Envenenamiento por Salmonella en perros
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La infección por Salmonella en perros puede ser grave para tu can y la crisis que esta bacteria produce amerita atención inmediata. La infección puede manifestarse con vómitos o diarrea con sangre.
Si tu mascota presenta síntomas, es importante mantener al perro hidratado, lavar tus manos con agua y jabón después de manipular al animal y avisar al veterinario cuanto antes.
Síntomas de la infección por Salmonella en perros
Es importante resaltar que los perros con salmonelosis pueden ser totalmente asintomáticos, sin dar señales de estar infectados. Por otro lado, los que sí presentan síntomas pueden mostrar un rango de signos que dependerá de la gravedad de la infección.
Si el can presenta síntomas, estos pueden aparecer dentro de las primeras 72 horas tras haberse infectado. Entre ellos se incluyen fiebre, diarrea y vómitos. Es común que, como consecuencia de la diarrea, el perro sufra deshidratación y letargo.
Por supuesto, su malestar general acarrea la disminución de la actividad y la pérdida del apetito. Estas bacterias también pueden causar aborto en perras preñadas.
Origen de la infección por Salmonella en perros
Típicamente, la infección por la bacteria Salmonella se adquiere a través del consumo de carne cruda o poco cocida. Adicionalmente, se puede transmitir a través de otros alimentos contaminados como huevos crudos y por contacto con las heces o la saliva de un animal infectado.
Es importante resaltar que no es la única fuente de contagio. Los perros también corren el riesgo de infección por ingesta de alimentos para mascotas retirados del mercado y por comidas húmedas no refrigeradas.
También es importante conocer que los perros infectados pueden eliminar las bacterias en sus heces y saliva por un tiempo después de la infección, expandiendo el contagio. Los reptiles, como las tortugas, los lagartos y las serpientes, son particularmente propensos a albergar Salmonella en su tracto gastrointestinal.
Se conoce que los perros con sistemas inmunes débiles, como los cachorros y los canes mayores o los que toman antibióticos, tienen más probabilidades de contraer una infección por Salmonella.
Diagnóstico de la infección
En los casos sintomáticos, algunas de las primeras manifestaciones que puedes observar en el can son fiebre, vómitos y diarrea constante. Ante estos signos es importante consultar inmediatamente a tu veterinario y llevar una muestra de heces frescas contigo.
Debes tener en cuenta que la infección por Salmonella comparte síntomas con otros problemas gastrointestinales, como gastroenteritis, parásitos o alergias alimentarias. Por esta razón, tu veterinario deberá realizar una serie de pruebas para diagnosticar con precisión la salmonelosis.
En la consulta, hazle saber a tu veterinario si tu perro ha comido carne cruda o huevos, si ha consumido alimentos para mascotas retirados del mercado o ha estado en contacto con algún animal que pueda haber sido infectado.
Tratamiento de la infección
En casos leves, el tratamiento se puede administrar en casa. Basta con asegurarse de que el perro reciba suficientes líquidos durante la recuperación. Tu veterinario puede recetarle antibióticos para ayudar a combatir a la bacteria o prevenir el shock, dependiendo de la extensión de la infección.
Por otro lado, si el caso es grave puede requerir que tu perro sea hospitalizado. Si hay deshidratación, es posible acudir a la terapia con líquidos por vía intravenosa. Además, en aquellos que desarrollan una infección sanguínea o sepsis se puede necesitar de una transfusión de plasma o sangre.
Es importante mantener la calma, pues la mayoría de los perros que contraen una infección por Salmonella se recuperan completamente. Desafortunadamente, los resultados pueden no ser tan buenos para los canes que desarrollan sepsis.
Las heces y la saliva de su perro pueden continuar transmitiendo la bacteria de la Salmonella incluso semanas después de haber sido infectado.
Medidas de seguridad tras la infección por Salmonella en perros
Es sumamente importante conocer que la salmonelosis es una infección que puede ser transmitida de los perros a las personas. Por lo tanto, querrás usar equipo de protección como guantes cuando recojas las heces de tu mascota.
También, deberás lavar tus manos con agua y jabón después de tocar cualquier cosa que tu perro haya tocado (juguetes, cuencos, etc.) y evitar ser lamido. Cuando laves los platos de tu can, usa un cepillo reservado solo para tu perro. Intenta no usar los fregaderos destinados a los utensilios de la familia.
Es posible que tu veterinario quiera ver a tu perro para un seguimiento. Dependiendo del progreso que haya realizado, se contemplará el tomar más muestras de orina o de heces para asegurarse de que la infección haya desaparecido. Estas medidas evitarán que tu perro se convierta en portador de la enfermedad sin presentar los síntomas.
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