¿Los carbohidratos son malos para los perros?

Algunos fabricantes aumentan el contenido de harinas remplazando proteínas de gran calidad nutricional
¿Los carbohidratos son malos para los perros?
Paloma de los Milagros

Escrito y verificado por la bióloga Paloma de los Milagros.

Última actualización: 12 noviembre, 2019

En los últimos años ha habido un auge en los piensos caninos con alto contenido proteico. La razón es la creencia de que los carbohidratos son malos para los perros con base a ciertas conclusiones científicas.

Buena parte de los dueños, debido a una campaña de desinformación en la que el marketing ha jugado un papel importante, consideran que los perros no necesitan carbohidratos. Esta afirmación no resultaría del todo falsa, puesto que se ha comprobado la viabilidad de una dieta canina sin granos. Sin embargo, la exclusión total de este tipo de nutrientes solo resultaría recomendable en canes alérgicos a los cereales.

Otra posible razón para justificar que los carbohidratos son malos para los perros es la supuesta incapacidad de estos para digerirlos. Esta justificación, exceptuando los casos de intolerancias, es fisiológicamente errónea. A pesar de que los perros carecen de amilasa salival, enzima necesaria para la degradación de los carbohidratos complejos, sí poseen amilasa pancreática. La presencia de esta última garantiza la adecuada digestibilidad de los almidones.

¿Cuándo los carbohidratos son malos para los perros?

La problemática de las formulaciones de piensos con carbohidratos no reside en la presencia de estos, sino en que se conviertan en sustitutos de proteínas de calidad. El motivo principal es el menor coste de fabricación en detrimento de la salud nutricional del animal y se da, principalmente, en dietas secas.

Las proteínas, sobre todo las procedentes de la carne, son una fuente directa de todos los aminóacidos esenciales. Además, aportan altos porcentajes de las vitaminas A, E, B y D, recomendadas en la ingesta diaria, y pequeñas dosis de otras vitaminas esenciales como la C.

Comida seca y húmeda para perros

Se ha demostrado que un consumo elevado de carbohidratos podría contribuir al agotamiento vitamínico del cuerpo. De hecho, el investigador Theodore Van Itallie de la Universidad de Columbia afirmó que tanto los niveles de vitamina B como C se veían reducidos tras la ingesta excesiva de granos. Esto también podría estar relacionado con un excesivo aporte de fibra, lo que disminuye la absorción de vitaminas y minerales.

Por otro lado, hay que tener presente lo referente a las alergias. El maíz y el trigo son dos de los cinco ingredientes principales que causan sensibilidad intestinal con mayor frecuencia. Al mismo tiempo, se ha visto que algunas razas como el setter irlandés tienen mayor predisposición a la celiaquía.

Beneficios de los carbohidratos en dosis adecuadas

A excepción de que el can sea alérgico a algún tipo de grano, afirmar que los carbohidratos son malos para los perros, y actuar en consecuencia, puede incluso perjudicar al animal. Los carbohidratos, aportados de manera balanceada, proporcionan una serie de beneficios:

  • Los granos enteros cuentan con gran cantidad de vitaminas, sobre todo del grupo B, y minerales.
  • La fibra de los granos integrales contribuye al mantenimiento de la flora intestinal, esencial en la eliminación de toxinas y en la facilitación del proceso digestivo.
  • La fibra soluble, como la presente en la avena, regula los niveles de glucosa y colesterol.
  • Los carbohidratos, además de la grasas, son una de las fuentes de energía más importantes.
Border collie corriendo

Así, la mejor opción a la hora de alimentar al animal es optar por aquellas formulaciones que garanticen un equilibrio nutricional. El contenido proteico debe superar al lipídico, que puede ser a base de carnes, lácteos, huevos, pescado o soja. En los granos, salvo recomendaciones veterinarias, deben priorizarse los enteros frente a los refinados.

Reblandecer el pienso, optar por dietas húmedas o caseras o excluir ciertos ingredientes son decisiones que deben tomarse con base a las recomendaciones del especialista y la respuesta fisiológica del animal. Sin embargo, en casos de buena salud intestinal, el equilibrio nutricional suele garantizar el bienestar del can.


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