7 cosas que los perros odian de ti

Para resolver problemas de 'convivencia' hay que entender el lenguaje de los canes; ello garantizará el bienestar de la mascota y reforzará el vínculo con su dueño
7 cosas que los perros odian de ti
Laura Huelin

Escrito y verificado por la educadora canina Laura Huelin.

Última actualización: 18 octubre, 2022

Nadie dijo que la convivencia fuese fácil, y más cuando se trata de diferentes especies. Los perros y los humanos somos seres muy diferentes, y así como los perros hacen cosas que a ti no te gustan, también hay unas cuantas cosas que los perros odian de ti. Tenlas en cuenta para mejorar vuestra relación:

1. Los perros odian de ti que no les escuches

Los perros son unos animales muy comunicativos: siempre están lanzando señales diferentes para mostrar en qué piensan o qué sienten. Sin embargo, nosotros quizás no somos tan observadores y nos perdemos casi todo el lenguaje canino.

El lenguaje de los perros: las señales de calma

Los perros odian de ti que no les escuches: que estén durante largos minutos diciéndote qué quieren conseguir de ti, que se pasen meses pidiéndote que ese perro, esa calle o ese vecino no les gusta y aun así les ignores. Todos debemos hacer un mayor esfuerzo por entender las señales del calma y las señales de estrés en nuestros perros para entenderles mejor.

2. Que lo trates como un humano

Somos seres diferentes: los humanos tenemos unas necesidades, un lenguaje y unas costumbres diferentes a las de los perros. Por eso, a tu perro no le gusta que te olvides de que tiene su manera propia de ver el mundo y le mandes hacerlo como un humano.

Humanizar a tu perro

No le hables como si fuese un niño pequeño, sino como a un perro: un animal inteligente que entiende palabras e intenciones, pero no largos discursos ni reproches. No olvides que su sentido más fuerte es el olfato, así que ayúdale a disfrutar de él. Tampoco olvides que sus mejores amigos deben ser perros, y que la vida social para tu perro es tan importante como la tuya para ti.

3. Que lo ates del cuello

Las correas que van atadas a los collares duelen y pueden provocar problemas de salud. Tanto si tu perro es grande, como si es pequeño, si tira de la correa o no, agradecerá ir cogido de un arnés y no de un collar.

Atar del cuello a un perro

Salir a la calle es uno de los momentos más emocionantes del día: no lo estropees añadiéndole, a cambio, un dolor permanente en la garganta. Es mucho mejor agarrar al perro de partes duras de su cuerpo: el esternón o las costillas.

4. Que des tirones al pasear

Otra de las cosas que los perros odian de ti es que, además del dolor en el cuello y la sensación temporal de estar ahogándose, no pueda pasear tranquilo sin llevarse varios tirones. Un tirón en un arnés duele, pero en el cuello es mucho peor: se ramifica el dolor por todos los nervios hasta las patas traseras.

Tirones de correa

No hay ninguna justificación para darle tirones a un perro mientras pasea: manejar una correa correctamente es más difícil de lo que parece, y si aprendes a llevarla con delicadeza, tu perro te lo agradecerá siempre.

5. Que uses detergentes muy perfumados

El sentido más sensible y desarrollado de los perros es el olfato. Se dice que su nariz es 1 000 veces más potente que la humana: sienten muchos más olores que nosotros y, por lo tanto, los sienten de manera muy intensa.

Olfato del perro

Cuando utilizamos detergentes perfumados para los humanos, estamos saturando y agrediendo la nariz de los perros. Cuando limpiamos la casa y dejamos un rastro de perfume químico, también estamos interfiriendo con sus instintos.

Los perros odian de ti que no huelas a humano y, en vez de eso, huelas a un montón de perfumes diferentes. Intenta rebajar la intensidad del olor de los detergentes, colonias o cremas que usas habitualmente. Estarás creando un mundo más amable para tu perro.

6. Que lo castigues

A los humanos nos gusta mucho usar castigos: castigamos constantemente a los niños, castigamos a nuestros empleados e incluso a veces –aunque desde luego no deberíamos– nos castigamos a nosotros mismos. Sin embargo, los perros entre sí no se castigan: se enseñan y se guían cuando uno se porta mal.

Castigar al perro

Un castigo es incómodo y desagradable, tanto para el que castiga como para el que es castigado. Además, la mayor parte de las veces que castigamos a nuestro perro, él no sabe por qué lo hacemos. Desecha los castigos de vuestra vida porque es otra de las cosas que los perros odian de ti. Aprende a usar el refuerzo positivo para enseñarle cosas nuevas.

7. Que no respetes su miedo

Nuestras casas y nuestras ciudades están hechas a la medida de los humanos: para los perros todo es grande. Las calles, los horarios y las costumbres están hechas para nosotros, y algunos perros pueden no entender o temer algunas de las cosas.

Miedo en perros

Hay muchas cosas diferentes a las que tener miedo viviendo entre humanos: los ruidos inexplicables de la calle, los coches, los vecinos, los ascensores… y, volviendo al primer punto de esta lista, no siempre somos capaces de ver que nuestro perro le tiene miedo a alguna de estas situaciones tan cotidianas.

Esto se acentúa cuando confundimos el miedo de los perros con actitudes graciosas: los gruñidos, enseñar los dientes, huir, esconderse… sobre todo en los perros pequeños se toma como algo divertido en vez de como el miedo paralizante que realmente es.

Si no quieres que esta sea otra de las cosas que los perros odian de ti, aprende a identificar el miedo de tu mascota. Respétalo como a ti te gustaría que te respetasen cuando te enfrentas a algo que no te gusta y protégele de todo lo que sienta como una amenaza.

A pesar de que los perros llevan miles de años viviendo con nosotros dentro de nuestras casas, todavía hay muchas cosas que no entendemos de ellos. Esto lleva a que hagamos pequeñas cosas en el día a día que los perros odian: por suerte, es fácil aprenderlas y corregirlas para que nuestra mascota sea más feliz.


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.