¿Por qué te pareces tanto a tu perro?

¿Por qué te pareces tanto a tu perro?

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 18 octubre, 2022

¿Te has quedado observando alguna vez a parejas de dueños y perros y has visto parecidos muy notables? Tranquilo, no estás loco. Esto es una realidad. Muchos perros se parecen a sus dueños… o al revés, eso está todavía por confirmar. Pero no es solo cuestión de rasgos físicos sino también de personalidad. Aquí te explicamos por qué.

Este hecho ha fomentado estudios científicos, concursos de fotografías, vídeos divertidos y chistes graciosos. Ahora bien, ¿es simple casualidad? Sigue leyendo y descubre la respuesta que dio una famosa escritora.

Te pareces tanto a tu perro… ¿Casualidad?

perro y mujer

En un concurso de belleza de perros hace algún tiempo, asistió una investigadora muy reconocida llamada Gini Graham Scott. Con la mirada perdida en los animales y sus dueños, una pequeña campanita tocó en su cerebro. Dejó de tener la mirada perdida y empezó a observar con detenimiento.

¡No podía creerse lo que estaba viendo! Los perros tenían rasgos físicos muy similares a sus dueños. Incluso algunos caminaban de igual forma. Empezó a hacer fotografías y le interesó tanto el tema que escribió un libro que tuvo un gran éxito de ventas: “¿Te pareces a tu perro?”.

En su libro explicó la teoría que descubrió después de su investigación y decía esto: “Como seres humanos elegimos a las personas con las que somos afines, por lo tanto elegimos a nuestras mascotas porque sentimos algún tipo de conexión. A veces, la elección es muy consciente y deliberada. Otras ocasiones, inconsciente, pero a menudo la gente busca mascotas que guardan cierta semejanza con ellos, porque genera un sentido natural de familiaridad”.

Así es, no todos los perros son para todos, y no todos los humanos son para todos los perros. En lo que tiene que ver con lo físico, parece que es un instinto que nos lleva a escoger a un perro u otro, mientras que cuando llegan a tener parecidos de su personalidad con la nuestra, eso es por otras razones, en parte.

Tu perro y tu personalidad

Te pareces tanto a tu perro… Ambos coméis mucho, ambos sois cariñosos, ambos sois un poco desordenados (en el caso de tu perro, sucio). Hace tiempo que notas ciertas similitudes con tu perro pero te niegas creer que podáis pareceros. A fin de cuentas él es un perro.

Pero como dijimos al principio, no estás loco, tranquilo. ¿Has escuchado ese dicho de “los que se acuestan en el mismo colchón se vuelven de la misma condición”? Bueno, pues aunque no duermas con tu perro, es cierto.

La memoria de los perros

Los humanos tendemos a imitar las cosas que nos gustan de otros, de aquellos con los que más tiempo pasamos. Pues bien, te hablaremos de la memoria de los perros. Como no hablan, su memoria se basa en dos cosas: imágenes y olores. En este caso hablemos de las imágenes.

Tu perro te ve hacer un gesto, y automáticamente se le queda grabado en su memoria; luego su instinto se encarga del resto: imitarte. Él ni siquiera saber por qué lo hace, el caso es que te vio reír la primera vez que lo hizo, y quiere verte reír de nuevo. ¿No es adorable?

La adaptación de tu perro

Por otro lado, un perro se adapta a ti y a tu ritmo de vida. Si pasas mucho tiempo fuera de casa y cuando regresas quieres tranquilidad y silencio, tu perro, a lo largo del tiempo pasado a tu lado, se habrá acostumbrado a estar quietecito a tu lado cuando estás en casa y así poder disfrutar de tus mimos.

Si te gusta salir a correr y has acostumbrado a tu perro a llevarlo contigo, él se ha adaptado a ser un perro deportista.

Aunque también, como dijo la escritora Gini, a veces escogemos a nuestra mascota de forma consciente. Y es que si trabajamos muchas horas, buscaremos un perro que no necesite mucho ejercicio físico y que se pueda acostumbrar a estar varias horas solo en casa. Si tenemos una casa grande, podemos darnos el lujo de tener un perro grande que tendrá espacio para estar y hará las veces de guardián.

El hecho de que un perro se adapte a tu estilo de vida, hará de forma gradual y casi imperceptible que se parezca cada vez más a ti con el paso del tiempo.

Resumiendo, la respuesta es sí. Te pareces a tu perro. Como muestra de ello, te dejamos un vídeo que además te hará reír un montón.


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.