¿Qué es la sexta extinción masiva y por qué debería preocuparnos?

La sexta extinción masiva es un tema de debate en la comunidad científica, que ha expuesto la enorme crisis ecológica que atraviesa el mundo.
¿Qué es la sexta extinción masiva y por qué debería preocuparnos?
Cesar Paul Gonzalez Gonzalez

Escrito y verificado por el biólogo Cesar Paul Gonzalez Gonzalez.

Última actualización: 03 agosto, 2023

Las extinciones masivas son períodos largos de tiempo que se caracterizan por la desaparición súbita de muchas especies. Aunque es cierto que este fenómeno es cíclico y se ha repetido varias veces a lo largo de la historia, genera un impacto severo en el equilibrio del ecosistema. Es más, sus efectos pueden ser devastadores e, incluso, amenazan la existencia de los humanos.

De manera desafortunada, diversos estudios afirman que en la actualidad se experimenta la denominada sexta extinción masiva. Sin embargo, no todas las personas son conscientes de la importancia y la gravedad del asunto. Por ello, en este espacio se abordarán las principales consecuencias, el origen y algunas de las razones por las que debería preocuparnos esta situación. ¡No te lo pierdas!

¿Qué es una extinción masiva?

Las extinciones masivas se pueden definir como un intervalo de tiempo en el que se extinguen especies de una gran cantidad de grupos taxonómicos. De acuerdo con un artículo publicado en la revista Current Biology, las pérdidas ascienden a más del 75 % del total de seres vivos, aunque esta cifra se ha superado varias veces, a lo largo de la historia.

Las extinciones masivas suelen ocasionar un efecto «dominó».

A raíz de la pérdida súbita de la biodiversidad, muchas otras formas de vida marinas, terrestres y aéreas comienzan a desaparecer. Visto de otra manera, se genera una inestabilidad ecológica que perjudica a las demás especies, profundizándose así el evento de extinción.

A pesar de que se trata de un fenómeno «súbito», las extinciones masivas tienen una duración que se mide en miles o millones de años. Por supuesto, para la escala temporal geológica este lapso es «corto», pero para los seres vivos son acontecimientos de gran extensión.

Primer plano de tres primates, cuyo comportamiento es muy complejo.
La pérdida masiva de especies también es capaz de modificar el clima y la apariencia de los hábitats. Por esta razón, la extinción masiva es un fenómeno con profundo impacto ecológico. Crédito: Shutterstock.



¿Qué provoca las extinciones masivas?

Infografía sobre las causas de extinciones masivas.

Los fenómenos de extinción masiva se producen a causa de un enorme conjunto de factores. De hecho, causas distintas han desencadenado cada uno de los eventos conocidos hasta la actualidad, por lo que es muy difícil establecer un único origen. Aun así, según un estudio publicado en Greener Journal of Physical Sciences, los factores más asociados a la aparición de extinciones masivas son los siguientes:

  • Enfriamiento global: la reducción de la temperatura global ocasiona que las especies adaptadas a climas cálidos sean incapaces de sobrevivir a su ambiente. Además, se cree que esta situación es un factor desencadenante de la glaciación y el decremento del nivel del océano.
  • Glaciación: la formación de grandes masas de hielo en los continentes modifica el ecosistema y la disponibilidad de recursos de los seres vivos, que ocasiona su extinción.
  • Disminución del nivel del océano: al aumentar la cantidad de agua congelada, el nivel del mar se reduce, se afectan los parámetros fisicoquímicos del agua y se reducen los hábitats disponibles. Por lo tanto, es normal que la biodiversidad marina se reduzca y muchas especies desaparezcan.
  • Reducción de oxígeno disponible en el océano: los cambios que sufre el océano al reducir su nivel, suelen provocar un aumento en la materia orgánica y facilitar el desarrollo de fitoplancton. Este último es capaz de ocasionar anoxia —condiciones de escasa concentración de oxígeno— cuando su población aumenta de forma drástica.
  • Erupciones volcánicas: las nubes de humo que liberan los volcanes activos pueden reducir la cantidad de luz solar que incide en la tierra. Esto profundiza la reducción de la temperatura global y afecta la supervivencia de varias plantas. Además, la ceniza que cae al mar propicia la modificación de los ecosistemas marinos.
  • Fenómenos extraterrestres: aquellos eventos o catástrofes que no tienen origen en la tierra, sino que provienen del espacio exterior. El mejor ejemplo de ellos es el impacto de un asteroide.

¿Cuántas extinciones masivas han existido?

Según menciona el libro La comunicación de la mitigación y la adaptación al cambio climático, se han identificado al menos 5 extinciones masivas en la historia del planeta Tierra:

  1. Ordovícico superior (hace 440 o 450 millones de años): ocurrió por un cambio climático que acabó al 25 % de las familias de especies que existían.
  2. Devónico superior (hace 372 millones de años): el calentamiento global y la reducción del oxígeno del océano causó la pérdida de poco más del 19 % de las familias taxonómicas de la época.
  3. Pérmico-Triásico (hace 250 millones de años): entre las causas que propiciaron esta extinción destacan el cambio climático y el movimiento de placas tectónicas. Se estima que se perdieron más del 54 % de las familias taxonómicas.
  4. Triásico superior (hace casi 210 millones de años): la actividad volcánica y el calentamiento global provocó la extinción alrededor del 23 % de las familias de especies existentes.
  5. Cretácico-Terciario (hace 65 o 66 millones de años): el agente causal principal de esta extinción fue el impacto de un meteorito. Se calcula que se perdieron el 17 % de las familias taxonómicas de la época. En este evento desaparecieron los dinosaurios.

