Características y distribución de la medusa de puntos blancos
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La medusa de puntos blancos es un hermoso ejemplar traslúcido que flota en las aguas del océano Pacífico. Se la suele ver por las regiones cercanas a los trópicos, pero esto no impide que habite ciertas zonas del hemisferio norte. Es considerada una especie con gran capacidad invasiva y varios países están preocupados por el impacto ecológico que puede tener sobre los ecosistemas en los que no es endémica.
El nombre científico de esta medusa es Phyllorhiza punctata y pertenece al grupo de los cnidarios, en el que también se agrupan los corales y las anémonas. Esta especie se caracteriza por la forma de sus tentáculos y los puntos blancos que se distribuyen en toda su campana. Sigue leyendo este espacio y conoce más sobre este increíble ejemplar.
Hábitat y distribución de la medusa de puntos blancos
Esta especie es residente natural de las aguas oceánicas de Australia, donde se le suele hallar con facilidad cerca de las costas. Sin embargo, esto no le ha impedido invadir otros países como España, México, Turquía, Japón, Brasil, Estados Unidos y varias regiones más del Indo-pacífico. Por esta razón, se le considera una especie invasora y bastante peligrosa para la fauna nativa.
Aún se desconoce con exactitud la manera en la que este cnidario es capaz de llegar a las diferentes zonas del mundo, pero se cree que el humano podría haberla ayudado. Una de las teorías propuestas es que se ancla a los cascos de los barcos, de modo que la medusa los ocupa de transporte y así llega con facilidad a otros países.
Características físicas de la especie
Los cnidarios se caracterizan por tener dos estadios de vida diferentes: una fase pólipo y una medusoide. Esta última es la forma típica de las medusas, mientras que la primera es más parecida a las anémonas. Ambas se alternan a lo largo del ciclo vital de la especie, aunque una de ellas siempre dura más tiempo presente.
La fase medusoide de la medusa de puntos blancos se puede reconocer con mucha facilidad. Su aspecto se asemeja mucho al de una sombrilla, cuya parte superior se abre a manera de campana y la inferior exhibe 8 tentáculos rizados. En este estado tiene un tamaño de entre 45 y 50 centímetros de diámetro, además de que luce unas incrustaciones blancas a lo largo de todo su cuerpo.
El aspecto de la fase pólipo recuerda mucho al de una copa de vino, pero con tentáculos alrededor de sus bordes. Este estadio es inmóvil, ya que el ejemplar se adhiere a una superficie desde el primer momento de su desarrollo y hasta que muere. Es capaz de permanecer casi 5 años en esta forma, mientras que en el aspecto típico de medusa solo dura 2 años.
La característica principal de estos organismos es que portan cnidocitos, los cuales son una especie de “lanzas” que inyectan veneno a sus presas. Las toxinas que produce la medusa de puntos blancos no son letales para humanos, pero generan una experiencia bastante dolorosa. Estas pequeñas “púas” solamente se encuentran en los tentáculos del organismo, de modo que es importante evitar el contacto con ellos.
Comportamiento
Aunque las medusas pueden parecer organismos simples, la realidad es que son de los primeros animales que exhiben una red de “nervios” que les ayudan a reaccionar al ambiente. A esto se le conoce como plexo nervioso y se encarga de controlar los movimientos complejos de los cnidarios.
Las medusas son capaces de ver, oler y evitar los peligros naturales de su ambiente. Claro está, no de la misma forma ni con la calidad que lo haría un ser humano. Esto es gracias a la presencia de estructuras denominadas ropalios, los cuales son capaces de detectar la luz, los químicos, la gravedad y el movimiento. Gracias a ellos, tienen la habilidad de cazar y evadir a sus depredadores.
Alimentación
Las medusas suelen alimentarse por medio de filtración, por lo que son capaces de obtener su comida con solo flotar durante un rato a la deriva. Sin embargo, en algunas ocasiones utilizan sus tentáculos para incapacitar y devorar a presas como camarones, crustáceos pequeños y algunos peces.
La mayoría de las medusas de puntos blancos viven en simbiosis con las zooxantelas. Este grupo microscópico produce su propio alimento a través de fotosíntesis, por lo que le ofrecen comida a la medusa a cambio de vivir en su “piel”. El trato es benéfico para ambos y constituye una de las principales fuentes de nutrientes que tiene la especie.
Reproducción de la medusa de puntos blancos
La medusa de puntos blancos aprovecha la alternancia entre sus fases de vida para producir su descendencia. La forma medusoide es capaz de reproducirse de manera sexual, mientras que el pólipo emplea un mecanismo asexual. Ambos procesos le otorgan una capacidad increíble para colonizar nuevos ambientes, lo cual se teme pueda afectar otros ecosistemas.
Para llevar a cabo la reproducción sexual, la medusa desarrolla órganos sexuales en cada organismo. No son animales hermafroditas, de modo que los machos tienen que fertilizar a las hembras, para lo cual liberan sus espermas en el mar. Una vez que el óvulo se fecunda, comienza un proceso de desarrollo y se forma una masa de células amorfas que cae al sustrato.
El pólipo se desarrolla en el momento en el que las células se anclan al sustrato. Cuando han recolectado los suficientes nutrientes y alcanzan su madurez, empiezan a reproducirse de manera asexual. En este punto la estructura del organismo se comienza a subdividir en éfiras, las cuales son una versión diminuta de las medusas.
Cada éfira es un clon diminuto que tiene la capacidad de formar un individuo completo. Los pólipos son capaces de producir varias de ellas a lo largo de los 5 años que viven. Por esta razón, un solo individuo es suficiente para invadir un hábitat nuevo por completo.
Estatus de conservación
La excelente capacidad reproductiva de esta especie la ha librado de tener problemas en su conservación. Sin embargo, esto también la convierte en un organismo peligroso que puede amenazar la estabilidad de otros ecosistemas. La medusa de puntos blancos no solamente exhibe una coloración enigmática, sino que también constituye un peligro latente para la naturaleza.
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