Murciélagos: ¿cuál es su impacto en el ambiente?

Los murciélagos llevan a cabo procesos vitales que mantienen el equilibrio en los ecosistemas de los que hacen parte. A pesar de su mala fama, muchos lugares dependen de su valiosa contribución.

¿Qué es más peligroso que un lugar repleto de murciélagos? ¡Pues uno sin ellos! La epidemia actual ha desatado una fuerte intriga alrededor del origen de estos mamíferos, pues son unos de los principales sospechosos de transmitir el virus. Sin embargo, a pesar de una creciente mala reputación, su impacto en el ambiente es de gran importancia. 

Más allá de la visión de unos chupadores de sangre o vectores de enfermedades, los murciélagos son unos excelentes polinizadores y dispersores de semillas, entre otras cosas. Si quieres saber más sobre el impacto positivo de estos animales en los ecosistemas, sigue leyendo.

El impacto de los murciélagos en los ecosistemas

Aunque estos animales pertenecientes al orden Chiroptera son reservorios naturales de diversos parásitos, son más los beneficios que brindan en los ecosistemas que las problemáticas que desatan.

Desde los famosos procesos de polinización y dispersión de semillas hasta el control de plagas de relevancia agrícola, su impacto ecológico ha sido estudiado en diferentes ámbitos e, incluso, cuantificado en términos económicos.

Actualmente, se conocen alrededor de 1400 especies de murciélagos que abarcan una enorme diversidad de formas y hábitos de vida. A demás, pueblan los lugares más recónditos de la Tierra, a excepción de los desiertos extremos y las regiones polares.

Estos particulares mamíferos —capaces de volar a través de un aleteo constante— colonizan lugares inesperados y se especializan alrededor de sus características únicas. Incluso, tienden a suplir funciones ecológicas tan específicas que, al perturbarse sus poblaciones naturales, pueden desencadenar profundas alteraciones en los ecosistemas.  

Los murciélagos son excelentes en el control de insectos

Los murciélagos consumen una gran variedad de alimentos que incluyen frutas, semillas, carne e incluso sangre. Sin embargo, la inmensa mayoría se alimentan de insectos como escarabajos, polillas, grillos y mosquitos, entre otros. De esta forma, no es de extrañar que sean excelentes reguladores de las poblaciones de invertebrados.

Dentro de este grupo de artrópodos dañinos, encontramos invertebrados de importancia en salud pública como vectores de enfermedades humanas. Algunos de ellos son tan preocupantes como los mosquitos portadores de la malaria, así como aquellos que arrasan con cultivos de gran relevancia a nivel mundial.

Solamente en relación a los cultivos de maíz y la eliminación de plagas, se estima que esta función de control biológico de los murciélagos puede llegar a ahorrar 1 billón de dólares anualmente en el mundo.

En otras palabras, la ausencia de murciélagos en paisajes agrícolas conlleva grandes pérdidas económicas por cuenta del impacto de las plagas en los cultivos, además de la reducción intrínseca de su biodiversidad.

Polinización

Según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN), la producción de casi un tercio de los alimentos del mundo depende de la polinización realizada por insectos, murciélagos y aves. En general, este servicio ecosistémico alcanza un valor superior a 200 mil millones de dólares anualmente.

Ciertamente, el polen es un alimento muy nutritivo para los murciélagos. De hecho, la polinización llevada a cabo por ellos ocurre en más de 528 especies de plantas con flor a nivel mundial. Estas complejas relaciones mutualistas aseguran el éxito de los ciclos naturales de todos los organismos que conviven dentro de los ecosistemas.

Dispersión de semillas

De la misma forma que en la polinización, estos mamíferos son capaces de transportar ciertas semillas a través de su pelaje, gracias a sus hábitos de vida. Además, los murciélagos frugívoros pueden dispersar dichas semillas a través de sus heces, que resultan ser un factor determinante para que tengan una mayor viabilidad al implantarse en el suelo.

De hecho, en los últimos años el fenómeno de la deforestación ha sido considerado como una de las grandes amenazas para la conservación de la naturaleza. En lo referente a esta temática, es esencial destacar que los murciélagos desarrollan una actividad vital para la reforestación de ecosistemas degradados.

Su extraordinaria capacidad para detectar frutas maduras a través del olfato resulta ser una tremenda oportunidad para direccionar su búsqueda. Así, los murciélagos podrían abarcar un rango más amplio que permita la sucesión de bosques en áreas vulnerables ante la problemática actual.

Fertilización

Las heces de los murciélagos —denominadas guano— son un material rico en nitrógeno, potasio, fósforo y calcio. Por consiguiente, estas se utilizan como fertilizante o abono ecológico de vital importancia en la fase de floración de las plantas. Dichos componentes son cruciales para la producción de hojas y frutos, el crecimiento sano de las raíces y para combatir enfermedades.

A pesar del enorme impacto que tienen estos animales, por lo menos un 18 % del total de especies conocidas de murciélagos se encuentran amenazadas actualmente. Bien sea por la pérdida de hábitat, la caza o el cambio climático, las complejas estructuras ecológicas pueden verse debilitadas por la pérdida acelerada de los quirópteros.