Enfermedad renal poliquística en gatos: causas, síntomas y tratamiento

La enfermedad renal poliquística es una condición heredada que avanza de forma lenta pero inexorable. Hasta la mitad de los gatos persas la sufren, por lo que se recomienda visitar al veterinario de manera constante para revisar su salud renal.
Enfermedad renal poliquística en gatos: causas, síntomas y tratamiento

Escrito por Samuel Sanchez

Última actualización: 01 agosto, 2022

La enfermedad renal poliquística en gatos es una patología en la que el felino desarrolla quistes en los riñones a lo largo del tiempo. Al momento del nacimiento estos son de pequeño tamaño, pero crecen de forma descontrolada y provocan fallos renales crónicos, sobre todo en animales adultos.

Esta enfermedad es hereditaria y, por ello, existen razas con una mayor predisposición a presentarla. Curiosamente, hasta el 49 % de los gatos persas la sufren, aunque los tutores nunca lleguen a darse cuenta de ello. En el resto de razas, la prevalencia oscila el 16%. Si quieres conocerlo todo sobre la enfermedad renal poliquística felina, sigue leyendo.

¿Qué es la enfermedad renal poliquística?

La enfermedad renal poliquística es un trastorno hereditario que se da en perros, gatos, humanos y otros mamíferos. En nuestra especie es la patología genética hereditaria más común, pues la mutación que la causa está presente en 1 de cada 800 personas.

Como su nombre lo dice, esta patología se caracteriza por producir una serie de quistes o “bultos” dentro de los riñones que interrumpen su función. Conforme la enfermedad se agrava, el tamaño y la cantidad de estos quistes aumenta y pueden llegar a ocasionar la insuficiencia renal.

Causas de la enfermedad renal poliquística en gatos

En todas las especies citadas, la condición se debe generalmente a la mutación del gen PKD1 —o un análogo de este—. Dicho gen codifica la síntesis de la policistina-1, una proteína esencial para la generación y desarrollo tubular en los riñones. Cuando esta falla, se forman quistes líquidos en los riñones, que disminuyen la funcionalidad del órgano lentamente.

Tal y como indican estudios, esta patología es especialmente preocupante en gatos persas. Debido a la mayor presencia de métodos de análisis genéticos, se han visto prevalencias de la mutación en esta raza de hasta un 49 %. Esta enfermedad es autosómica dominante, así que, si uno de los 2 padres la muestra, las crías serán enfermas en el 50 % de los casos.

Aunque la mutación del gen PKD1 afecta principalmente a los gatos persas, algunos linajes derivados de estos como el british shorthair también podrían presentarla. De hecho, no es imposible que otras razas de gatos diferentes padezcan la enfermedad renal poliquística, pero suelen ser casos muy extraños y aislados.

Un gato persa sobre un fondo blanco.

Síntomas

Todos los gatos poliquísticos tienen quistes en los riñones, pero el número y crecimiento de estos depende de cada individuo. En la mayoría de los casos, el felino no comenzará a mostrar signos clínicos hasta los 7 años de edad de media. Entre los síntomas más comunes, encontramos los siguientes:

  • Mayor producción de orina y consumo de agua: los riñones fallan, así que el organismo intenta compensar la falta de depuración con un mayor consumo de agua y micción.
  • Pérdida de peso y falta de apetito.
  • Náuseas y vómitos.
  • Fatiga y apatía.

Estos signos clínicos son típicos de cualquier animal con fallos renales. Si en algún momento decides hacerte con un gato persa, este debe haber pasado pruebas genéticas que confirmen que no es portador de la mutación en el gen PKD1: aunque esté sano, el animal terminará por desarrollar fallos renales crónicos a lo largo de su vida.

Diagnóstico

El animal enfermo no desarrolla tumores de gran tamaño, así que es difícil —por no decir imposible— detectarlos mediante palpación desde casa. Por ello, el gato con síntomas de fallos renales debe acudir al centro veterinario. El profesional le realizará tests genéticos, pruebas de orina y estudios radiográficos que confirmarán su condición.

Todos los gatos portadores de la mutación genética terminan por tener signos de la enfermedad.

Tratamiento de la enfermedad renal poliquística en gatos

Por desgracia, no existe un tratamiento curativo para la enfermedad poliquística en gatos. El mejor abordaje es la prevención, es decir, realizar pruebas genéticas en cualquier gato persa con historial familiar de la patología. En caso de que este sea portador de la mutación en el gen PKD1, no debería cruzarse ni tener descendencia.

Si por desgracia tu gato ya está enfermo, lo único que puedes hacer es armarte de paciencia y tratar que el fallo renal avance lo más lento posible. Para ello, se deben hacer cambios en la dieta del animal, tratamientos de fluidoterapia, inyecciones para drenar los quistes y dosificación de fármacos para manejar el dolor y los síntomas.

Un gato en el veterinario por leucemia felina.

Una reflexión final

La enfermedad poliquística en gatos es incurable, pero se puede prevenir su aparición. El hecho de que hasta el 30 %-50 % de los gatos de raza persa la sufran es, sin duda, un indicativo de que se requiere una mayor regulación a la hora de reproducir ejemplares para mantener las razas «puras».

¿Hasta qué punto merece la pena tener felinos domésticos bellos si esto acarrea un riesgo tan grande para su salud? Si algo queda claro tras las líneas expuestas, es lo siguiente: es necesario controlar la herencia genética de los animales que nos acompañan, sobre todo si las enfermedades heredadas implican la muerte de la mascota a largo plazo.


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