Las consecuencias de una crisis alimentaria

La adecuada protección del consumidor a lo largo de la cadena alimentaria es fundamental, pero también lo es su estado de información
Las consecuencias de una crisis alimentaria
Érica Terrón González

Escrito y verificado por la veterinaria Érica Terrón González.

Última actualización: 13 abril, 2022

Proteger la salud humana en cada fase del proceso de producción alimentaria es una prioridad de la sanidad pública y la economía de cualquier país. Por eso es tan importante evitar las consecuencias de una crisis alimentaria, que suelen ser negativas.

¿Qué es una crisis alimentaria? ¿Cómo se trata?

Una crisis alimentaria supone que, en un país, se detecte un producto alimenticio que acarree un problema para la salud de sus ciudadanos. Ante esta situación, se confía en las redes de alerta para transmitir, de forma rápida, la información al respecto. Así se decidirá qué actuaciones llevar a cabo a corto, medio y largo plazo.

Procedimiento de actuación frente a una crisis

Ante la aparición de una crisis alimentaria, los pasos que hay que seguir son los siguientes:

  • Primero, las autoridades sanitarias tendrán que identificarla como tal, para poder confirmar su existencia.
  • El siguiente paso será clasificarla, por ejemplo, en función del riesgo para la salud pública o su extensión geográfica.
  • Después habrá que gestionarla y comunicarla.

En todo momento, se recomienda la transparencia y la fluidez absoluta en el intercambio de información.

Consecuencias de una crisis alimentaria

En muy pocos años, la seguridad alimentaria ha pasado a ocupar un lugar principal en los países desarrollados. Y se ha convertido en la gran pesadilla de los países exportadores de alimentos.

Condiciona la producción y el comercio internacional de alimentos, determina la competitividad del sector primario e influye en la demanda de los consumidores.

Familia compra en el supermercado durante una crisis alimentaria
Fuente: https://elpais.com/

Las crisis alimentarias modifican los hábitos de consumo y aumentan la inseguridad alimentaria y la desconfianza. Su impacto, generalmente, deriva del estado de alarma social pública que se genera, muchas veces por la mala comunicación y la desinformación.

Impacto en el sector agroalimentario

Cualquier crisis alimentaria tendrá su reflejo inmediato en el sector agroalimentario e influirá en cómo va evolucionando este. La desconfianza de los consumidores afecta directamente a la relación oferta-demanda y regula el funcionamiento del mercado.

Si se genera alarma en torno a un tipo concreto de carne, como la de vacuno, la tendencia será hacia la reducción de su consumo. En contraposición, aumentarán las ventas de otras carnes, o incluso de otras fuentes proteicas como el pescado o las ‘carnes veganas‘. Cabe destacar que no en todos los lugares del mundo una crisis alimentaria tiene las mismas consecuencias.

Tras la crisis de las ‘vacas locas’, algunos países del mundo afectados por el hambre solicitaron la carne que la Unión Europea procedía a destruir.

Las consecuencias de una crisis alimentaria: la alarma ciudadana

Desde finales de agosto nos encontramos inmersos en un brote de listeriosis por consumo de carne mechada. Han pasado más de 10 días desde el primer fallecimiento y no han cesado de aparecer titulares al respecto, algunos de ellos bastante grotescos. Si bien se trata de un problema sanitario de especial relevancia, la manera de tratarlo en los medios de comunicación y las redes sociales no es la adecuada.

Perro con gafas y periódico leyendo noticias

El estado de alarma en la ciudadanía está contaminado por el mal uso de las tecnologías de la comunicación. Los medios han encontrado en las crisis alimentarias un terreno ideal para crear noticias de primera página. Esto, sumado al desconocimiento general de los verdaderos riesgos para la salud, crea situaciones artificiales que poco tienen que ver con la realidad.

No podemos permitir que lo urgente quite sitio a lo importante. Y no porque este brote sea noticia significa que es la única crisis alimentaria a la que debemos prestar atención.

Ante situaciones de esta gravedad, hay que acudir a las autoridades competentes, que son las que disponen de la información adecuada. Hay que mantener la discreción y seguir cuidadosamente las instrucciones indicadas para evitar que el brote se extienda o que aparezcan nuevos riesgos. Y nunca tomar decisiones drásticas y dejar de consumir para siempre un alimento por razones equivocadas. Porque los perjudicados al final siempre son los mismos: el ganadero y el consumidor.

Fuente de la imagen principal | https://www.cdc.gov


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