El cáncer en el golden retriever es un problema de salud que tiene preocupados a veterinarios, investigadores y tutores por igual. Se trata de una enfermedad cada vez más prevalente en esta raza, pues, sin ir más lejos, aproximadamente el 70 % de los perros de esta variedad mueren por 2 tipos de neoplasia: hemangiosarcoma y linfoma.
La edad media de muerte de estos animales es de unos 9,5 años, en parte debido a la acción lenta pero letal de los tumores malignos. ¿A qué se deben estos datos tan preocupantes? Si quieres conocerlo todo sobre el cáncer en el golden retriever, continúa leyendo.
Causas del cáncer en el golden retriever
Comencemos por lo básico. El término cáncer hace referencia a un conjunto de enfermedades causadas por el crecimiento anormal de un grupo de células. Esto se debe a mutaciones genéticas que trastocan los ciclos celulares normales, por lo que estas se dividen de forma descontrolada y terminan por afectar a otros tejidos.
Cuando las células crecen de forma descontrolada, aparecen los temidos tumores malignos. Si estas líneas celulares mutadas ingresan en el torrente sanguíneo o linfático y se asientan sobre otros órganos, se produce la metástasis. Esta definición de cáncer es universal, estemos hablando de humanos, elefantes o golden retrievers.
En el caso de la raza que aquí nos atañe, los agentes causales no se conocen del todo. Lo que sí que está claro es que se trata de una cuestión genética, pues la prevalencia de las neoplasias en otros perros es de un 20 %, mientras que en estos canes alcanza el 60 %.
A pesar de que no se ha dado con una causa concreta, múltiples estudios han vinculado los cánceres en la raza a la herencia. Las aberraciones cromosómicas y cambios en genes como el VEGFR1 parecen estar vinculadas al cáncer en el golden retriever.
Tipos de cáncer en el golden retriever
Como hemos dicho con anterioridad, hasta 7 de cada 10 perros de esta raza tienen riesgo de sufrir un cáncer a lo largo de su vida. Esta probabilidad está más sesgada en machos (66 %) que en hembras (57 %), al igual que ocurre en los seres humanos.
El diagnóstico histológico más común en los canes fallecidos coincide en que, en la mayoría de los casos, 2 tipos de neoplasias son prevalentes: hemangiosarcomas y linfomas. Te contamos sus particularidades en las siguientes líneas.
1. Hemangiosarcoma
Aproximadamente, el 23 % de los golden retriever mueren por esta neoplasia. Se trata de un tumor de elevada malignidad que se asienta en cualquier lecho vascular, es decir, en venas, arterias y capilares sanguíneos. Como estos sistemas recorren todo el cuerpo del animal, los tumores se pueden presentar en prácticamente cualquier parte.
La detección de este tipo de cáncer puede ser muy difícil, a menos que esté localizado en un vaso superficial. Si es así, el can presentará una masa debajo de la piel, lo que facilita las sospechas tempranas. En los tumores internalizados, el animal pierde sangre continuamente, así que los síntomas más comunes son el cansancio, fatiga y unas encías pálidas.
Tras el diagnóstico en el veterinario, la cirugía y la quimioterapia posterior son los únicos tratamientos posibles. Aun así, el pronóstico no es nada positivo. Sol un 10 % de los perros viven un año después de la detección y tratamiento pertinentes.
2. Linfoma
Es el causante de aproximadamente el 18,5 % de las muertes en el golden retriever. Este tipo de cáncer afecta al sistema linfático y a los nódulos linfáticos y, además, puede presentarse localizado o de manera general. Existen casi 30 tipos de linfomas caninos, así que no nos vamos a detener mucho en sus particularidades clínicas.
De todas formas, es necesario conocer que el tipo de linfoma más común en perros es el multicéntrico. Este supone hasta el 85 % de todos los casos y se caracteriza por la inflamación de los nódulos linfáticos del animal.
La quimioterapia es el único camino para abordar esta enfermedad. El pronóstico es muy variable.
¿Qué hacer para evitar el cáncer en el golden retriever?
Por desgracia, el tutor no puede hacer nada. La responsabilidad a día de hoy recae en investigadores y criadores por igual, pues solo los profesionales podrán descubrir a los genes causantes de estas graves patologías. Una vez se identifiquen, se tendrán que aislar a todos los ejemplares portadores de mutaciones y evitar que se reproduzcan.
Solo así, a lo largo de las generaciones, se logrará limpiar la genética de la raza de mutaciones cancerígenas. Por desgracia, aún queda mucho para llegar hasta ese punto a nivel de conocimiento científico.