¿Tu perro se rasca mucho en las zonas sensibles de la piel? ¿Presenta zonas enrojecidas, descamaciones e irritaciones de la piel? ¿Están esas zonas inflamadas? ¿Tiene su perro antecedentes familiares de dermatitis atópica? Entonces es probable que su perro tenga dermatitis atópica canina. Aquí descubrirá más sobre esta enfermedad y las formas de tratarla.
¿Qué es la dermatitis atópica canina?
La dermatitis atópica canina es una enfermedad inflamatoria de la piel que presenta enemas y descamación y que está producida por una alteración del sistema inmunitario. Para ser más claros, es un tipo de alergia. Se manifiesta como una alteración de la piel que puede permitir el paso de alérgenos y la colonización y proliferación de microorganismos y alteraciones inflamatorias.
La dermatitis atópica canina está condicionada genéticamente, lo que quiere decir que depende de los genes del animal y sus antecedentes familiares y por tanto no es una enfermedad que pueda ser curada. Sí que se puede tratar para disminuir los síntomas y las manifestaciones externas, pero el tratamiento será de por vida.
Sobre todo aparece en perros jóvenes y hay razas que presentan una predisposición a esta enfermedad. Las razas West Highland White Terrier, Boxer, Labrador, Dálmata, Setter, Pastor Alemán, Shar Pei y el Bulldog Francés son especialmente sensibles a presentar esta enfermedad.
¿Cómo la reconozco en mi perro?
La dermatitis atópica canina se reconoce sobre todo porque las zonas sensibles de la piel (sobre todo la cara, la zona interna de las orejas, el cuello, las axilas, las ingles, el abdomen, el periné, la zona inferior de la cola, las zonas de flexión de las extremidades y entre los dedos) están enrojecidas y con granitos.
Estas zonas también pueden presentar descamaciones e irritaciones y si el perro se rasca la piel estará endurecida, negruzca y el can empezará a perder el pelo por esas zonas.
Si además se presenta alrededor de los ojos o en las orejas, la enfermedad puede provocar conjuntivitis u otitis en el animal. Por eso hay que ser especialmente cuidadoso cuando la dermatitis atópica canina se presenta en estas zonas y aplicar el tratamiento con la regularidad prescrita por el veterinario.
¿Cómo hago para que no le moleste a mi perro?
La dermatitis atópica canina sólo se trata si se convierte en un problema para el perro; es decir, si se rasca mucho y presenta calvas en el pelo o se hace heridas.
Antes de realizar cualquiera de los tratamientos posibles para la dermatitis atópica, el perro deberá recibir ciertos cuidados. Todos los perros atópicos deberán pasar un control de pulgas y recibir cuidados cutáneos, entre ellos la eliminación de infecciones. El propietario del can deberá estar dispuesto a colaborar con el veterinario en todo momento y tener en cuenta que el tratamiento no elimina la enfermedad, sino que sólo disminuye la sensación de picor y evita las manifestaciones clínicas.
Hay tres tipos de tratamientos que se pueden aplicar a un perro con dermatitis atópica: el tratamiento tópico, la inmunoterapia y el tratamiento médico anti pruriginoso (o sea, anti picor).
El tratamiento tópico consiste normalmente en la aplicación de geles, lociones o cremas que ayuden a la restauración de la epidermis (porque contienen factores que regeneran la barrera cutánea). De esta forma se evitan los picores, se hidrata la piel y disminuye la alergia que el perro pueda tener a través de la piel.
La inmunoterapia consiste en el refuerzo activo de los anticuerpos y el sistema inmunológico del perro. Puede aplicarse de dos formas: de forma alérgeno específica (también conocida como vacuna de la alergia), que está orientada a reforzar específicamente los anticuerpos que afectan a lo que sea que le de alergia al perro, o puede aplicarse mediante interferones que modulan la respuesta inmunitaria.
Ésta última forma de tratamiento está orientada a tratar las causas de la enfermedad, pero no siempre se manifiesta de forma clínica.
El tercer método de tratamiento es el tratamiento médico contra el picor. Este tratamiento controla los signos clínicos de la enfermedad; es decir, la descamación, el enrojecimiento, los granitos, los picores… No cura la enfermedad, porque al ser genética es incurable, pero la hace tolerable para el animal. Este tratamiento tiene una variante para episodios agudos y un tratamiento crónico para prevenir la aparición de los síntomas a largo plazo. Puede conllevar la administración de fármacos como los glucocorticoides, la ciclosporina o los ácidos grasos.
Desafortunadamente, la dermatitis atópica canina es una enfermedad genética y no existe una terapia única que sea completamente eficaz. El tratamiento adecuado se determina de acuerdo a un estudio profundo de cada caso. Recuerde que, aunque la enfermedad no pueda curarse, el impedir que su perro note los síntomas hará que esté más sano, tranquilo y feliz.