Todos sabemos las dificultades que conllevan el viajar con nuestro perro. En este sentido, cada país tiene sus propias normas en lo relativo a la entrada de turistas con animales, aunque es norma común en todos ellos la exigencia de certificados sobre la salud del animal. Sin embargo, siempre hay lugares donde admiten a nuestros perros. Hoy te hablamos de uno de ellos: la Playa del Perro, en Brasil.
Si queremos llevar a nuestro perro de vacaciones con nosotros, tenemos muchos destinos a los que poder ir.
En América latina, para ser más exactos, en Cuba, nuestra mascota podrá acompañarnos a las más de 300 playas existentes en la isla, pero debe haber superado una cuarentena y tener toda su documentación en regla.
En México está también admitida la entrada de turistas con perros, siempre que se acompañe un certificado veterinario oficial generado 15 días antes. Para que después podamos sacarlo del país, hemos de llevarlo a un veterinario que emitirá un certificado oficial de buena salud.
Las playas de Brasil no suponen obstáculo alguno. Con un certificado de buena salud expedido por el veterinario habitual de la clínica a la que acudimos, iremos a la Oficina Consular brasileña y nos autorizarán el traslado de nuestra mascota preferida.
Opiniones para todos los gustos
El tema de la existencia de perros en las playas genera todo tipo de opiniones. Hay personas a quienes produce incomodidad tener animales alrededor, y consideran que las mascotas (sobre todo, los perros) no deben estar en el mismo lugar que juegan los niños, las familias, y quienes desean tener el máximo de higiene, y tienen una visión equivocada de los perros.
También está el caso de quienes opinan que la presencia de animales hace del lugar un sitio con más encanto, enriqueciendo el ambiente, y ven en la existencia de perros una oportunidad de compartir actividades al aire libre, diversión, etc.
En cualquier caso, tanto los que opinan de una forma, como los que piensan de la forma contraria, tienen derecho a disfrutar de la playa como deseen. En ciertos lugares, como es el caso de muchas playas brasileñas, se han habilitado espacios propios de playas para perros.
Viaje y alojamiento
Lo primero, es planificar el viaje. Debemos adiestrar a nuestra mascota a entrar en el transportín para que se vaya habituando a ese espacio reducido. Antes de viajar, lo bañaremos para que esté en su habitáculo lo más cómodo posible.
Cuidado con el transporte
El medio de transporte que elegiremos servirá para que nuestro amigo tenga un viaje rápido y no lo pase demasiado mal.
En el caso de que pretendamos volar con nuestro perro, hay que seleccionar bien el destino, la compañía aérea y los requisitos para un viaje apacible. Al igual que nos ocurre a los humanos, nuestro perro también se estresa con el vuelo, y es conveniente estar preparado para ello. En los aeropuertos suelen tratar la jaula como equipaje de mano, y facturarlo como exceso de equipaje.
¿Dónde nos alojamos?
En lo referido al alojamiento, hay lugares en que admiten mascotas y otros que no. Es preciso, por tanto, confirmar este extremo al realizar la reserva, y solicitar información sobre la normativa en vigor, si hay que abonar suplementos por el alojamiento, etc.
En lo referente a la documentación a aportar y las características particulares de la estancia en tu mascota en las playas brasileñas, lo mejor es llamar al consulado y preguntar qué papeles necesitamos llevar para nuestra mascota.
Consejos para la playa
Entre los consejos para disfrutar de nuestro perro en la playa está el uso de sombrillas, así conseguiremos que nuestro amigo no tenga un golpe de calor, y acabar en la clínica veterinaria. Si además dispone de un collar antiparasitario, hemos de quitárselo antes de pisar la arena de la playa, porque si se moja perderá todo su efecto.
Una de las cosas más importantes para llevar a la playa, y con la que tu mascota jugará es el agua. De esta forma, evitaremos que el animal tenga una insolación y pueda aguantar tiempo jugando y corriendo. Sólo queda llevar también el juguete que más guste a nuestro amigo y pasaremos tiempo con él corriendo y jugando.
Si temes que tu perro sea un poco agresivo con otros perros, debes saber que en la playa suele cambiar el comportamiento. En la playa, los perros se transforman y son mucho más amistosos entre ellos, porque sienten la necesidad de jugar, correr y ladrar con toda libertad.
Tras el baño y el juego, se impone un buen baño en casa con agua potable y cepillado para quitar la arena y la sal del agua marina. De esta forma, no habrá picores ni alergia en la piel. Aunque lleguemos de la playa sin ganas de ponernos a esta tarea… merece la pena hacerlo.