Diferencias entre alacrán y escorpión
¿Te has preguntado alguna qué diferencias existen entre un alacrán y un escorpión? ¿Son realmente distintos estos animales? En términos generales no, pues las palabras alacrán y escorpión hacen referencia al mismo animal, todo dependerá de la región del planeta donde vivas.
En los países sudamericanos es donde realmente surge la cuestión sobre diferenciar entre estos dos tipos de animales. Aunque físicamente sean iguales, las personas latinoamericanas sí diferencian a un grupo de otro, pero ¿Cómo lo hacen? Para comprenderlo, debemos acudir a la etimología de ambas palabras.
Origen de los nombres alacrán y escorpión
El término alacrán proviene del árabe al’aqrá . Estos animales se caracterizan por tener cuatro pares de patas, al igual que las arañas y los ácaros, de ahí que pertenezcan a la misma clase, la de los arácnidos.
Además, su aparato respiratorio consiste en una serie de tráqueas guardadas en unas especies de sacos y poseen unos órganos sensoriales llamados peines, los cuales se sitúan en la zona ventral.
Por último, lo que da a los alacranes o escorpiones su aspecto definitivo son las pinzas o pedipalpos de agarre y el aguijón curvo al final de la cola. Así, un escorpión tiene exactamente las mismas características físicas que el alacrán, es decir, son el mismo animal. La palabra escorpión, sin embargo, proviene del latín scorpio omis .
¿Dónde se usa un término u otro?
Generalmente, en los países cuyo idioma o parte de este provienen del latín, las personas tienden a usar la palabra escorpión para referirse a estos animales. Es el caso, por ejemplo, de Estado Unidos.
El término más utilizado y extendido en este país es escorpión, en inglés scorpion. No obstante, en ciertas regiones rurales se usa más la palabra alacrán. Por tanto, dependiendo de en qué estado estés, escucharás una palabra u otra.
Algo parecido ocurre en México. Los mexicanos que viven más al sur del país utilizan el vocablo alacrán, sobre todo para referirse a aquellas especies que son venenosas. Este es otro uso que se le da a las distintas palabras, pues parece estar extendida la asociación del veneno con el alacrán, pero no con el escorpión.
En las regiones norteñas de México, al tener más influencia estadounidense, está más extendida la palabra escorpión en lugar de alacrán.
Por otro lado, en países como España la palabra más usada es alacrán. Esto se debe a que este país estuvo bajo la influencia árabe durante varios siglos, de ahí que persistan en el lenguaje muchos términos de este origen.
No obstante, en ciertas regiones del país, la palabra alacrán está casi obsoleta y apenas se utiliza. De hecho, se usa alacrán para referirse a otros animales como los grillos, que nada tienen que ver con los escorpiones.
Asimismo, en ciertas partes de España la palabra escorpión está mucho más extendida que alacrán, o bien se utiliza el término escorpión para referirse a especies de mayor tamaño y alacrán para las especies pequeñas.
La familia Typhlochactidae, los verdaderos alacranes
Dentro de la familia Typhlochactidae existe un género descrito por Francke en 1982 que se llama Alacran y posee tres especies: Alacran chamuco , Alacran tartarus y Alacran triquimera .
Todas estas especies habitan en México y tienen hábitos cavernícolas, es decir, viven en cuevas. Algunos de estos artrópodos son difíciles de detectar, ya que pueden llegar a vivir a 900 metros de profundidad.
El hecho de que habiten en este tipo de ambientes ha hecho que los alacranes tengan unas características distintivas. Por ejemplo, carecen de ocelos —ojos simples— y sus artejos, cada segmento de las extremidades, están alargados.
Además, todos son de un color terroso, es decir, semejante al suelo donde viven. Tienen un tamaño relativamente pequeño, entre los cuatro y seis centímetros de longitud. Aunque poseen veneno, no son un peligro para el ser humano.
Alacrán y escorpión son el mismo animal
A pesar de que en algunas regiones se use más la palabra escorpión o alacrán, las únicas razones para este hecho son la cultura y la costumbre. Por tanto, pueden verse diferencias en el uso de los términos pero, al fin y al cabo, hacen referencia al mismo animal.
Por todo ello, se sugiere que no existen diferencias físicas ni rasgos concretos que diferencien un animal de otro. Así, cualquiera es libre de utilizar la palabra que prefiera sin caer en ningún tipo de error.
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