Las glándulas anales de tu perro

Son dos pequeñas bolsas en el ano de los canes que desprenden una sustancia aceitosa que huele; de esa manera, otros congéneres distinguen, en su caso, si un animal está asustados o quiere jugar
Las glándulas anales de tu perro

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 08 febrero, 2022

Las glándulas anales de tu perro son una parte muy importante de su cuerpo, pues tienen una función importante que te contaremos a continuación. Aunque es una parte que solemos descuidar, vamos a contarte por qué debes cuidarlas y cómo hacerlo.

Qué son las glándulas anales y dónde están

Las glándulas anales de tu perro son dos pequeñas bolsas que se sitúan en el ano de tu perro. Su función es liberar una estancia aceitosa y que huele muy similar a las heces de tu animal. Esta también es un deseo del cuerpo de tu animal, por lo que estás glándulas siempre deben estar vacías.

Sirven como un modo de lenguaje sensorial y corporal para comunicarse con otros congéneres. Por ejemplo, el olor que desprendan puede indicar a otro perro si este se siente asustado, con ganas de jugar o en época de apareamiento.

En ocasiones, puede ocurrir que se llenen de esta sustancia y que el animal, por cualquier problema digestivo, por pequeño que sea, no pueda eliminarla. Pues bien, esto producirá dolores en la zona del abdomen de tu animal y podría enfermar con fiebre, dejar de comer o perder el interés por todo.

Glándulas anales del perro: olor

Como ves, aunque pequeñas, las glándulas anales de tu perro pueden dar serios problemas. De ahí que sea importante conocerlas y saber cómo cuidarlas.

Qué puede traer problemas

Cuando las glándulas anales de tu perro están llenas, es porque el animal ha perdido la capacidad natural de vaciarlas. Entonces, comenzarás a notar que tu perro arrastra su culito por el suelo intentando presionar la zona para evitar el dolor.

También podría lamer de manera repetitiva e intensa su ano o perseguir su cola obsesivamente. El único fin de todos estos movimientos es el de paliar el dolor e intentar que estas se vacíen de forma natural.

Estos problemas en las glándulas anales de tu perro los puede causar una mala alimentación o una alimentación no equilibrada. Vigila lo que das de comer a tu perro, quizá haya algo que su organismo no está listo para asimilar.

Glándulas anales de los perros: vaciar

Cómo actuar ante problemas con las glándulas anales de tu perro

Cuando tu perro tiene acumulación de líquido en las glándulas, hay que proceder al vaciado de estas. No es nada agradable hacerlo, aunque si no quieres ir al veterinario, y te atreves, podrás hacerlo tú mismo en casa. Para ello, sigue estos consejos:

  • Infórmate cómo hacerlo con un profesional. Pregunta a un veterinario cómo debes hacer el vaciado y no te precipites hasta que hayas comprendido bien todos los pasos que debes dar.
  • Ambos debéis estar tranquilos. Tanto tú como tu perro debéis estar relajados y en un ambiente y momento donde la paz y el relax sean los protagonistas. Esto es algo importante, ya que ambos pasaréis un mal rato.
  • Localiza sus glándulas. Lo primero es intentar encontrar las glándulas anales de tu perro. Hazlo tranquilamente, sin prisas y sin movimientos bruscos. Háblale mientras lo haces y hazle caricias, para que el animal no se sienta intimidado.
  • Una vez que ya sepas dónde están y veas que están llenas, ponte unos guantes y disponte a apretar a ambos lados de la glándula, como si se tratara de una espinilla. No olvides poner debajo del animal un trapo o pañuelo para no manchar la superficie cuando el líquido salga.
  • Acaricia a tu amigo. Si crees que aunque esto era necesario, no ha sido agradable para ti, te aseguramos que para tu perro lo ha sido aún menos. Por ello, se merece un premio. Este es un paso que no debes olvidar.

Recuerda que tu perro es un ser vivo dependiente: depende de ti. Por tanto, te toca estar pendiente de cualquier problema que pueda tener y hacer todo lo posible por solventarlo.


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.