Descubre algunas curiosidades sobre los sentidos de los gatos

Descubre algunas curiosidades sobre los sentidos de los gatos

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 30 noviembre, 2017

Los gatos son animales muy especiales,  sus sentidos y gran inteligencia hacen de ellos unos depredadores formidables y magníficos animales de compañía. Sigue leyendo para que descubras algunas curiosidades sobre los sentidos de los gatos.

Anatomía de los gatos

Una buena parte de sus agudos sentidos se le debe a su estructura muscular, ósea y cartilaginosa. Los mejores sentidos de los gatos son los del oído y la vista. Gran parte de esto se le debe precisamente a la anatomía que compone su cuerpo. Por ejemplo, tienen cerca de treinta músculos en las orejas que les permiten moverlas en todas direcciones y sensores que agudizan significativamente su audición.

Esplendido sentido del oído

Gracias a sus orejas, que funcionan como una antena parabólica, y a detectores sensibles a los ultrasonidos de hasta 65.000 Hz (45.000 Hz más que los humanos), pueden localizar a la distancia, incluso dentro de las paredes o bajo tierra, a los roedores.

Su poderosa audición además les ayuda con otro sentido, el del equilibrio, que les permite saltar, moverse ágilmente y caer de pie cuando saltan desde un lugar alto (de hecho esta habilidad fue la que les costó la fama de tener 7 vidas). Esto se debe a que poseen 3 conductos en el oído interno, y las vellosidades presentes en ellos detectan la posición del flujo y demás partículas presentes en los conductos, que les indican el ángulo exacto en el que se encuentran y la postura correcta en la que deberían estar.

Tienen ojos enormes

gatos

 Los ojos de los gatos tienen muchas curiosidades, por ejemplo ¿Sabías que son considerados los más grandes con relación al cuerpo de todos los mamíferos?.  Esto les permite capturar mayor cantidad de luz, por lo que podrán ver en la oscuridad siempre y cuando se filtre así sea un poco de luz (Aunque no pueden ver en la oscuridad absoluta).

No perciben lo dulce

Aunque parezca un mito, no lo es. Los gatos no perciben los sabores dulces y por este motivo los evitan. Esto se debe a que su organismo está diseñado para alimentarse casi que exclusivamente de carne, por lo tanto cualquier cosa que no lo sea no será lo suficientemente nutritiva para ellos y no valdrá la pena consumirla. Otro motivo es como un método de defensa, los gatos no pueden digerir los azúcares, pues carecen de las encimas para hacerlo, así que es también una forma de evitar el envenenamiento.

El olfato no es indispensable para la caza

A diferencia de los perros, los gatos no se basan en su sentido del olfato para cazar. Esto se debe a que, en comparación con los canes, los gatos tienen un olfato considerablemente inferior, aunque con 67 millones de celulas olfativas es más potente que el nuestro. Sin embargo su sentido del olfato los ayuda en términos de descubrir mensajes a través de feromonas y en general en sus relaciones sociales con otros animales y con el hombre.

La columna y la cola

Los gatos, con 280, tienen 74 huesos más que los humanos, esto explica su gran flexibilidad y en parte su agilidad.  Por ejemplo, la columna vertebral de los gatos está constituida por cerca de cincuenta vértebras, unidas por articulaciones flexibles, lo que les permite saltar con la agilidad con la que lo hacen. Igualmente, un elemento importante para su agilidad es la cola, que funciona como timón o balancín y les ayuda a mantener el equilibrio y girar a gran velocidad durante las persecuciones.

Un rallador por lengua

gato lamiendo

Algunos describen la lengua del gato como un rallador de quesos o un papel de lija. Sin embargo esta curiosa característica es el resultado de años de evolución y les permite recuperar hasta el trozo más diminuto de carne y sangre del cuerpo de sus presas.

Bigotes para ubicarse

Los bigotes de los gatos funcionan como antenas (también llamadas vibrisas) que se encargan no sólo de detectar movimiento, objetos o corrientes de aire, ayudarlos a moverse en la oscuridad y a encontrar sus presas. También les indica  cuales espacios son lo suficientemente anchos para quedar atrapados (pues los bigotes son un poco más largos que su cuerpo).


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