Callos en las patas de mi perro: ¿Qué puedo hacer?

Los callos son en realidad una capa extra de "piel" que aparece en respuesta a la fricción. A pesar de su apariencia desagradable, sirven para proteger la piel de los perros. Esto significa que no son completamente malos, pero se debe ser precavido por si aparecen complicaciones.
Callos en las patas de mi perro: ¿Qué puedo hacer?

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 12 diciembre, 2022

Los callos en las patas de los perros suele ser algo muy habitual en los canes más ancianos. Normalmente, aparecen en los lugares donde se apoyan nuestros animales. No suelen ser de gravedad, pero sí les puede resultar muy molesto. Al igual que en los humanos, los callos pueden presentar síntoma de resequedad en la zona, aspereza e incluso la desaparición del pelo.

Es por eso que en este artículo queremos que conozcas en qué consisten los callos en las patas, cómo curarlas y sobre todo cómo prevenirlas para que no vuelvan a aparecer.

¿Qué son los callos?

Las llagas o callos en las patas de nuestro perro es una herida que no cicatriza y que suele aparecer en los lugares del cuerpo en donde existe fricción, como son los codos o las rodillas. Salen porque nuestro perro se apoya siempre en el mismo sitio y sobre todo en una superficie dura, es por eso que es conveniente que tu perro duerma en una cama blandita.

Lejos de lo que se podría pensar, los callos aparecen como una defensa del cuerpo para reducir el impacto de la fricción en la piel. De esta forma, los perros pueden pasar más tiempo acostados en un suelo duro sin sentir alguna molestia. El problema aparece cuando estas estructuras impiden el movimiento normal del can o le causan dolor. Así que es en este instante cuando se necesita actuar para solucionarlo.

Los callos no suelen sangrar como las heridas, pero también se pueden formar a mayor profundidad, por lo que llegan a supurar y a producir inflamación. Por ello, si no se curan los callos en las patas del perro, se pueden convertir en heridas con sangrado y producir una infección en la zona. Aunque si el roce es constante, jamás se conseguirá curarlos, por eso es conveniente tomar medidas preventivas.

Curar los callos en las patas de mi perro

perro

Si apreciamos que nuestra mascota comienza a tener estos callos en las patas, solo hay que tomar medidas en el asunto si se vuelven muy gruesas o existe dolor. Ten en cuenta que es su forma de proteger la delicadeza de las almohadillas y de la piel, así que conviene mantenerlas presentes. Eso sí, al menor indicio de sangrado o supuración se debe actuar de inmediato.

Al principio, la zona comienza a estar reseca y poco a poco también perderá el pelo de la zona afectada. Después aparecerán las estructuras engrosadas similares a una costra, las cuales cubrirán la zona de la piel o la almohadilla de las patas.

Para controlar los callos, es conveniente que le pongas a tu perro una crema hidratante en las patas y en el codo. De este modo evitarás que la zona se reseque y se agriete. Eso si, no debe ser ningún producto creado para humanos, pues podría ocasionarle un efecto secundario indeseado.

Te aconsejamos una crema específica para estos casos, como por ejemplo: crema o ungüento que contenga aloe vera y vitamina E. Pero si lo prefieres, en las tiendas de mascotas venden cremas específicas para las callosidades. Debes frotar el producto en la zona reseca con un ligero masaje hasta que se absorba el producto. Pero mucho cuidado de que tu perro no se lama la crema.

Si la callosidad se ha convertido en una herida, es conveniente que la examine su veterinario, le proporcione un producto cicatrizante y verifique que la herida no está infectada. En estos casos, no le pongas una crema, es mejor que le apliques yodo u otro producto desinfectante.

Prevenir los callos en las patas de los perros

perro en manta

Como todas las cosas es mejor prevenir que curar. En el caso de los callos debemos evitar en lo posible que lleguen a formarse o que se conviertan en algo crónico.

Los perros de más edad y de pelo corto son los que son más propensos a padecer esta dolencia, por lo que hay que prestarles más atención y cuidado.

En la medida de lo posible tienes que evitar que tu perro duerma o descanse en zonas duras, para ello debes proporcionarle una cama o manta blandita, de este modo evitarás el rozamiento en los codos y rodillas. Si vas a salir con él de viaje o a visitar a alguien, tómate la costumbre de llevar siempre su manta, no descuides esta parte.

Otros tips adicionales

Si las callosidades que presenta tu perro no son tan graves, es muy probable que puedas aplicar otros remedios para controlarlas. A continuación, te compartimos algunos consejos extra:

  • Exfoliación (solo bajo aprobación del veterinario): es posible utilizar sales de magnesio diluidas en agua tibia para exfoliar, reducir el dolor y limpiar la zona de los callos. Claro está, esto puede ser un poco agresivo para la piel del perro, así que antes deberás consultarlo con un profesional de la salud animal.
  • Suplementos de zinc (solo bajo aprobación del veterinario): el zinc es un elemento esencial en la dieta de los canes que tiene un papel fundamental en la cicatrización de heridas, en la función del sistema inmunitario y en la división celular. Esto último significa que también toma parte en la reparación y mantenimiento de la piel. Tomar suplementos puede ayudar a evitar padecimientos cutáneos, los cuales incluyen las callosidades.
  • Utiliza botas para perros: los botines para perros pueden ayudar a reducir la fricción en superficies irregulares, duras y ásperas. Por esta razón, pueden ser una gran elección para reducir los callos.
  • Cambiar la correa o el arnés: en algunos casos las rozaduras se producen por objetos como correas o arneses, por lo que puede ser necesario cambiar por otras que no le hagan daño al perro. Si le compras un collar nuevo debes vigilar en las primeras semanas que no le haga rozaduras.

Además, siempre que bañes a tu perro y lo seques, no olvides poner una crema hidratante en las zonas donde pueden aparecer los callos. También aplícale un poco más antes de acostarse, pero no te vayas a descansar hasta verificar que la piel la ha absorbido y que él no se la va a lamer.

Evita también el sobrepeso de tu mascota, pues además de provocarle distintos problemas de salud, hace más fácil que le aparezcan las callosidades.


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  • Harvey, R. & Mckeever, P. (2009) Manual ilustrado de enfermedades de la piel en perro y gato. GRASS edicions.

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