Los caballos de Chernóbil: ¿Cómo sobreviven?

En la zona de exclusión de Chernóbil, donde la radiación alcanza niveles extremadamente peligrosos, prospera una de las pocas poblaciones de caballos de Przewalski del mundo.
Los caballos de Chernóbil: ¿Cómo sobreviven?
Francisco Morata Carramolino

Escrito y verificado por el biólogo Francisco Morata Carramolino.

Última actualización: 02 agosto, 2022

La catástrofe de Chernóbil causó la evacuación de la ciudad y sus alrededores. Tras la explosión, se estimó que toda esa zona quedaría como un páramo inhabitable durante miles de años. Sin embargo, tras la desaparición de los humanos, la vida silvestre ha vuelto a florecer y los caballos de Chernóbil son la prueba viva de ello.

A pesar de los altísimos niveles de radiación, Chernóbil se ha convertido en un refugio para su exuberante biodiversidad. Especies de animales que están desapareciendo de otros lugares a causa de la presión humana han colonizado este lugar y cuentan con poblaciones numerosas.

Este es el caso de los caballos de Przewalski, que se introdujeron en Chernóbil 12 años después de la explosión. Estos équidos han estado al borde de la extinción, por lo que sus poblaciones crecientes en la zona de exclusión constituyen una oportunidad única para su conservación. Si quieres aprender más sobre ellos, sigue leyendo.

Características de los caballos de Chernóbil

Hasta hace unos años, se creía que los caballos de Przewalski eran la única especie de caballo silvestre que quedaba en el mundo. Sin embargo, estudios recientes publicados en la revista Science han descubierto son descendientes asilvestrados de caballos domesticados por los Botai, una de las primeras culturas que domesticó a estos animales.

Actualmente, estos equinos están clasificados bajo la subespecie Equus ferus przewalskii. Aunque realmente no son caballos silvestres puros, son lo más cercano que existe a ellos. Como tal, conservan muchas de las características que mostraban los antiguos antepasados silvestres.

Los caballos de Przewalski son más pequeños, cortos y musculosos que los ejemplares domésticos típicos. Su aspecto general es robusto y algo rechoncho y el color es canela o anaranjado en la mayoría del cuerpo, haciéndose más oscuro en la cabeza.

El hocico y la barriga de estos caballos son blancos. Las patas, la cola y la melena, que recorre el cuello y la cabeza, son de color negro. Durante el invierno, estos mamíferos desarrollan un pelaje grueso, mientras que en verano este es más corto.

Un caballo de Chernobyl mira a cámara.

Ecología de los caballos de Przewalski

Estos caballos suelen vivir en manadas, que normalmente consisten en un macho adulto, una serie de hembras y sus crías. Cuando las crías alcanzan los 2 o 3 años de edad, abandonan estas manadas. Las hembras jóvenes suelen unirse a otras manadas consolidadas.

Los machos, por otra parte, forman manadas con otros machos jóvenes o machos demasiado viejos para defender grupos de hembras. Cuando alcanzan en torno a 5 años, los machos intentan formar manadas propias, arrebatándoselas a otros machos o atrayendo a hembras dispersantes.

Su rango natural ha sido destruido casi por completo por los usos humanos. Por lo tanto, actualmente solo se encuentran en partes de China, Mongolia y, por supuesto, los alrededores de Chernóbil en Ucrania y Bielorrusia.

En cuanto a sus hábitats, estos caballos suelen encontrarse en praderas, estepas o zonas semidesérticas. Es importante la presencia de vegetación herbácea o de matorrales, de los que se alimentan. Los caballos de Chernóbil a menudo utilizan las estructuras humanas abandonadas como refugio, para protegerse del frío o de los parásitos.

¿Cómo han sobrevivido los caballos de Chernóbil?

Los niveles de radiación en Chernóbil han disminuido desde la explosión. Aun así, todavía son increíblemente peligrosos para todo ser vivo pluricelular, incluidos los humanos.

Hoy en día, los efectos concretos de la radiación sobre los animales de esta zona no son del todo conocidos. Aun así, se ha observado que estos équidos tienen una mayor tasa de mutación, presentan más deformidades y defectos, menor esperanza de vida y otra serie de problemas que amenazan su salud.

Además, parece haber menos abundancia de algunos animales en las zonas con una mayor cantidad de radiación. Las especies de invertebrados parecen estar sufriendo estos efectos especialmente.

Por otro lado, es posible que los animales estén desarrollando adaptaciones fisiológicas o comportamentales para resistir la radiación, aunque esto aún está siendo investigado.

A pesar de todo ello, está claro que los animales de Chernóbil están prosperando como en pocos lugares del planeta. Esto parece especialmente cierto para las especies de grandes mamíferos, cada vez menos abundantes en el resto del mundo.

Esta extraña situación parece indicar que la presión que ejercen los seres humanos sobre el medio ambiente es aún más grave que la explosión de un reactor nuclear. A pesar de la tan dañina radiación, los animales silvestres son capaces de prosperar siempre que los humanos y su influencia desaparezcan.

Una vista panorámica de Chernobyl.

Chernóbil sirve hoy en día como un refugio inusual para la vida silvestre. Ante esta inesperada oportunidad, es importante proteger la zona y no recuperar la actividad humana. Esto permitirá la conservación de sus especies y asegurará la salud de las personas.


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