Investigadores encuentran especies de bóvidos de hace unos 5200 años
Los bóvidos (Bovidae) son una de las familias de mamíferos más conocidas en el mundo, ya que agrupan a varias especies de ganado doméstico como la vaca, la cabra y la oveja. Estos animales tienen una gran relevancia en la economía y en la alimentación humana. Sin embargo, parte de su historia evolutiva aún es un enigma.
En el 2020, un grupo de investigadores analizaron los restos fósiles de especies de bóvidos encontrados en la meseta tibetana, los cuales datan de hace unos 5200 años. Esto abrió un nuevo panorama y generó nuevas hipótesis sobre su relación con los hombres de la época. Sigue leyendo este espacio y descubre más acerca del tema.
¿Por qué existen fósiles en la meseta tibetana?
La meseta tibetana es una planicie extensa ubicada en Asia Oriental. Tiene una distancia de 2500 kilómetros de largo y una altura de más de 4500 metros sobre el nivel del mar. Se encuentra rodeada por el Himalaya y la cordillera de Kunlun, de manera que los animales que la habitan tienen una distribución restringida.
Aunque no lo parezca, hace más de 50 millones de años, una parte de dicha meseta estaba sumergida en el océano, mientras que el resto se encontraba a nivel del mar. Gracias a ello, contaba con una gran diversidad biológica, la cual era susceptible a la fosilización debido a que el agua fomentaba la formación de sedimentos.
Conforme pasó el tiempo, muchas especies quedaron sepultadas en el fondo del océano, pero salieron a la superficie gracias al choque de dos placas tectónicas (india y euroasiática). Esta colisión obligó que emergiera la meseta tibetana y rescató del fondo marino a los numerosos fósiles en formación. Razón por la cual, en la actualidad resguarda una gran cantidad de fósiles animales, tanto terrestres como acuáticos.
¿Qué fósiles se han descubierto en la meseta tibetana?
La meseta tibetana alberga fósiles de distintos períodos geológicos. Esto incluye especies que existieron varios miles de años antes de su formación, como también ejemplares que vivieron después de que emergiera del océano. A pesar de que en este punto ya no contaba con grandes masas de agua, aún mantenía algunos ríos y lagos en su superficie que permitían llevar a cabo la fosilización de animales.
Por si fuera poco, la meseta tibetana sufrió varios cambios climáticos favorables que diversificaron su flora y su fauna, lo cual facilitó la presencia de fósiles después de la colisión de placas. Debido a su historia, es posible encontrar restos fosilizados de peces, dinosaurios, homínidos denisovanos (parientes de neandertales), aves y mamíferos similares a especies actuales.
El descubrimiento de nuevos bóvidos en la meseta tibetana
Un grupo de investigadores de la Academia China de Ciencias, descubrió en el año 2020 los restos fosilizados de lo que parecían ser especies de bóvidos desconocidos. Aunque no era la primera vez que se encontraban con este tipo de fósiles, en esta ocasión decidieron terminar con la incógnita y analizar el ADN de las muestras.
Los investigadores se llevaron una enorme sorpresa al conocer los resultados, ya que se trataba de un ancestro del gaur (Bos gaurus), un bóvido tropical que no se distribuye en esta zona. A pesar de ser un hecho inesperado, los científicos utilizaron la información para sugerir un nuevo enfoque en la historia del surgimiento de la meseta tibetana.
Según explican los especialistas, la meseta tibetana emergió de manera progresiva después de la colisión de las placas tectónicas. Esto significa que llegó a su altura máxima varios después de que emergió a la superficie. Por lo tanto, su clima sufrió cambios, pero se estabilizó en algún punto y permitió la diversificación biológica.
Es posible que las variaciones geográficas y ambientales de la meseta tibetana provocaran cambios drásticos en su temperatura. No obstante, al menos a finales del Neolítico (hace 5200 años), mantenía un clima templado y húmedo que era perfecto para los bóvidos como el gaur. Esta es una de las razones por las que se piensa que la especie logró establecerse en la zona.
¿Por qué es importante la presencia de los bóvidos en la meseta tibetana?
Hace entre 6000 y 3000 años, ocurrió un curioso incremento de la colonización humana en la meseta tibetana. Dicho evento parece estar ligado al desarrollo de actividades como la ganadería y la agricultura. El único problema es que estas técnicas no se dominaron sino hasta hace 4000 años, así que no explican por qué se comenzaron a establecer los hombres en esta zona.
Gracias al estudio realizado, los investigadores resolvieron el enigma y propusieron que los humanos llegaron a la zona por las especies de bóvidos. Al ser fáciles de cazar, la población tuvo recursos para crecer rápido y se asentó en las inmediaciones de la meseta tibetana. Sin embargo, la cantidad de los animales disminuyó con el tiempo, lo que los obligó a depender más de la agricultura y la ganadería.
Esto significa que la presencia de los bóvidos en la meseta tibetana hace 5200 años fue crucial para la colonización humana. Sin ellos, es poco probable que las culturas tibetanas conquistaran esta zona y se adaptaran a los cambios climáticos posteriores.
Como te puedes dar cuenta, los fósiles permiten explicar parte de la historia de los seres vivos y los cambios que sufrió su ambiente. Aunque es un proceso complejo que toma varios años, los especialistas trabajan de manera incansable para revelar sus secretos y conocer mejor lo que nos rodea.
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