Tuberculosis en los perros

Tuberculosis en los perros

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 13 noviembre, 2017

Si bien la tuberculosis en los perros no es una enfermedad que se diagnostique de forma frecuente, en parte porque sus signos clínicos pueden confundirse con otras dolencias, el número de casos ha ido en aumento.

Esto se da en consonancia con la aparición de cepas resistentes a los tratamientos tradicionales y con el incremento de patologías inmunodepresoras, tanto en humanos como en animales.

Algunos datos sobre la tuberculosis

La tuberculosis es una patología infecciosa y crónica que puede afectar tanto al hombre como a animales domésticos y silvestres.

Es causada por bacterias del género Mycobacterium. El Mycobacterium tuberculosis y el Mycobacterium bovis son los agentes etiológicos que más afectan a los caninos.

Esta enfermedad está considerada una de las mayores zoonosis. Y las infecciones en perros por M. tuberculosis son una zoonosis inversa, ya que, en este caso, es la persona la que trasmite la enfermedad al animal.

Además, los canes que conviven con personas enfermas pueden albergar el agente etiológico en su faringe, pero sin presentar lesiones tuberculosas.

Infecciones por M. bovis y por M. avium

Autor: Soggydan Benenovitch
Autor: Soggydan Benenovitch

Las infecciones por M. bovis, por su parte, se dan cuando los perros ingieren leche cruda, vísceras o cadáveres de animales enfermos. También pueden infectarse por vía aerógena o por heridas.

Los caninos también son potenciales diseminadores de M. bovis, cuando las lesiones se localizan en el intestino o en el tracto respiratorio.

Por su parte, la infección con M. avium no suele ser frecuente. Ocurre por la ingestión de aves tuberculosas o por contacto con sus excrementos.

Signos de tuberculosis en los perros

Los signos clínicos que presenta esta patología en caninos son inespecíficos:

  • Astenia (debilidad)
  • Anorexia
  • Pérdida progresiva de peso
  • Fiebre
  • Tos
  • Dificultad respiratoria
  • Diarrea

También puede haber una inflamación de los ganglios linfáticos y un desarrollo progresivo de lesiones nodulares (granulomas) en la piel de la cabeza, cuello y extremidades, que llegan a ulcerarse y generan un aspecto rugoso.

Además, en las primeras fases, la enfermedad suele pasar inadvertida, lo que constituye un riesgo para otros animales y para las personas.

En algunos casos, los signos clínicos se manifiestan ante factores de estrés como inmunosupresión y gestación.

Cómo afecta la tuberculosis a los perros

Los órganos más afectados en canes con tuberculosis son los linfonodos broncopulmonares y el pulmón.

Las lesiones en pulmón se caracterizan por zonas bronconeumónicas  (inflamadas) de color rojo grisáceo que pueden confluir y formar cavidades, que bien se abrirán hacia la cavidad pleural o se comunicarán con los bronquios.

Estas lesiones se propagan rápidamente y varían desde una congestión aguda hasta la hepatización, que consiste en la transformación del tejido pulmonar en una masa sólida semejante al hígado.

Otros tipos de lesiones

  • Una lesión habitual también es la acropaquia. Se trata de una inflamación inespecífica que afecta a los huesos largos y se observa como un aumento del volumen bilateral y simétrico de los mismos, en especial de los de las extremidades.
  • Por su parte, las lesiones que se sitúan en la región abdominal, se presentan frecuentemente en el hígado. Son amarillentas,  con una zona central deprimida y con  bordes hemorrágicos dentados.

Esto provoca adherencias intestinales con estenosis (estrechamiento o reducción del diámetro interno del intestino), íleo paralítico (distensión intestinal, lentificación o detención del pasaje de lo ingerido sin obstrucción mecánica) y ascitis (acumulación de líquido seroso en la cavidad peritoneal).

Diagnóstico y prevención

perro enfermo

La confirmación definitiva de tuberculosis en los perros se logra con un cultivo bacteriológico, con la detección del agente en los tejidos mediante distintas técnicas de laboratorio y con exámenes radiológicos.

Confirmado el diagnóstico, los especialistas recomiendan el sacrificio de la mascota. El motivo esgrimido es que, aunque el animal se recupere, puede continuar siendo bacteriológicamente positivo, constituyendo  un riesgo para la salud de humanos y otros animales.

Mejor prevenir

Ante la inexistencia de vacunas para tratar la tuberculosis en canes, se impone la prevención.

Entonces, evita darle leche o vísceras crudas a tu mascota. Elige preferentemente alimentos balanceados o ten en cuenta que:

  • La leche debe ser pasteurizada o hervida.
  • Los productos cárnicos tienen que estar bien cocidos.

Y, teniendo en cuenta que los humanos podemos contagiar tuberculosis a los perros, cuidémoslos a ellos también cuidándonos nosotros.


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.