¿Los peces gruñones son los auténticos precursores del surf?

El surf es un deporte acuático que nació en Hawaii en el año 1920 y que, por tanto, ya lleva practicándose desde hace cien años. El ser humano lo ha inventado, eso está claro. Pero ¿se ha inspirado en algo? Parece ser que sí. Se dice que unos pequeños habitantes de los mares americanos –los peces gruñones– fueron sus precursores. Veamos más acerca de ellos a continuación.

Generalidades sobre los Leuresthes, los enigmáticos peces gruñones

Los Leuresthes son unos pequeños peces marinos plateados pertenecientes a la familia de los Atherinopsidae. Las –aproximadamente– 104 especies se distribuyen por aguas tropicales y templadas que bañan el continente americano. Normalmente se encuentran en la vertiente pacífica.

Muchos de ellos son transparentes y resultan casi invisibles en el agua. Se agrupan formando bancos cerca de la superficie y sirven de comida a peces de mayor tamaño. Cabe destacar que, para el ser humano, algunas especies son comestibles y otras se usan simplemente como cebo.

Algunos se conocen coloquialmente como peces “gruñones” –Leuresthes tenuis o Leuresthes sardina, pejerrey californiano y pejerrey sardina respectivamente–, uno de los grupos mayoritarios de la familia. Habitan desde la bahía de Monterrey en EE. UU, hasta la baja California, ya en México.

Al igual que el resto de sus congéneres, forman densos cardúmenes cerca de la costa. Se sienten atraídos por las aguas menos saldas de los estuarios o de las marismas litorales.

Se nutren de plancton en verano y de pececillos en invierno. Para esta doble alimentación disponen de dientes muy pequeños en torno a la boca, el paladar y la garganta.

¿Por qué se dice que los peces gruñones son precursores del surf?

Esta afirmación se debe a los hábitos de cría del animal, que son tan espectaculares que constituyen foco de atracción de multitudes en las costas de California. Esta cría se produce en las noches siguientes al plenilunio y novilunio del período comprendido entre marzo y agosto, cuando se producen las grandes mareas vivas.

Los peces gruñones llegan cabalgando sobre las olas cuando la pleamar está en su apogeo, como si de surferos expertos se tratase.

Durante unas tres horas, las hembras saltan desde la cresta rompiente a la tierra, donde se agitan en la arena para poner sus huevos. Cada hembra va acompañada de entre uno y tres machos, que se enroscan en torno a ella para fecundar los huevos a medida que los pone.

Parece como si miles de peces plateados abandonasen el mar para ejecutar una misteriosa danza en la arena. En el momento álgido, la playa aparece cubierta por un dosel plateado.

Poco antes de esta incursión masiva, las aguas están plagadas de peces. Se trata de machos exploradores que, si no logran volver al mar, inducen a los demás a permanecer en él. En caso de que no haya peligro, la hembra se adelanta a cumplir su misión, quedando semienterrada en la arena y poniendo entre 1000 y 3000 huevos. Este proceso se repite de cuatro a ocho veces por temporada.

¿Y por qué la marea no vuelve a arrastrar los huevos hacia el mar?

Es de notar que la hembra debe conocer el momento justo de realizar el desove, a fin de que el flujo natural del agua no desentierre los huevos. De realizarse correctamente, estos permanecerán en su refugio subterráneo incubándose bajo el sol californiano.

Las olas de posteriores pleamares no llegarán hasta ellos en días sucesivos, ya que después del plenilunio la marea alcanza cada vez un nivel más bajo. Y cuando la nueva marea viva invada la costa, ya estarán preparados para eclosionar y aventurarse al mar.

Los precursores del surf son una de las maravillas de la naturaleza que nos lleva a pensar –una vez más– en lo mucho que nos queda por descubrir en torno al mundo marino. Por otra parte, los surfistas pueden despreocuparse, pues estos peces no les robarán campo en las competencias.