La criptorquidia en perros

La criptorquidia en perros
Francisco María García

Escrito y verificado por el abogado Francisco María García.

Última actualización: 28 noviembre, 2017

Igual que ocurre en los bebés humanos, la criptorquidia en canes se basa en la ausencia de uno o de los dos testículos en el escroto. Como es natural, afecta solo a los machos de la especie. Y también como en el caso de los niños, la criptorquidia en perros puede incidir negativamente la actividad reproductora o sexual del animal.

Las causas que dan origen a esta problemática no son del todo exactas. La mayoría de los especialistas sostienen que la predisposición genética es el factor de riesgo más determinante. Los canes pueden heredar la enfermedad tanto de madres como de padres.

Asimismo, se estima que la probabilidad para un ejemplar recién nacido de presentar esta dolencia, es cuatro veces más elevada si su padre o algún hermano de una camada anterior, se vio afectado.

Por otra parte, aún sin determinar con exactitud los agentes detonantes, estadísticamente hay razas más propensas a desarrollar esta anomalía. Destacan en este sentido los cachorros de yorkshire, teckel, caniche, bóxer, bichón maltés, schnauzer miniatura y pequinés.

Los factores ambientales también pueden jugar en contra de las nuevas camadas de machos. La obesidad de la madre o la exposición a algunas sustancias químicas como el dietilbestrol, son algunos.

Algunos canes que nacen de forma prematura tienen muchas más de probabilidades de sufrir de esta enfermedad. Solo el 6% de los casos de criptorquidia en perros pertenecen a embarazos que finalizaron en término.

Diagnóstico de la criptorquidia en perros

El proceso normal de formación y ubicación de los testículos en los cachorros machos se inicia desde la gestación. En una primera etapa, se ubican en la región abdominal inferior, donde permanecen hasta el alumbramiento.

Aproximadamente a los 10 días después del nacimiento, descienden hasta el conducto inguinal. Sobre los 15 días ya es tiempo para que los testículos alcancen su destino final: la bolsa escrotal.

Este proceso no es para nada exacto. En algunos ejemplares puede demorar hasta 12 semanas en completarse, incluso más. Por ello, los veterinarios esperan hasta los 6 meses de edad para emitir un diagnóstico definitivo y firme.

Para la evaluación de los casos en que se sospeche la presencia de esta anomalía, el médico solo requiere palpar el escroto del animal. Algunos ejemplares necesitan de la aplicación de ultrasonido, para determinar la región exacta donde quedaron atrapadas las gónadas masculinas.

La criptorquidia en perros se divide en cuatro tipos:

  • Unilateral: cuando solo un testículo alcanzó a ubicarse dentro del escroto.
  • Bilateral: ninguno de los dos aparatos reproductores masculinos alcanzaron la bolsa escrotal.
  • Inguinal: cuando los testículos no logran superar el canal inguinal, situado a ambos lados del pene.
  • Abdominal: los órganos no salieron de la zona en la que se formaron.

Síntomas y riesgos colaterales

Inicialmente, esta patología no muestra síntomas evidentes que afecten el comportamiento de la mascota. Sin embargo, si no es detectada a tiempo o es tratada de manera oportuna, puede generar dificultades mayores. Estas dificultades, más allá de condicionar la actividad sexual y reproductiva del animal, ponen en riesgo su vida.

Las gónadas masculinas fuera del escroto alcanzan altas temperaturas. Por ello, además de no cumplir ninguna función útil, pueden terminar totalmente atrofiadas. En algunos ejemplares, lo anterior deriva en torsión de los testículos y en los escenarios más graves en cáncer testicular.

Cuando se presenta tumoración, se hacen evidentes cambios tanto a nivel físico, como en el comportamiento de las mascotas:

  • Disminución dramática del tamaño del pene.
  • Desarrollo de glándulas mamarias, como si se tratase de hembras en estado de gestación.
  • Síndrome de feminización, o lo que es lo mismo, perros que adoptan posiciones femeninas al momento de orinar.

Tratamientos

A diferencia de los casos en niños, corregir la criptorquidia en perros con intervenciones quirúrgicas está calificado como un proceso anti ético. Sobre todo, porque los riesgos de propagar este mal aumentan demasiado.

Para evitar malformaciones potencialmente peligrosas, la medida más común adoptada por especialistas de todo el mundo es extirpar el testículo desubicado.

Cómo prevenir la aparición de la criptorquidia en perros

Hay que recordar que el factor genético aumenta el riesgo para cachorros de convertirse en víctimas de esta dolencia. Por ello, la única medida concreta para frenar su propagación es la esterilización. Esto aplica para machos con testículos no descendidos o reacomodados mediante cirugía. También en hembras cuyas camadas presenten más de un caso de crías afectadas. Sin embargo, estas acciones tampoco reducen el total de los riesgos.

Alrededor de 150 de cada 1000 nacimientos de canes machos terminan afectados por la criptorquidia en perros.


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