5 serpientes más venenosas

Estas especies inoculan una sustancia tóxica a través de sus colmillos huecos; con ella inmovilizan a una presa o se defienden
5 serpientes más venenosas

Escrito por Yamila

Última actualización: 30 mayo, 2018

Para defenderse de los depredadores o para capturar a sus presas, ciertos animales utilizan una sustancia que impide a otros seres moverse o atacar. En este artículo te contaremos cuáles son las serpientes más venenosas que existen. ¡No te gustaría toparte con ellas!

¿Cuáles son las serpientes más venenosas?

Por serpiente venenosa nos referimos a aquellas que inyectan a través de colmillos huecos una cierta cantidad de saliva modificada, conocida como veneno. El propósito de este líquido es inmovilizar a una presa o defenderse. A diferencia de la constrictora, esta no mata ‘abrazando’ a sus víctimas.

Las serpientes más venenosas del mundo están agrupadas en cinco familias, y en la mayoría de los casos se ha encontrado una cura para la sustancia que segregan. Sin embargo, cuando no se recibe tratamiento o el veneno es muy potente, puede ocasionar la muerte de un ser humano. Algunas de ellas son:

1. Cobra filipina

No es solo una de las serpientes más venenosas que existen… ¡Sino también una de las más tenebrosas! Realmente su aspecto y su porte asustan, como sucede con toda su familia, conocida como las Naja Naja oriundas de Asia.

La cobra filipina –foto que abre este artículo– tiene un comportamiento bastante agresivo, habita tanto en la jungla como en campos abiertos y se alimenta de ranas, pájaros, lagartijas y pequeños mamíferos. Su veneno es mortífero y lo inyecta cuando se siente amenazada. Podemos darnos cuenta de que no está muy ‘a gusto’, ya que eleva la cabeza y el cuello del suelo.

2. Mamba negra

Este reptil escamoso es la serpiente africana –habita en el centro y sureste del continente– más venenosa. Puede medir más de cuatro metros y su cuerpo es gris metalizado o verde amarillento. Se la conoce como ‘negra’ debido a que ese es el color del interior de su boca.

Mamba negra: picadura

Además, la mamba es muy veloz: puede desplazarse hasta 20 km/h. Cuando se pone agresiva, alza la cabeza y mira directamente a los ojos de la persona que le ha inoportunado. En cuanto a su veneno, una mordida puede inyectar 100 mg de dendrotoxina: solo 15 mg son mortales para un hombre adulto.

3. Serpiente de Taipán

En este caso estamos ante una serpiente nativa de Australia, cuyo nombre científico es Oxyuranus y la familia está compuesta por tres especies (conocidas): de la costa, del interior y central, según su ubicación en el continente.

Serpiente de Taipán: mordedura

Las taipán se alimentan de pequeños mamíferos y utilizan el veneno para coagular la sangre y bloquear las arterias y venas de sus víctimas. Este líquido puede matar a un ratón en cuestión de minutos. En las personas, es necesario un tratamiento urgente y varios días de cuidados intensivos.

4. Víbora de Russell

También llamada víbora de cadena o de las tijeras, es una de las serpientes más venenosas y, al mismo tiempo, más llamativas que existen. Originaria de Asia, concretamente de China, India y Taiwán, es una de las principales causas de muertes por mordeduras de animales en todo el mundo.

Víbora de Russell: características

Los síntomas por envenenamiento tras ser mordido por esta especie incluyen inflamación, hemorragia a través de orina o encías, descenso de la presión sanguínea, ampollas, necrosis, vómitos, fallo renal y caída de la frecuencia cardíaca.

La víbora de Russell –en honor a un herpetólogo escocés que la investigó– mide más de un metro de largo y es más delgada que otras vipéridas. Sus escamas son irregulares y de colores en contraste, en tonos marrones, naranjas y grises.

5. Cobra real

Esta serpiente, que vive en el Sudeste Asiático, es la venenosa más grande que existe: algunos ejemplares miden más de cinco metros y su cuerpo es de color pardo u oliva, con ojos en tonos bronce.

Cobra real: veneno

Se alimenta de otros ofidios, tiene hábitos diurnos y su veneno es muy tóxico, ya que está compuesto por neurotoxinas más que potentes. Al ser mordida, la víctima experimenta daños en el sistema nervioso central, seguido de visión borrosa, vértigo, somnolencia, parálisis y colapso cardiovascular. La muerte se debe a una insuficiencia respiratoria.


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