felinos domésticos se identifican con dichos estereotipos, pues adoran el juego, responden a su nombre e incluso disfrutan del agua.

Algunos de los gestos comunes entre los perros y los gatos que piensan como perros son las múltiples expresiones faciales, incluido el movimiento de las orejas. La actividad de la cola e incluso el grado de arqueamiento de la espalda también son importantes indicadores del nivel de bienestar de estos animales.

Además, ambas especies se caracterizan por el gran desarrollo de su sistema olfativo y auditivo, importante en el reconocimiento y la comunicación con otros animales.

Razas de gatos que piensan como los perros

A pesar de que cualquier gato puede llegar a comportarse como un can, tanto por razones genéticas como por la influencia del entorno, existen una serie de razas más propensas:

  • El abisinio. Los etólogos lo definen como el gato ideal para aquellos que estén acostumbrados al trato con canes. Es enérgico, sociable, responde a la búsqueda de juguetes, sigue a su dueño y, normalmente, le agrada el agua. Asimismo, se muestra receptivo al entrenamiento con correa.
Gato abisinio
  • El ragdoll. El nombre de esta especie se traduce como ‘muñeca de trapo’ dado el carácter manso y sociable del animal. Aunque es juguetón, su rasgo distintivo es la placidez con la que responde a las caricias de su propietario y las personas ajenas al hogar. Además, es el felino ideal para la convivencia con otros animales.
  • El angora turco. Es uno de los gatos más parecidos a los perros, dado su deseo de ser el centro de atención. Es juguetón, fiel y sociable, y suele destacar por su receptividad con las visitas ajenas al hogar. A todo ello se le añade su buena capacidad nadadora.
  • El Maine Coon. Es una de las razas de gatos domésticos más grandes y llegar a superar a muchos perros de raza pequeña. Se muestra devoto y juguetón con su dueño, y es capaz de traer los juguetes de vuelta. En lo que respecta a las visitas, puede mostrarse más desconfiado.

Cómo potenciar la conducta canina

Además de la existencia de ciertas razas de gatos que piensan como los perros, se pueden adoptar algunas medidas para incrementar dicha sociabilidad.

  • Realizar entrenamientos de agilidad y memoria. Aunque pueda implicar más dedicación que con los canes, los gatos pueden atender a su nombre, buscar juguetes e incluso traerlos. Los resultados suelen ser más exitosos cuando se trabaja con silbatos, de forma que se asocien comportamientos a sonidos.
  • Realizar paseos. Algunos gatos, dado su carácter manso, suelen responder positivamente a los paseos con correa. Estas salidas guiadas deben realizarse en lugares tranquilos, lo que garantizará la ausencia de perros.
Gato paseando con correa
  • Desarrollo con perros. Cuando los gatos crecen junto a los perros, siempre que estos últimos se muestren receptivos y calmados, suelen imitar los patrones de conducta caninos. De igual manera, potenciar el contacto humano en los primeros meses de vida aumentará la sociabilidad del felino.

No obstante, es importante concebir los límites de cada especie, de forma que el entrenamiento en lo que respecta a la orina y las heces, o en el cúmulo del número de órdenes, no deben equiparase.

Informarse de las razas felinas más acordes al estilo de vida propio es indispensable para lograr el bienestar común. Asimismo, es importante ser consciente de que buena parte del carácter de una mascota será un reflejo de lo aprendido por su entorno diario.


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