Enfermedades renales en los perros
Los riñones son los órganos encargados de la filtración de la sangre y la excreción de sustancias de desecho a través de la orina entre otras funciones vitales. Por tanto, las enfermedades renales en los perros suponen un importante riesgo para su salud; la dieta es clave en su prevención.
Los riñones son fundamentales en la regulación del organismo al mantener la hidratación corporal, la presión arterial y el equilibrio de electrolitos. Además, secretan hormonas que, entre otras cosas, estimulan la producción de glóbulos rojos. La denominada insuficiencia renal es una de las enfermedades renales más comunes en los perros, y que pueden llegar a cronificarse.
Para poder diagnosticarse esta afección, debe verse comprometida al menos una de las funciones renales citadas. Sin embargo, la detección suele ocurrir cuando estos órganos han perdido entorno a un 70 % de su plenitud, de ahí la complejidad del tratamiento.
Causas y síntomas de las enfermedades renales caninas
Según la International Renal Interest Society (IRIS), conjunto de veterinarios dedicados a la investigación del fallo renal en perros y gatos, los principales factores de riesgo son:
- Glomerulonefritis o inflamación de los glomérulos que actúan a modo de pequeños filtros en los riñones.
- Pielonefritis o infecciones renales.
- Nefrolitiasis o cálculos renales.
- Leptospirosis, enfermedad zoonótica producida por la bacteria Leptospira interrogans.
- Cáncer.
- Amiloidosis, enfermedad en la que una sustancia de naturaleza proteica conocida como ‘amiloide’ se acumula en tejidos u órganos.
La posibilidad de desarrollar alguna de estas enfermedades es mayor en perros que tienen una edad avanzada. Por ello, es importante llevar una vida con cuidados preventivos desde las primeras etapas.
Los síntomas más evidentes de la enfermedad son la poliuria y la polidipsia, consistentes en orinar y beber más de lo habitual. Otros posibles indicios son: la incontinencia urinaria, el letargo, la pérdida de apetito y de peso, el mal aliento y las úlceras orales.
Tratamiento e importancia de la alimentación
El tratamiento para abordar las enfermedades renales en los perros depende de la durabilidad y de la gravedad de la misma. Por un lado, la enfermedad aguda puede ocurrir como reacción a la ingesta accidental de toxinas o rechazo a un tratamiento farmacológico previo.
Además, la ingesta de uvas y pasas propicia la aparición de este tipo de lesión. Dado que la sintomatología aparece de forma puntual, la hospitalización con terapia de fluidos y la dieta renal es lo más aconsejable en su curación.
En cuanto a la enfermedad crónica, puede llegar a extenderse meses, años o incluso a lo largo de toda la vida en contagios congénitos. En este caso es fundamental la detección precoz, para lo que entra en juego la observación y atención del propietario.
Una vez notificada, resulta difícil determinar la causa exacta responsable de la insuficiencia renal, pero permitirá la prescripción de un tratamiento paliativo. La medicación estipulada, la terapia de fluidos y la dieta renal terapéutica son los pilares básicos a la hora de abordar la enfermedad.
Aunque en lo que a la alimentación se refiere existen piensos especializados, también puede optarse por alternativas caseras pautadas. En ambos casos conviene cumplir los siguientes aspectos nutricionales:
- Restricción de alimentos ricos en fósforo para ralentizar la progresión de la nefropatía.
- Suplementación alcalinizante para combatir la frecuente acidosis metabólica.
- Restricción proteica moderada del orden de 40 gramos de proteína por 1000 kilocalorías para reducir la magnitud de la uremia.
- Aporte elevado de ácidos grasos omega-3 para ayudar a limitar la reducción de la filtración glomerular.