¿Cómo regañar a un cachorro?

Regañar a un cachorro que hace algo inadecuado es lo primero que se le ocurre a cualquiera. No obstante, aquí tienes algunas alternativas mucho más sanas.
¿Cómo regañar a un cachorro?
Sara González Juárez

Escrito y verificado por la psicóloga Sara González Juárez.

Última actualización: 22 julio, 2021

El proceso de crianza es complicado y, a la vez, una responsabilidad muy importante si se convive con cualquier especie animal. Los errores en este proceso tienen consecuencias en la vida adulta de los seres vivos, por lo que es común preguntarse si regañar a un cachorro —o cómo hacerlo— es beneficioso.

Un cachorro de perro que llega a un hogar humano no podrá recibir la educación que le daría su madre biológica, por lo que deberá aprender a vivir en armonía con humanos y con otros animales bajo la tutela de alguien que no es de su especie. Aquí tienes consejos para que la comunicación entre tu cachorro y tú sea efectiva y sana.

¿Es malo regañar a un cachorro?

Las madres caninas reprenden a sus cachorros, eso está claro. Es su forma de enseñarles los límites a sus descendientes antes de que se enfrenten a la vida adulta. Sin embargo, el castigo tiene otros matices para los humanos, por lo que no es una técnica aplicable al 100 % para una cría de perro.

Regañar, en el sentido de castigar mediante violencia física o verbal, no debe hacerse en ningún caso. Es un acto que el can no entenderá como un aprendizaje, sino como una agresión cuyo origen no comprende.

¿Por qué los cachorros se portan mal?

En su infancia, los perros son muy dependientes de su madre, tanto a nivel de supervivencia como emocional. Por eso, muchas conductas están destinadas a llamar la atención de su tutor —humano o no—, ya sea buscando cariño, juego o simplemente que los miren.

Cuando estas conductas se ejecutan en una casa, pueden traducirse en romper enseres, ladrar, orinar en casa y un largo etcétera. Antes de tomar cualquier acción, es necesario preguntarse por qué lo ha hecho el cachorro y actuar en consecuencia, no de forma impulsiva.

La cistitis en perros es un evento común.

¿Cómo regañar a un cachorro?

No se trata solo de premiar, ignorar o reñir. Cada situación y conducta requerirá una acción concreta e, incluso, puede que hasta que averigües la causa de la conflictividad ocurran un par de episodios más. Como esto es algo complejo y parte de un proceso, aquí tienes algunos consejos que te ayudarán a empezar.

Corregir, pero sin usar la violencia

La disciplina es esencial en la educación del cachorro. Sin embargo, establecer el conjunto de reglas de comportamiento para mantener el orden no se consigue mediante el castigo positivo ni con violencia.

Además, el perro lleva domesticado desde hace miles de años. Estos animales saben reconocer el estado de ánimo de su tutor a través de su expresión facial, lenguaje corporal y tono de voz. Dicho de otro modo, no es necesaria una agresión para que comprendan tu enfado.

Regañar a un cachorro en el momento preciso

Un error en el que caemos los humanos muy fácilmente es atribuir al cachorro la capacidad de acordarse de haber hecho algo malo. Para asegurarte de que entiende qué conducta le estás señalando como inadecuada, es necesario que se lo indiques en el momento. 

Por ejemplo, si coge algo del suelo y le dices que lo suelte y lo hace, regañarle tras ello solo le creará confusión al cachorro: creerá que le regañas por obedecerte, no por haber cogido algo.

Premia su buen comportamiento

El refuerzo positivo es imprescindible en la educación de un cachorro. Al igual que aprende con la disciplina qué no debe hacer, el premio le enseñará qué actividades puede realizar para crear una situación positiva.

¿Qué hacer si mi cachorro es agresivo al regañarlo?

La razón de que el cachorro se ponga agresivo cuando lo regañas es que se siente amenazado o se asusta. Es normal sentir miedo, rabia o tristeza cuando esto ocurre, pero no tires la toalla: se puede corregir.

Al ser una situación complicada, las agresiones deben tratarse con la ayuda de un especialista. Además, cuanto antes se empiece a intervenir, mejor, pues la violencia puede escalar o establecerse en la conducta del cachorro como algo normal si no se aborda con presteza.

Alternativas para corregir al cachorro

Incluso aunque no te enfades, tu cachorro entenderá tarde o temprano lo que quieres de él. Hay muchas maneras de corregir sin regañar, como las siguientes:

  • Ignorarlo: cuando claramente su conducta es una forma de llamar la atención, prestársela es reforzar esos comportamientos que se quieren evitar.
  • Conducta incompatible: a veces, pedirle que haga algo incompatible con el mal comportamiento acaba por convertirse en un automatismo para el cachorro. Por ejemplo, si se encamina a agredir a otro perro, puedes llamarlo para que vaya en dirección contraria.
  • Ofrecer alternativas: ciertas conductas naturales del perro, como mascar, no tienen por qué inhibirse. Si tu cachorro mastica los cojines, enséñale a que puede hacerlo, pero solo con sus mordedores.

Estas tres técnicas son solo lo más básico para empezar. Existen muchas más, pero es importante saber elegir bien cuándo y cómo se aplican para que sean efectivas. Por supuesto, quien mejor te enseñará a usarlas será un etólogo canino.

Educación mental y física

Los cachorros en crecimiento necesitan estimulación mental, física y social. Puesto que se hallan en un periodo de aprendizaje crítico, su vida debe ser lo más enriquecedora posible: largos paseos, juegos y juguetes, amigos de su especie y mucho cariño son esenciales para que los problemas de conducta no se manifiesten en el futuro.

Además, cuanto más estimulado esté el cachorro y más energía gaste, más dispuesto se encontrará a aprender y menos trastadas hará en casa.

Evitar las conductas negativas

Las conductas inadecuadas no se producen porque sí. Otro método para evitar su aparición es corrigiendo las causas en vez de su comportamiento. Por ejemplo, si se orina dentro de casa, quizá es que el can necesite salir más a menudo.

Unos cachorros de perros.

Los cachorros son siempre un motivo de alegría y fuente de grandes momentos, no solo para los humanos, sino para el propio perro. Tenemos en nuestra mano hacer que la vida de alguien sea plena, feliz y sana, ¿qué más podemos pedir?


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