La etología es la rama de la biología que estudia el comportamiento animal con el objetivo de describirlo y explicarlo. Esta conducta está determinada tanto por factores genéticos como ambientales y se entiende como la manera de actuar y de relacionarse que cada especie tiene con el entorno, sus semejantes y sus allegados.
Factores del comportamiento animal
La parte genética del comportamiento animal constituye el cúmulo de características que definen el temperamento general, tanto heredadas, como innatas.
El ambiente, por su parte, influye en el comportamiento final del animal, ya que los estímulos externos pueden determinar tanto fobias o traumas como buenas conductas.
Además, existen factores internos como hormonas, lesiones en el cerebro o dolor que también pueden cambiar las conductas.
La etología es una disciplina reciente que estudia el comportamiento animal. Sus objetivos y sus métodos se establecieron de manera formal en la segunda mitad del siglo XX.
Etología: algunos antecedentes históricos
Puede señalarse que el hombre comenzó a interesarse por la conducta de los animales cuando se hizo cazador.
Cinco mil años antes de Cristo, por ejemplo, los sumerios dejaron plasmados en la arcilla escritos sobre el comportamiento de aves y peces.
También, Aristóteles de Estariga destinó 2 volúmenes para identificar y clasificar distintas conductas del reino animal en base a observaciones e interpretaciones que había recogido de viajeros y de exploradores que visitaron lugares lejanos.
Tuvieron que pasar muchos años hasta que Charles Darwin, en el siglo XIX, expusiera su teoría sobre la evolución por selección natural de las especies.
La etología, una ciencia reciente
La etología es, entonces, una disciplina que puede calificarse con reciente. Sus objetivos y sus métodos se establecieron de manera formal recién en la segunda mitad del siglo pasado.
En 1963, el científico holandés Nikolaas Tinbergen publicó el artículo “Acerca de los objetivos y métodos de la etología”.
Diez años años más tarde, Tinbergen, junto a Konrad Lorenz y Karl von Frisch, recibió el premio Nobel por sus estudios sobre el comportamiento de los animales. Así, la etología se convirtió en una ciencia con entidad propia.
Distintos caminos para una misma conclusión
En contraste, mientras los europeos ponían énfasis en observar a los animales en el hábitat natural de cada especie, desde el continente americano se insistía en las investigaciones realizadas en laboratorio.
Finalmente, en la actualidad hay coincidencia al afirmar que el comportamiento animal resulta de la interacción entre factores genéticos y ambientales.
Preguntas para explicar el comportamiento animal
El etograma es el instrumento por el cual se recopilan las conductas de un animal a través de la observación. Para explicar estos comportamientos podemos valernos de las cuatro preguntas planteadas por Timbergen:
- Causa. ¿Cuáles son los estímulos, tanto internos como externos, que provocan la conducta?
- Valor de Supervivencia. ¿De qué manera aporta esta conducta a la supervivencia y al éxito en la reproducción de la especie?
- Ontogenia. ¿Cómo se desarrolla la conducta a lo largo de la vida del animal?
- Evolución. ¿De qué forma apareció la conducta?
¿Qué es la etología clínica?
La llamada “etología clínica” se dedica a estudiar los cambios de conducta en los animales. Los veterinarios la utilizan para tratar distintas enfermedades. Pero el objetivo es más amplio y también involucra la prevención, el diagnóstico y el tratamiento de los problemas de conductas de las mascotas.
Se intenta de esta manera evitar aquellos comportamientos que pueden resultar peligrosos o molestos para las personas. También, se evita aquellos que pueden lesionar o enfermar a los animalitos de compañía. Por ejemplo:
- Conductas agresivas
- Ladridos excesivos
- Que hagan sus necesidades en lugares indebidos
Entender a los animales para entendernos a nosotros
Entender el comportamiento de los animales debería contribuir, además, a que logren sobrevivir las distintas especies que cada día se ven más amenazadas en sus hábitats naturales.
Además, esto ayudará a que los humanos, al intentar comprender a los animales, nos entendamos más a nosotros mismos y podamos así convivir en armonía con la totalidad de los seres vivos que pueblan el planeta.
Por allí deberían pasar algunos de los próximos desafíos de la etología.