La sexta extinción masiva

En los últimos años, varios especialistas sugieren que el reciente aumento en la tasa de extinción de especies es un signo del inicio de la sexta extinción masiva. No obstante, un artículo publicado en la revista Biological Journal of the Linnean Society menciona que esto podría carecer de fundamentos contundentes, aunque es claro que existe un problema con la pérdida de especies.

Los profesionales que afirman que estamos en presencia de una nueva extinción masiva, sostienen que este evento es resultado de las actividades humanas. De hecho, tal como menciona un estudio de la revista Science Advances, las tasas de extinción son superiores en los últimos años, con cientos de vertebrados desaparecidos.

A pesar de que no es posible asegurar con certeza el inicio de la sexta extinción masiva, casi todos los especialistas concuerdan en que los ecosistemas están sometidos a una gran presión.

Esto significa que existe un desequilibrio profundo en el funcionamiento de las cadenas tróficas y su entorno, que puede conducir a una pérdida a gran escala de la biodiversidad.

Si esta «presión» continúa, algunos profesionales calculan que se perderá entre el 6 y 10 % de las especies para el 2050, mientras que para el 2100 este porcentaje puede aumentar al 27 %. Por supuesto, esto solo es una predicción. Sin embargo, el escenario real puede ser mucho peor, si no se toman acciones de inmediato.

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Aunque es imposible —de momento— asegurar con certeza que se experimenta una sexta extinción masiva, es claro que todo el planeta sufre una crisis ecológica a gran escala. Crédito: iStockphoto.


¿Qué causaría la sexta extinción masiva?

Como se indicó en líneas anteriores, se suele considerar que las actividades humanas serían la causa principal de la sexta extinción masiva. Aun así, se han detectado otros factores que parecen propiciar la inestabilidad en los ecosistemas, tal como lo menciona un artículo de la revista Rendiconti Lincei. Por ejemplo:

  • contaminación ambiental;
  • cambio climático;
  • destrucción y fragmentación de los hábitats naturales;
  • introducción de especies exóticas;
  • fenómenos naturales;
  • fenómenos meteorológicos;
  • sobrepoblación humana;
  • sobreexplotación de los recursos naturales.

¿Por qué debería preocuparnos la sexta extinción masiva?

La pérdida masiva de especies tiene un efecto perjudicial en el ambiente, pues genera un fenómeno denominado coextinción, así lo sugiere un estudio de Biological Reviews.

En este sentido, la desaparición de una especie ocasiona que otras también sean afectadas y tengan más probabilidades de extinguirse. Por lo tanto, se genera un efecto dominó que termina por eliminar a varios integrantes de la naturaleza.

Cuando una especie desaparece del ecosistema, la naturaleza es capaz de sobreponerse al utilizar a los demás integrantes del medio para solventar su ausencia.

No obstante, ante la ausencia de varios seres vivos, es normal que el equilibrio colapse y se produzcan cambios drásticos en el medio. Entre ellos, destacan los siguientes:

  • pérdida de la biodiversidad,
  • modificación del entorno,
  • colapso de la cadena trófica.

El problema con esto es que muchos mecanismos como la renovación de recursos naturales, el control de la temperatura local y la recarga de mantos acuíferos dependen por completo de la estabilidad del ecosistema.

En consecuencia, con eventos drásticos como la sexta extinción masiva, las personas tendrán dificultades para obtener alimentos, agua potable, suelos para producción e incluso aire limpio.

Es decir, la calidad de vida actual de los humanos está relacionada con la estabilidad del ecosistema. A medida que el equilibrio se deteriore, más difícil será para las personas cubrir sus necesidades básicas. Por ello, es crucial evitar llegar a este punto.

¿Es posible detener la sexta extinción masiva?

Si se quiere evitar los efectos de una sexta extinción masiva, lo mejor es comenzar a resarcir los daños generados por las actividades humanas. Entre las acciones que se han propuesto para luchar contra los efectos negativos de este fenómeno se encuentran las siguientes:

  • programas de reintroducción, guiados por expertos;
  • generación de proyectos sustentables de producción alimentaria;
  • desarrollo de energías limpias;
  • reparación y recuperación de ecosistemas dañados;
  • proyectos de conservación de especies;
  • reducción de emisiones de carbono;
  • control preciso de la explotación de recursos naturales.

Aunque se lleven a cabo cada una de estas propuestas, se debe ser consciente de que es imposible detener por completo los impactos negativos de la extinción masiva. De hecho, en la actualidad ya se experimentan varias de sus consecuencias, como lo es la reducción de la producción de cultivo y el aumento de zonas erosionadas.

Reducir los daños podría ser la solución

A pesar de que es tarde para evitar la extinción de muchas especies, es necesario intentar reducir por todos los medios el impacto perjudicial de este fenómeno. Al final, la vida en el planeta es lo que se encuentra en riesgo, por lo que estas acciones podrían ser las que permitan la persistencia de la raza humana en el futuro.

 


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