Descubre las situaciones que ponen triste a tu gatito

Es normal que pensemos que los gatos no se ponen tristes nunca porque los humanos hemos creído que ellos son demasiado independientes para este tipo de sentimientos. Que son distantes y misteriosos, incapaces de demostrar algo, dicen otros. No obstante, la realidad es muy diferente.

Te invitamos a seguir leyendo para conocer más detalles y lograr develar, de una vez por todas, si los gatos se ponen tristes o no.

Los gatos se sienten tristes y así lo expresan

Sobre el comportamiento y la psiquis de los gatos se han hecho diversos estudios. Incluso, recientemente, el documental En la mente de un gato de Netflix ha puesto en boca de todo el mundo a los mininos, debido a los increíbles descubrimientos que se revelaron allí sobre su forma de ser.

Resulta ser que estos felinos son más emocionales de lo que se suponía hasta el momento, logrando expresarles muchas cosas a sus dueños en un lenguaje complejo para muchos. Así las cosas, hay que decir que sí, los gatos sí se sienten tristes y lo expresan de diferentes maneras.

A continuación, vamos a contarte sobre algunas de las señales para identificar si tu peludo ronroneante está triste o, incluso, deprimido.

Sus hábitos alimenticios cambian

Como buen tutor ya sabrás sobre los hábitos de alimentación específicos de tu gato. Sabrás que está triste o enfermo en el momento en que esa rutina cambie. Es un signo de alarma identificar que tu minino no come como siempre, no exige su alimento si te has retrasado en la hora o come menos de lo acostumbrado.

Siempre cabe la posibilidad que por alguna razón su comida no le apetezca, entonces deberás ofrecerle su platillo especial favorito. Si no lo consume con ánimo o lo desprecia, es hora de visitar al veterinario para evitar deshidratación o enfermedad.

Las deposiciones son inadecuadas

Otra señal de que tu gato se siente triste radica en que empieza a hacer sus necesidades en zonas inadecuadas. Empezará a orinarse o a marcar en sitios no habituales. En ese momento debes alarmarte e identificar si hubo algún cambio en el entorno que llevara al minino a sentirse triste, enojado o enfermo.

Si es algo relacionado con el comportamiento, puedes apoyarte en un etólogo para revisar pautas, pero si resulta que esta causa se descarta, hay que acudir al veterinario. Muchos gatos expresan de esta manera enfermedades renales, hepáticas o de otros tipos.

Dejan de lado sus actividades favoritas

Cuando los gatos se sienten tristes, tienden a ignorar a sus seres queridos o a las actividades que antes les agradaban mucho. Podrá ocurrir que los llames a jugar y simplemente se alejen, pero la paciencia será la clave.

Este comportamiento es común cuando te has ido de viaje o has estado ausente. Tu mascota se sintió triste y tendrás que pedirle disculpas a su manera. Bríndale su alimento favorito, juega y respeta sus espacios, poco a poco la relación volverá a fortalecerse.

Maúllan de forma exagerada o aplican la ley del silencio

Todo depende de cómo se comunique contigo tu gato. Si suele ser muy parlanchín y maullar mucho, cuando se sienta triste preferirá quedarse muy callado a aumentar la vocalización de una forma exagerada.

Esto suele ocurrir cuando hay cambio de domicilio, cuando las gatas entran en calor o los machos sienten amenazado su territorio. Hay muchas razones por las cuales sentirse triste y ellos te harán saberlo.

No se acicalan y se abandonan

Este último comportamiento que vamos a describir en los gatos que se sienten tristes es alarmante. No es normal que los felinos dejen de acicalarse y se abandonen, recuerda que por ello son considerados los más limpios del reino animal.

Más allá de tristeza, este comportamiento puede denotar depresión o enfermedad. Así las cosas, lo mejor es buscar ayuda profesional para ayudarlos. Asimismo, deberás ayudar a tus mininos peinándolos a diario y mimándolos para que se recuperen pronto.

Ahora, ¿has notado que tus gatos se sienten tristes?

Ya sabes cómo actúa tu gato cuando está triste, así que podrás atenderlo inmediatamente esto ocurra y no dejar avanzar su condición. De no hacerlo, la tristeza puede evolucionar a depresión y enfermedad, lo que puede resultar en algo grave.