Juicios contra animales en la historia

Puede parecernos muy extraño, pero la realidad es que a lo largo de la historia, sobre todo en el período de la Edad Media y el Renacimiento, hubo muchos juicios contra animales... ¿En qué consistían?
Juicios contra animales en la historia
Francisco María García

Escrito y verificado por el abogado Francisco María García.

Última actualización: 08 febrero, 2022

Aunque hoy pueda parecernos una locura, lo cierto es que los juicios contra animales han existido a lo largo de varios siglos de nuestra historia. De hecho, durante la Edad Media era relativamente común acusar a los animales de crímenes.

En la práctica, se llevaba a las mascotas a juicio de forma similar a los seres humanos. Incluso muchos fueron declarados culpables con sentencias dictadas por jueces ante la población local.

Esta costumbre se extendió principalmente entre los siglos IX y XVII, cuando el pensamiento religioso tenía mucha influencia en la esfera jurídica. Según la concepción de la Iglesia en aquel momento, los animales eran criaturas creadas por Dios, pero su misión en la Tierra era servir al ser humano. Por ello, deberían también someterse a las leyes humanas y a la ética de la época.

Todo ello podría parecernos una suposición descabellada. Pero gracias a la conservación de relatos escritos, como un libro de E. P. Evans datado de 1906, hoy sabemos que se han llevado a cabo al menos unos 200 juicios contra animales; sobre algunos de ellos se pudo preservar algún registro. Y es posible que el número real de casos fuera aún más elevado…

Gato en la historia de la Edad Media

¿De qué delitos se podía acusar a un animal y cuáles eran las penas?

Como nos transmiten dichos relatos, era posible acusar a un animal de diferentes tipos de delitos, a los que se aplicaban diferentes penas o resoluciones jurídicas. Los casos juzgados iban desde obligar a ratones a través de cartas de advertencia para que abandonaran un hogar ajeno o exigir que los insectos dejaran la ciudad, hasta acusaciones de homicidio en contra un grupo de cerdos. Y no, no es broma…

De hecho, los cerdos han sido los animales que más se han llevado a juicio durante la Edad Media. No es para sorprenderse, ya que solían criarse sueltos por las ciudades; convivían diariamente con los seres humanos y, frecuentemente, eran víctimas del estrés que impactaba negativamente en su comportamiento.

Cuando se trataba de crímenes graves, como el homicidio de un ser humano, generalmente se aplicaba la pena de muerte. No raras veces se veían ejecuciones en espacios públicos, con animales condenados a la horca o a la hoguera. Si bien hoy ello sería un evidente acto de maltrato animal, en aquel entonces era la justicia haciéndose valer para todos los seres vivos…

Para los delitos no tan graves, se solía aplicar la pena en prisión y hasta era posible que un animal compartiera celda o pabellón con un ser humano. Pero no todos los juicios contra animales en la Edad Media terminaron con un veredicto de ‘culpable’. Un claro ejemplo es el de un burro que fue declarado inocente en juicio e incluso tuvo reconocidas sus cualidades en el proceso.

Cerdos en jaulas

Juicios contra animales: los casos más llamativos (y absurdos)

Si bien todos los juicios contra animales han tenido una buena pizca de absurdo, el caso de un grupo de cerdos acusados de asesinar a un hombre definitivamente ha entrado en la historia. Y es que no solo los porcinos fueron llevados ante la corte para ‘responder’ por el crimen de homicidio, sino que también se los acusaba de haberse ‘vuelto locos’.

Se trataba de una cerda y sus lechones que, en 1407, fueron presos y llevados ante la justicia en vísperas de Navidad, tras supuestamente ser “cogidos en flagrante delito de asesinato y homicidio en la persona de Juan Martín”.

No es casualidad que este sea uno de los juicios contra animales que mejor ha sido documentado en la historia. Estos hechos históricos que están al borde de la ficción inspiraron incluso alguna película; por ejemplo, fueron argumento para la película The Hour of Pig, conocida también como The Advocate.

Otro caso interesante

También podemos mencionar varios otros casos llamativos, como una orden de desalojo que fue dictada contra los ratones silvestres por haberse comido la cosecha. Asimismo, cabe mencionar el gato de Maine, condenado a estar encarcelado por un mes tras haber cortejado sin autorización la minina de una señora muy tradicional.

Ni siquiera el mejor amigo del hombre se ha salvado de los juicios contra animales en la Edad Media. Un perro fue condenado a recibir 20 azotes por actuar como cómplice de un ladrón, que lo había entrenado para robar comida y bolsas. En este caso, el juez dictó una sentencia leve por considerar la ‘naturaleza buena’ de los canes.


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