Puerta para gatos: ¿sabías que la inventó Isaac Newton?

La puerta para gatos parece ser un invento muy obvio y que a cualquiera se le pudo ocurrir, pero aquí te contamos cómo fue su origen.

La puerta para gatos es uno de los inventos más útiles para los mininos de nuestros hogares, ¿pero sabías que la primera de ellas fue inventada principalmente para beneficio de su creador, quien era nada más y nada menos que el mismísimo Isaac Newton? O, al menos, eso es lo que cuenta Cyril Aydon en Historias de la ciencia.

Aydon le atribuye a Newton ser el pionero en esta invención gracias a que el científico ideó un prototipo de lo que hoy en día tiene muchas variantes. Según cuenta, Newton necesitaba concentrarse en sus investigaciones con mucha cautela, pero su gata maullaba todo el tiempo para que la dejara entrar y salir de casa.

Conociendo cuán demandantes son los mininos, especialmente las gatas, no podemos imaginarnos a uno de los padres de la ciencia moderna distrayéndose a cada rato para darle gusto a su mascota. Por eso, se le vino a la mente la idea de que ella misma pudiera entrar y salir a su antojo sin necesidad de que la ayudara. Gracias a esto, la primera puerta para gatos o gatera, como también es conocida, fue un agujero en la parte inferior de una puerta de la casa de Isaac Newton.

¿Y qué hay de las puertas modernas?

La historia del científico no termina ahí, de hecho se pone muy graciosa. La gata de Newton se acostumbró a deambular por ahí y juntarse con otros gatos en la calle, resultando embarazada. Al nacer los gatitos, a Isaac Newton, una de las mentes más brillantes de la historia, no se le ocurrió otra cosa que hacer un agujero de menor tamaño para que pudieran salir y entrar los mininos.

Es irónico que al científico no se le ocurriera que los gatitos podrían utilizar el mismo agujero que la madre para desplazarse hacia dentro y fuera de la casa. El punto es que estos orificios permitían que entrara más luz de la necesaria en el salón donde trabajaba, perjudicando así sus experimentos, por lo que decidió taparlos con fieltro, de modo que aún la gata y sus crías pudieran entrar y salir cómodamente. De este modo, cuentan las historias, Newton inventó la primera puerta para gatos.

En la actualidad, son varios los diseños que existen, siendo el más común un panel con bisagras, tal como el de las puertas de los areneros para gatos. Sin embargo, existen modelos tan avanzados que incluyen un muelle de protección contra el viento y la lluvia. Pero nada en comparación con las que se controlan por medio de tecnología, que son capaces de identificar por radiofrecuencia la ubicación y lectura del microchip que les ponemos a nuestras mascotas, volviendo innecesario el uso del collar.

Usos de la puerta para gatos

Aunque en primera instancia parece que su uso se limita a que los gatos tengan más autonomía, la verdad es que la puerta para gatos puede ser ubicada en espacios donde no queremos que ingrese el perro (si es de mayor tamaño) para que no coma la comida de los mininos, además, reduce o elimina por completo los maullidos y arañazos que estos hacen en las puertas para que los dejemos entrar y salir.

Pero, sin duda, el mejor uso que tiene la puerta para gatos es ofrecerle a tu minino cobijo en tu hogar cuando el tiempo afuera se vuelve inclemente. Lo mejor para ellos es saber que siempre pueden regresar con nosotros.