Linfoma en gatos: causas, síntomas y tratamiento

El linfoma es un tipo de cáncer muy común en gatos. Aprende a identificarlo antes de que se convierta en un problema de salud que ponga en peligro a tu mascota.
Linfoma en gatos: causas, síntomas y tratamiento

Escrito por Samuel Sanchez

Última actualización: 29 agosto, 2021

Se estima que 1 de cada 5 gatos padecerán un cáncer a lo largo de su vida, probabilidad que aumenta de forma exponencial con la edad del felino. Algunos son más graves y difíciles de abordar que otros, pero el linfoma felino (uno de los más comunes) presenta un pronóstico desastroso en ausencia de tratamiento. El gato con linfoma vive de media 4 semanas si no se actúa a nivel veterinario.

Este tipo de cáncer felino es sistémico y muy difícil de abordar, pero con la terapia indicada se puede prolongar un poco la supervivencia del paciente. Descubre con nosotros las causas, síntomas y tratamiento del linfoma en gatos en las siguientes líneas.

¿Qué es el linfoma en gatos?

El primer lugar, es necesario destacar que el término “cáncer hace referencia a un conjunto heterogéneo de enfermedades. De todas formas, todas tienen algo en común: independientemente de su localización, en estos cuadros siempre se produce un crecimiento celular atípico debido a la mutación genética de una estirpe de células.

Normalmente, el crecimiento desenfrenado de un tejido concreto da lugar a un tumor, que puede crecer de forma ilimitada y expandirse a otras partes del cuerpo, provocando la temida metástasis. El resto de tumores que aparezcan en el cuerpo derivarán del foco inicial de células malignas, por lo que se consideran cánceres secundarios.

Tal y como indica el portal VCA Hospitals, el linfoma felino es distinto a los cánceres comunes, ya que se presenta de forma sistémica. Esta enfermedad surge por una proliferación excesiva de linfocitos (glóbulos blancos) que viajan por la sangre y el sistema linfático, así que los signos de la enfermedad son generalizados.

El linfoma es un tipo de cáncer muy común en gatos. Afecta a 48 de cada 100 000 ejemplares y representa el 30 % de los cánceres totales en esta especie.

Un ejemplo de linfoma en la sangre.

Tipos y síntomas

El linfoma en gatos se puede clasificar según el tipo de células que proliferan en exceso (linfocitos B o T) o la localización de la actividad de la neoplasia maligna. A continuación, te presentamos los distintos tipos que existen desde un punto de vista veterinario y los síntomas que acarrean. No te lo pierdas.

Linfoma gastrointestinal

Como su propio nombre indica, este es el tipo de linfoma que afecta de forma más evidente al tracto gastrointestinal del gato. Es la variante más común dentro de este grupo patológico, pues responde al 50-70 % de los linfomas en las mascotas felinas. Aparece sobre todo en la edad senior, entre los 9 y 13 años.

Este tipo de cáncer puede ser de  grado alto (rápida expansión) o de grado bajo (división lenta), lo cual determina la rapidez con la que se instauran los signos clínicos. Entre los más importantes, destacamos los siguientes:

  • Pérdida de peso.
  • Vómito continuado.
  • Diarrea.
  • Falta de apetito.

Linfoma mediastínico

Tal y como indican portales veterinarios, este tipo de cáncer afecta a los ganglios linfáticos del mediastino (situados en el centro de la caja torácica) y a la glándula del timo. El sobrecrecimiento de los linfocitos puede llegar a provocar presión en el tórax del animal y dificultar así su respiración. También es común que el esófago se vea empujado, lo cual hace más difícil el acto de tragar.

Esta variante se produce en gatos de menos de 2 años de edad.

Linfoma misceláneo

En este caso, el sobrecrecimiento celular se produce en diversas partes: el sistema nervioso central, la cavidad nasal, la piel, los riñones y otras zonas. El área más afectada suele ser la cavidad nasal y esta variante se acompaña de secreciones extrañas y dificultad para respirar. Es más común en felinos entre los 5 y 9 años de edad.

Los síntomas generales en todos los casos son la apatía, la pérdida de peso y los problemas alimenticios. La dificultad respiratoria es típica del linfoma mediastínico.

Causas del linfoma en gatos

Hablar de causalidad exacta en cualquier tipo de cáncer es complejo, pues la mayoría de tumores malignos se ven propiciados por una multitud de factores, como el ambiente, la genética y la salud general del animal. De todas formas, algunas de las variantes citadas sí están vinculadas a otros cuadros clínicos.

Por ejemplo, el linfoma del mediastino se asocia en un 80 % de los casos al virus de la leucemia felina (VLFe). Este agente infeccioso se instaura en la médula ósea, lugar en el que se producen todos los cuerpos sanguíneos (incluidos los linfocitos), por lo que es fácil imaginar su relación. El 30 % de los linfomas en el riñón también se asocian al VLFe.

Diagnóstico del linfoma en gatos

Los síntomas de este tipo de cáncer son bastante inespecíficos, así que pueden ser necesarias varias pruebas hasta dar con la enfermedad. En primer lugar, siempre se recurre a un análisis sanguíneo con el fin de detectar anormalidades sistémicas, pero esto no brinda el diagnóstico al completo por sí solo.

Serán necesarias también pruebas de rayos X, ultrasonidos o tomografías computarizadas con el fin de encontrar la masa tumoral problemática. Una vez se detecta, se realiza una biopsia o una aspiración fina para obtener una muestra del grupo de células. Si los linfocitos son anormales y presentan una proliferación excesiva, se confirma el linfoma.

Tratamiento del linfoma en gatos

El linfoma se trata con quimioterapia en todos los casos, ya que los profesionales están ante una enfermedad sistémica que no se puede abordar solo con una resección quirúrgica. Los cuadros de bajo grado se tratan con la combinación de los fármacos prednisona y clorambucilo 20 mg/m2. Por otro lado, aquellos linfomas de crecimiento rápido requieren inyecciones químicas más agresivas.

La radioterapia y la cirugía se conciben en casos muy específicos, como un linfoma nasal o abdominal, aunque este es un protocolo muy poco común. Por otro lado, si ninguno de estos abordajes es posible (por la fragilidad del animal y su edad), se recurre a un tratamiento paliativo a base de prednisolona por sí sola, un esteroide que retrasa el progreso de la enfermedad en 2 a 4 meses.

Por suerte, la quimioterapia es un abordaje muy bien tolerado por los gatos. Solo el 10 % de ellos presentan síntomas como vómitos, diarreas y mareos.

La pérdida de peso en gatos puede tener muchos motivos.

Pronóstico

El linfoma en gatos que no se trata con quimioterapia suele provocar la muerte del paciente en menos de 4 semanas. Por otro lado, aquellos gatos que se tratan solo con la prednisolona pueden sobrevivir por unos 60-90 días más, si bien esto no se asegura en todos los casos.

Con el abordaje adecuado, el 75 % de los félidos entran en un claro periodo de remisión. De todas formas, su esperanza de vida media aunque todo vaya bien es de solo unos 6 meses, ya que las recaídas son muy comunes. Por desgracia, este cuadro reporta un pronóstico general muy malo y a veces la única opción son los cuidados paliativos hasta el deceso.


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