Virus de Inmunodeficiencia Felina (VIF)

Esta enfermedad debilita el sistema inmune de los gatos, y los síntomas no son fácilmente detectables. El contagio se da generalmente entre machos callejeros que pelean entre sí, por lo que se debe prevenir el contacto con estos ejemplares.
Virus de Inmunodeficiencia Felina (VIF)
Francisco María García

Escrito y verificado por el abogado Francisco María García.

Última actualización: 27 junio, 2022

Esta enfermedad, el llamado Virus de Inmunodeficiencia Felina (VIF) también conocido como el sida felino, es un padecimiento que debilita el sistema inmune del gato. Se contagia por la entrada del virus en el torrente sanguíneo. Por lo común, esto ocurre cuando un gato recibe la mordedura de otro infectado.

Los signos clínicos pueden llegar a ser peligrosos, así que es importante poner atención a las mascotas. Es fundamental recalcar que aún no existe cura para esta patología. Por ello, es crucial minimizar la posibilidad de que el felino la contraiga. Sigue leyendo este espacio y descubre más acerca del Virus de Inmunodeficiencia Felina (VIF)

¿Qué es el Virus de Inmunodeficiencia Felina?

De manera forma, el Virus de la Inmunodeficiencia Felina es un patógeno que afecta las células inmunes del cuerpo. Debido a esto, los felinos se vuelven susceptibles a la invasión de cualquier otro patógeno. Es similar a la leucemia felina, pues ambos pertenecen a la misma familia taxonómica.

¿Cómo se transmite?

El contagio generalmente ocurre en machos que salen con frecuencia al exterior y se pelean entre sí por el control de las hembras en celo. Por ello, es poco habitual que se transmita a felinos de interior que además estén castrados. Las hembras, por su parte, también están expuestas al virus, así como sus crías durante el parto y lactancia.

Debido a que el virus se encuentra de manera principal en la saliva del huésped, los felinos se pueden contagiar al acicalarse, al compartir la comida o al compartir el bebedero. De la misma forma, el contacto sexual podría ser otra forma de contagio, pero se cree que esto no ocurre de manera frecuente.

Prevalencia de la enfermedad

Solo entre 1,5 y 3% de la población de gatos está infectada, aunque se piensa que solo el 15% de este grupo presenta algún síntoma o afectación de la enfermedad. Al tratarse de una afección que ataca al sistema inmunitario, es difícil notar si el gato lo padece; entre los únicos síntomas está la consecuencia de que el animal se vuelve vulnerable a otro tipo de enfermedades.

Gato con sida felino

Síntomas del Virus de Inmunodeficiencia Felina

Como hemos visto anteriormente, el virus de inmunodeficiencia felina hace al gato vulnerable a muchas afecciones que no sufriría si tuviera su sistema inmunitario sano. Esto significa que los síntomas de la patología son poco específico, lo que dificulta detectarla a simple vista. Algunos de los signos clínicos que pueden o no aparecer son:

  • Fiebre.
  • Inflamación de ganglios linfáticos.
  • Diarrea.
  • Pérdida del apetito.
  • Gingivitis.
  • Rinitis.
  • Conjuntivitis.
  • Uveítis.

Una pista para detectar con facilidad la enfermedad puede ser que el animal recaiga constantemente en una misma enfermedad ya tratada. Otra es que sufra con frecuencia infecciones secundarias, como las dermatológicas, de encías, urinarias y respiratorias. No obstante, también se pueden observar la caída del pelo, la pérdida de peso y la aparición de fiebre sin motivo aparente.

¿Cómo se diagnostica?

El diagnóstico del Virus de Inmunodeficiencia Felina no se puede realizar solo con base en los síntomas. Por esta razón, es necesario utilizar pruebas clínicas que detecten anticuerpos especiales del virus. También se puede intentar aislar el virus o detectar por medio de análisis en PCR.

Qué hacer si el gato está infectado con el Virus de Inmunodeficiencia Felina

Ante la sospecha, debe acudirse al veterinario de inmediato para llevar a cabo la analítica correspondiente en busca de descarte o confirmación.

La enfermedad provoca descenso de leucocitos y de glóbulos blancos, que son los encargados de combatir las infecciones. Es frecuente también la presencia de anemia.

