Dermatitis estival equina: causas, síntomas y tratamiento

La dermatitis estival equina es un problema de la piel que afecta a cada vez más caballos domésticos. ¿Quieres saber cómo afrontarla?
Dermatitis estival equina: causas, síntomas y tratamiento

Escrito por Samuel Sanchez

Última actualización: 13 agosto, 2021

La dermatitis estival equina es una condición cada vez más común en los équidos del mundo. Es la enfermedad alérgica más reportada de la piel en caballos y uno de los principales motivos de visita al veterinario, pues se presenta con recurrencia todos los veranos. Su etiología se asocia a la picadura de ciertos insectos en el ambiente, los cuales proliferan en climas cálidos y con humedades relativas altas.

El tratamiento de esta condición es multifactorial, pues requiere que el tutor controle la presencia de insectos, que maneje la sintomatología del animal y que prevenga la exposición en futuras ocasiones al agente biológico conflictivo. Si quieres conocerlo todo sobre la dermatitis estival equina, sigue leyendo.

¿Qué es la dermatitis estival equina?

El término “dermatitis” hace referencia a cualquier tipo de inflamación alérgica de la piel, tal y como indica el portal MSD Veterinary Manuals. Las dermatitis pueden ser de varios tipos: causadas por alimentos, por fallos en el sistema inmunitario, por exposición excesiva al sol, por el contacto con ciertos químicos y otras muchas cosas más.

El signo clínico más común de las dermatitis es el picor constante o prurito. Además, a medida que progresa la inflamación en las diferentes capas de la piel, se suele observar la aparición de “escamas” epidérmicas y costras. Si la afección llega a la capa más interna (dermis), el animal desarrolla dolor, descargas purulentas y caídas de pelo fuera de la época de muda.

Las dermatitis promueven que se instauren infecciones secundarias, pues la piel queda dañada y actúa como vía de entrada para diversos patógenos.

La rinoneumonía equina es un problema grave de salud en caballos.

El agente causal de la dermatitis estival equina

Existe cierta discordancia sobre qué desencadena la dermatitis estival equina. El portal veterinario Girovet indica que puede ser causada por exposición al sol, por el consumo de ciertos alimentos, por picaduras de insectos o por otros muchos procesos alérgicos. De todas formas, la mayoría de fuentes consultadas concuerdan en que la condición se caracteriza por un desencadenante específico.

En general, se ha establecido que la enfermedad es una reacción alérgica provocada por los compuestos de la saliva de invertebrados del género Culicoides. Este taxón engloba a un grupo de moscas dípteras que se alimentan de la sangre del caballo y, en el proceso, promueven la aparición de lesiones locales y transmiten diversas enfermedades.

Tal y como indican estudios, el cuerpo del caballo puede reaccionar a la picadura liberando inmunoglobulinas de tipo E. Este compuesto se une a sus receptores y promueve la liberación de citoquinas y moléculas proinflamatorias, lo cual genera la respuesta alérgica per sé. Dicho de otro modo, el sistema inmunitario del animal reacciona de forma excesiva ante un evento poco nocivo en primera instancia.

Otros artrópodos hematófagos fuera del género Culicoides también pueden desencadenar esta hipersensibilidad.

Síntomas

El síntoma más común de la dermatitis estival equina es la aparición de un picor constante en el animal, seguido de heridas con costras en la piel e infecciones secundarias. Otros de los signos clínicos que se deben tener en cuenta en este cuadro son los siguientes:

  • Ampollas en el lugar en el que se ha producido la picadura.
  • Lesiones con descargas purulentas, sobre todo alrededor de la cabeza y las orejas.
  • Pérdida de pelo en parches, producto del rascado del caballo.
  • Engrosamiento de la piel en las zonas afectadas.
  • Pérdida de pigmentación en el pelo.

Según estudios, el 75 % de los caballos con dermatitis estival equina presentan síntomas moderados, el 16 % graves y el 9 % leves. Sin duda, el cuadro se complica mucho más cuando el caballo desarrolla una infección secundaria debido a la presencia de lesiones.

Diagnóstico y tratamiento

Una vez llega el paciente al veterinario, el profesional preguntará al tutor sobre todos sus síntomas y realizará una exploración física general. De todas formas, el diagnóstico se complica bastante una vez se concluye que es una alergia, pues el problema radica en encontrar el tipo de alérgeno que ha provocado un aumento de los anticuerpos en la sangre del caballo.

Por ello, se suele recomendar coger las moscas o cualquier tipo de artrópodo que esté sobre el animal y llevarlas a la clínica.

Por otro lado, los antihistamínicos son la primera vía de tratamiento en casi todos los casos. Estos fármacos bloquean los receptores de la histamina, uno de los compuestos esenciales en el desarrollo de las respuestas alérgicas. Tras su administración, el cuadro clínico del caballo debería mejorar, pero no siempre se obtienen los resultados esperados.

También se suelen recetar antibióticos en los casos más graves, pues así se evita que se expandan por el organismo las infecciones secundarias desarrolladas en las heridas del animal. No hay cura a la reacción alérgica en sí misma, así que el tutor deberá prepararse para tratarla en futuras ocasiones.

¿Cómo prevenir la dermatitis estival equina?

Debido a que no se puede evitar que el cuerpo del animal responda a la picadura, lo mejor que puede hacer todo tutor es evitar que se produzca el contacto entre la mosca y el caballo en primera instancia. Para ello, los siguientes consejos son de mucha utilidad:

  1. Limitar la exposición del caballo: las larvas de estos dípteros se desarrollan en masas de agua. Por ello, es necesario alejar al caballo de cualquier ecosistema que contenga charcos, ríos o estanques. Las praderas secas son la mejor opción durante la primavera, pues en ellas se evita al máximo la exposición del animal al invertebrado.
  2. Adquirir mallas y vestimentas protectoras: existen productos especiales para caballos que protegen toda su piel de picaduras. En las épocas más problemáticas del año, esta puede ser la única opción 100 % efectiva.
  3. Usar repelentes de insectos: es necesario utilizar repelentes en el entorno del caballo para acabar con todas las moscas que puedan pulular por la zona. Algunos de ellos son específicos para équidos y se pueden aplicar sobre su piel.

Más allá de estas medidas preventivas, cabe destacar que mantener la piel del caballo sana evitará que se desarrollen muchos síntomas dermatológicos en primer lugar. La dieta equilibrada y la aplicación de cremas específicas para équidos ayudarán mucho en este frente.

Un caballo relinchando de forma sonriente.

La dermatitis estival equina es una condición vitalicia. Si tu caballo ha presentado síntomas durante la primavera y verano de un año, lo más probable es que vuelva a experimentarlos al año siguiente y durante toda su vida. Por ello, el mejor de los abordajes es siempre la prevención: protege a tu équido y evita que le piquen las moscas en primera instancia.


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