Urolitiasis en gatos: causas, síntomas y tratamiento

La urolitiasis en gatos provoca en ellos falta de micción, dolor abdominal, excreción de orina con sangre y otros síntomas muy alarmantes. Si no se trata, puede ser letal.
Urolitiasis en gatos: causas, síntomas y tratamiento

Escrito por Samuel Sanchez

Última actualización: 14 marzo, 2021

La urolitiasis en gatos es una entidad clínica que se caracteriza por la aparición de piedras —nefrolitos y urolitos— en los riñones o alguna parte del tracto urinario del animal. El 1 % de los felinos domésticos sufrirán esta patología a lo largo de su vida y, además, esta puede ser mortal en los casos más graves.

Cuando las piedras minerales formadas en el tracto urinario del animal bloquean algún conducto, la vida del felino corre grave peligro. En las siguientes líneas te presentamos las causas y síntomas de la urolitiasis en gatos, con el objetivo de que puedas detectarla a tiempo, antes de que se convierta en una patología letal. No te lo pierdas.

¿Qué es la urolitiasis en gatos y qué la causa?

Los minerales circulantes en la orina de forma natural se pueden terminar convirtiendo en acúmulos cristalinos. Los cristales en felinos domésticos suelen estar compuestos de oxalato cálcico —en un 70 % de los casos—, estruvita, fosfato cálcico, purinas y otros compuestos entremezclados.

La urolitiasis es una consecuencia directa de la pérdida de solubilidad de los iones circulantes en la orina, evento que provoca su precipitación y formación de cristales. Estos acúmulos minerales aparecen como consecuencia de ciertos cuadros patológicos, ya que en una situación de normalidad la orina inhibe la formación de cristales y que surjan las piedras.

La composición de los urolitos puede dar pistas del agente causal de la enfermedad, pero los veterinarios del mundo todavía no tienen claro qué causa su deposición en todos los casos. De todas formas, podemos citar una serie de factores probablemente desencadenantes en la siguiente lista:

  1. Niveles demasiado elevados de calcio y otros minerales en el organismo. La enfermedad renal crónica y las neoplasias pueden fomentar esta condición, pues al no poder filtrar correctamente los riñones la sangre, algunas sustancias se acumulan.
  2. Un pH urinario atípico. Si el pH de la orina es más alto o más bajo de lo normal, se puede propiciar la deposición de cristales minerales con distintas propiedades químicas.
  3. Orina demasiado concentrada que permanece almacenada en el organismo. La retención de orina puede favorecer la aparición de urolitiasis, y esta puede verse desencadenada por estrés, obesidad, problemas neurológicos o desajustes ortopédicos, entre otros.

De todas formas, estos eventos clínicos no aseguran la aparición de una urolitiasis en gatos. Las enfermedades adquiridas y las predisposiciones congénitas pueden jugar un papel muy relevante en la surgencia de cálculos renales, pero su mecanismo de aparición aún no se conoce del todo.

El reencuentro de un gato y su tutor.

Síntomas

Tal y como indica el portal MSD Manuals, un gato con urolitos de pequeño tamaño puede ser asintomático. De todas formas, los acúmulos minerales más grandes son capaces de obstruir ciertos canales esenciales para la micción, lo que se evidencia con diversos signos clínicos. Entre ellos, destacamos los siguientes:

  • Dificultad para orinar, evento que se traduce en una micción reducida. Cuando el gato es completamente incapaz de expulsar orina, se presenta un cuadro clínico conocido como anuria.
  • Sangre en la orina (hematuria).
  • Micciones fuera del arenero en lugares y momentos muy dispersos.
  • Dolor, aunque los gatos son expertos en enmascararlo.

Cabe destacar que, en algunos casos, los urolitos son «inactivos». Esto quiere decir que no muestran signos de infección, no crecen y no están obstruyendo ningún conducto. En estos escenario se puede retrasar su extracción, pero el animal debe ser monitoreado de forma periódica.

Diagnóstico y tratamiento de la urolitiasis en gatos

En algunos casos, el veterinario es capaz de palpar las piedras directamente, al tocar el abdomen del gato. De todas formas, siempre son necesarios análisis de orina y pruebas de imagen que muestren el aparato urinario del felino. Además, es esencial obtener una muestra de un urolito para describir su composición química y posibles agentes causales.

Uno de los métodos más eficaces para tratar la urolitiasis es la litotripsia extracorporal por ondas de choque (LEOCH). En él, se usan ondas ultrasónicas que destruyen los cristales minerales, lo que permite la desobstrucción de los canales urinarios y el paso de la orina. La disminución del diámetro de las piedras favorece su eliminación.

En los casos más graves, puede ser necesaria una cirugía inmediata que recurra a la eliminación manual de las piedras. Estas serán enviadas a un laboratorio y analizadas, con el fin de comprender cuál ha sido el agente causal y cómo actuar tras la operación.

Prevención

Es difícil prevenir una urolitiasis en gatos, pues algunos felinos están predispuestos genéticamente a sufrir fallos en los riñones. Por ejemplo, hasta el 50 % de los felinos de raza persa desarrollan riñones poliquísticos, una condición que termina siendo letal con el paso del tiempo. Por desgracia, estas enfermedades no se pueden evitar. 

De todas formas, se cree que una dieta baja en proteínas minimiza las probabilidades de formación de cristales. Además, se recomienda aportar al felino alimentos húmedos con asiduidad, pues cuanto más agua consuma el gato —de forma directa o indirecta—, más diluida estará la orina que produzca.

Un gato comiendo de su bol.

Como habrás podido comprobar, esta enfermedad aún es bastante desconocida en el mundo veterinario. Se han registrado sus síntomas y tratamientos, pero en muchas ocasiones las causas no son nada claras. Por ello, más que prevenir la enfermedad, es necesario detectarla a tiempo si aparece y acudir rápidamente al veterinario.


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