Cuando las mascotas se pierden o son robadas los dueños (y también los animales) sufren sobremanera. Para encontrarlas más fácilmente se ha creado un microchip que se implanta en la piel y se emplea como si fuese una “cédula” o “documento”. En este artículo te contamos más sobre este invento cada vez más utilizado a nivel mundial.
El microchip implantado: qué saber
Este microchip que se inserta en el animal tiene la capacidad de rastrearlo donde quiera que vaya. Es tan pequeño como un grano de arroz y se coloca entre los omóplatos. Contiene un número de identificación único el cual se introduce en una base de datos internacional. Como tiene una duración de 25 años, sirve para toda la vida del perro, por ejemplo.
Una vez que el microchip se inserta en la mascota puede ser identificado mediante un lector especial en forma de escáner de mano. Muchos refugios, veterinarios y organismos públicos cuentan con este aparato que permite leer el número de “cédula” del animal y contactar con sus dueños para que regrese a su hogar.
Si bien muchos propietarios no desean poner cuerpos extraños en sus mascotas, los microchip son muy seguros al estar fabricados con una sustancia biocompatible que no se degenera ni cambia de estado. Una vez inyectada no se “mueve” de su lugar y no genera reacciones alérgicas al animal.
A diferencia de lo que sucede con una placa identificadora en un collar, el microchip no se puede quitar tan fácilmente. Sin embargo, se aconseja que el perro lleve ambos, ya que el collar lo puede ver cualquier persona, en cambio el microchip sólo quienes tienen el escáner especial de lectura.
El microchip es una prueba innegable e irrefutable de propiedad. Si el animal es robado y vendido, el posible comprador podría incluso exigir los datos de esa cédula para adquirirlo.
¿Por qué ponerle microchip a tu perro o gato?
No es para nada costosa la instalación de este microchip en el cuerpo del animal. En algunos casos se debe pagar una cuota anual por el servicio. Si vivimos en un piso o nuestra mascota no sale a la calle sin nuestra supervisión, igualmente deberíamos colocarle este sistema de identificación. Los accidentes pueden ocurrir en un abrir y cerrar de ojos.
Son muchos los casos de perros o gatos que salen corriendo porque se asustan o porque ven a otro animal y luego no son recuperados. También puede quedar la puerta abierta y el animal salir sin que nadie lo note. Ejemplos como estos abundan.
Además, un collar común puede ser retirado fácilmente por una persona o incluso por la mascota (por ejemplo al quedar atrapado en una cerca). En algunas ciudades donde las catástrofes naturales son frecuentes (terremotos, huracanes, tornados, etc) la mayoría de las personas colocan un microchip a sus animales. En plena situación de emergencia se asustan y pueden incluso caminar decenas de kilómetros si se han desorientado.
Entre los principales motivos por los cuales colocarle un microchip a tu perro o gato encontramos:
Mayor posibilidad de regreso si se pierde
En cuestión de horas el animal puede reencontrarse con su familia al ser identificado. Esto es ideal para cuando por ejemplo nos vamos de vacaciones o ante algún inconveniente que lleve al animal a escaparse. Es más seguro que un collar con placa.
Menor riesgo de ser vendido
Si el animal es robado por ser de raza, muchos compradores antes toman la precaución de hacer revisar el microchip para conocer los datos del dueño y verificar que el vendedor sea el legítimo propietario.
Es un procedimiento indoloro
Se coloca igual que una inyección o vacuna. En cuestión de minutos el perro o gato ya tiene instalado su microchip el cual no le genera ninguna complicación en su vida cotidiana. No se pueden quitar de la piel una vez instalados, por ello se convierte en un sistema 100% eficaz.