4 mitos sobre el bigote de los gatos

El bigote de los gatos es muy importantes en su vida diaria, pues les sirve para apoyar su visión, ubicarse, cazar y hasta expresar su estado de ánimo.
4 mitos sobre el bigote de los gatos
Samuel Sanchez

Revisado y aprobado por el biólogo Samuel Sanchez.

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 10 mayo, 2021

Así como se dice que los felinos negros dan mala suerte, que el ronroneo indica que son felices o que se les debe dar leche de vaca, también hay varios mitos entorno al bigote de los gatos. 

Los bigotes de los gatos están arraigados profundamente en la piel, rodeados de nervios, células sensitivas y músculos, conectados a su sistema locomotor y nervioso. De esta manera, envían mensajes sensoriales a su cerebro y se convierten en exploradores incansables. Aquí podrás conocer 4 mitos en torno a estas estructuras. 

1. Solo sirven para que los gatos estén ubicados

Los bigotes son muy sensibles a las vibraciones y cambios del entorno. Por ello, son de esencial importancia para la orientación espacial del felino, junto con el resto de los sentidos, según la etóloga Rosana Álvarez. Con base en esta premisa, se puede confirmar que no sirven solo para la ubicación.

A los bigotes también se les llama vibrisas, pues por medio de ellos los gatos perciben el aire y los objetos cercanos. De esta manera —cuenta el diario El Comercio—, los félidos pueden detectar el tamaño y la ubicación de los elementos a su alrededor.

Asimismo, estas estructuras les ayudan a los gatos con su visión cercana, con su visión nocturna, a caminar en línea recta, calcular las distancias cuando saltan y distinguir el tamaño y localización de sus presas. 

De todas formas, los bigotes no solo sirven para medir el ancho de los lugares por donde el gato circula o la proximidad de los objetos. Además de todas estas funciones, estos ayudan a determinar el estado de ánimo del animal. 

Si el gato está relajado, sus bigotes estarán levemente hacia un lado; si está feliz o curioso, sus bigotes se encontrarán extendidos. A medida que se interesa más en algo, estas estructuras se extienden hasta quedar por delante del hocico y, si tiene miedo o está irritado y enfermo, sus bigotes se irán hacia atrás.

Ser el mejor amigo de tu gato no es difícil.

2. Los bigotes están solo en la cara

Los bigotes son pelos táctiles multifuncionales —más gruesos y más largos que todo el pelaje del gato— situados en los ojos, orejas, mandíbula y patas delanteras. Son vellos sensoriales muy sensibles que cumplen la función de un útil radar. Así pues, no son estructuras solamente faciales.

3. Se puede cortar el bigote de los gatos

Imagínate que eres un félido y que todas estás características mencionadas anteriormente dejan de existir en tu vida. Los bigotes de los gatos son esenciales para su vida diaria, en su ubicación y comodidad en un entorno. Por estas razones, nunca le cortes los bigotes a un gato ni se los jales, pues se puede desorientar y asustar sin este exquisito radar. 

Además, estas estructuras cuentan con muchas terminaciones nerviosas y, si las cortas, al gato le dolerá. Por otro lado, si por alguna razón tu mascota pierde sus bigotes, estos volverán a crecer en uno o 2 meses —si todavía tienen su bulbo piloso saludable—. 

4. El gato pierde el equilibrio sin bigotes

Como se mencionó, los gatos usan sus bigotes como sensores o radares, pero no para mantener el equilibrio. El equilibrio en el gato es un sofisticado circuito formado por el sistema muscular, táctil y visual. 

Si el félido llegara a perder sus bigotes, tendría que apoyarse mucho más en estos otros sentidos para explorar el territorio, ver de cerca y de noche, cazar y expresar sus emociones. De todas formas, esto no significa que fuese a perder la capacidad de movimiento y el equilibrio por completo.

El bigote de los gatos es esencial.

Como puedes ver, el bigote de los gatos es necesario y hay muchas características que debes tener en cuenta como propietario. Así, cuidarás mejor a tu felino y le evitarás situaciones que lo incomoden o perjudiquen. 


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