Hay que aclarar que para este virus aún no existe vacuna y que no lo padecen los humanos, así que no hay peligro de transmisión de gatos a personas.

Evitar contagio del sida de los gatos

Entre los especialistas existen dos posturas de opinión sobre el contagio. Unos afirman que es muy difícil e inusual, y otros que puede transmitirse a gatos sanos a través de saliva y otros fluidos.

Tratamientos disponibles

No existe un tratamiento eficaz que logre curar la infección, por lo que se emplean fármacos paliativos que buscan estabilizar al paciente y mantener su calidad de vida. Esto implica curar las infecciones secundarias, aplicar analgésicos adecuados para el control de dolores crónicos y modificar la dieta del felino.

En algunos casos, el veterinario podría sugerir utilizar medicamentos antivirales. Gracias a ellos, se reduce la gravedad de los síntomas y se evita en cierto grado el contagio a otros gatos. Sin embargo, este tratamiento no siempre ofrece resultados satisfactorios.

¿Cómo se debe cuidar a un gato infectado con el Virus de Inmunodeficiencia Felina?

Si un gato se encuentra contagiado de esta enfermedad, lo primero que se debe hacer es confinarlo en el hogar y no dejar que salgo bajo ningún motivo. Se debe tener en cuenta que el felino se vuelve un foco de contagio para otras mascotas, de manera que lo más prudente es alejarlo de otros animales para salvaguardar su salud. Además, necesitará varios cuidados extra, como por ejemplo:

  • Cambiar su dieta por una más completa y equilibrada.
  • Evitar carne cruda, huevos y alimentos expuestos a la intemperie.
  • Mantener actualizado su cuadro de vacunación (cuidado especial con vacunas atenuadas).
  • Programar horarios de juego y ejercicios diarios.
  • Mantener visitas frecuentes con el veterinario (mínimo 1 vez cada 6 meses).

Los puntos anteriores buscan mejorar la salud general del felino, pues así se refuerza un poco su sistema inmunitario. A pesar de ello, es necesario aclarar que podría ser imposible evitar que se enferme en algún momento. Debido a ello, es crucial mantener contacto con un veterinario especializado en manejar este tipo de enfermedades.

Medidas adicionales

Aunque este padecimiento hasta ahora es incurable, es posible mantener sus efectos bajo control. Se evita así que el gato sea presa de enfermedades, que contagie a otros y se le garantiza calidad de vida. Para ello deben tomarse las siguientes medidas:

  • Extremar los cuidados de su salud, cuerpo y entorno, para evitar que lo afecten enfermedades oportunistas. Debe completarse y actualizarse el protocolo de vacunación; así se protege al gato de algunas infecciones bacterianas.
  • Es necesario el control de parásitos que puedan atacar a nuestra mascota. La terapia indicada en esta enfermedad, aunque es incurable, son los antivirales y los inmunomoduladores.
  • Si el animal se ha enfermado producto de bajas defensas, hay que aplicar todos los protocolos de tratamiento hasta lograr una curación completa y evitar recaídas.
  • Aplicar cuidados de mantenimiento de la salud del felino indicados por el veterinario, como transfusiones, complementos dietéticos e hidratación endovenosa. Quizá le sean prescritos antiinflamatorios y anabolizantes.
  • Castrar a los machos para evitar que contagien a otros, por heridas producto de peleas por apareamiento.
  • Si es posible, evitar que el macho pueda escapar del hogar. Debido a que las mordeduras en peleas se deben a la competencia por las hembras, es recomendable impedir que los machos salgan.
  • En la convivencia con otros gatos en el hogar, evitar la rivalidad y las peleas entre ellos para eliminar la posibilidad de heridas abiertas.

Como se ve, el Virus de Inmunodeficiencia Felina (VIF) no tiene necesariamente que conducir al gato a la enfermedad y la muerte. La mascota puede vivir muchos años bajo los cuidados adecuados y sin contagiar a otros.

Si, a pesar de los cuidados, su salud y bienestar se encuentran muy comprometidos y el animal sufre con frecuencia, es posible que la eutanasia aparezca como una opción. No obstante, esto solo puede ser propuesto por un veterinario después de revisar la condición del felino. Recuerda que no siempre el gato puede vivir con esta enfermedad, así que es mejor optar por lo que es mejor para él.


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