Señales de alerta para saber si mi perro es alérgico
La alergia es una reacción exagerada del cuerpo frente a sustancias que normalmente se toleran, por lo que se trata de una respuesta que no tiene que ocurrir. Se genera porque el sistema inmunológico funciona de una manera alterada y detecta a esas moléculas como extrañas. Al igual que en los humanos, los canes también pueden sufrirlas. ¿Conoces las señales de alerta cuando un perro es alérgico?
Las razas afectadas por alergias son diversas, al igual que las edades en que se observan los síntomas. También existen diferentes sustancias implicadas. En cualquier caso, hay signos distintivos que permiten identificar si un perro es alérgico. Aquí te los presentamos, así como lo que debes hacer ante estos casos para mejorar la salud de mascota.
Alergia en los perros
Las diferentes reacciones alérgicas en los canes ocurren frente a moléculas variadas, llamadas alérgenos. Estas partículas son inocuas para los individuos, afectando solo a los alérgicos, en los que causan procesos inflamatorios característicos. Los alérgenos provienen bien del alimento, el ambiente o los medicamentos. Además, existen casos de respuesta a más de una molécula.
Las alergias alimentarias presentan baja incidencia. Los alérgenos que las causan son proteínas de gran tamaño. Las más frecuentes incluyen las de la leche, el trigo, el huevo, el pescado, la soja y otras. En un estudio realizado en la Universidad de Chile entre el año 2009 y 2012, se obtuvo un 0,8 % de frecuencia de estas patologías en perros desde los 4 meses a los 14 años de edad.
Las alergias ambientales pueden producirse de manera estacional o constante, con base en la fuente de los alérgenos. Se generan frente a sustancias diversas como los ácaros domésticos, el polvo, el polen, ciertas plantas, los hongos y los insectos.
Estudios efectuados en Andalucía, mostraron los alérgenos más comunes en perros con dermatitis atópica. En ese caso, los protagonistas fueron diferentes especies de ácaros, seguidos del polen del olivo, la pulga y el polvo. También se observó alergias a más de 1 molécula.
¿Cuáles son las señales de alerta para saber si un perro es alérgico?
Existen diferentes señales o signos que nos indican que nuestra mascota puede estar sufriendo de alergias, estos son los siguientes:
- Prurito: es el de mayor ocurrencia en cualquier tipo de alergias. Se observa como un enrojecimiento e inflamación en la piel. Por lo general, en la cara, las orejas, las axilas, la ingle y cerca del ano. Son evidentes los arañazos, las mordeduras y los deslizamientos del can sobre su trasero. Además, puede presentar caída del pelo y pérdida del color en las áreas más afectadas producto de los lamidos y mordiscos constantes.
- Otitis: corresponde a la patología secundaria más frecuente relacionada con la alergia en los canes.
- Ojos rojos: el órgano de la vista también puede verse afectado con enrojecimiento y lagrimeo.
- Problemas gastrointestinales: otras señales de alerta en un perro alérgico son las afecciones del sistema digestivo, como los vómitos, las diarreas y las flatulencias.
- Trastornos respiratorios: puede presentarse tos, dificultad respiratoria, así como los estornudos.
- En casos poco frecuentes, también ocurren reacciones alérgicas agudas, con hinchazón facial o incluso shock anafiláctico. Este último amerita tratamiento de inmediato, debido a que corre peligro la vida del perro.
¿Qué hacer ante las señales de alerta de un perro con alergia?
Si sospechamos que nuestro can está sufriendo de alergias, necesitamos orientación de un experto. Por ello, se debe acudir al veterinario para que este efectúe el diagnóstico definitivo e indique el tratamiento más adecuado.
Diagnóstico
El diagnóstico de las alergias, no es tan fácil, ya que puede resultar en un proceso largo. Lo primero que hará el veterinario es una investigación exhaustiva de los síntomas. Además, descartará otras causas o patógenos, como los parásitos. Si se eliminan las opciones posibles y se tratan los signos, se procede a realizar una dieta de eliminación o exclusión, para saber si existe una alergia alimentaria.
Esta dieta se efectúa por un lapso mínimo de 8 semanas. Durante ese tiempo, se ofrece al can alimentos que no ha consumido antes, para depurar su cuerpo de los posibles alérgenos ingeridos. Solo se suministra una fuente de proteínas y una de carbohidratos (arroz o patata con piel). Se puede establecer un régimen casero u optar por uno comercial.
El veterinario también realiza un listado de todos los alimentos regulares en la dieta del perro. Si se observa mejoría clínica tras ese período de eliminación se procede a efectuar una etapa de provocación, en la que se le ofrece al animal sus comidas habituales con el fin de comprobar la alergia. Esto se lleva a cabo durante 7 a 15 días más. En caso de que vuelvan a aparecer los síntomas, se inicia de nuevo el menú de eliminación.
Si la dieta de eliminación no ha dado resultados definitivos de alergia alimentaria, se pueden realizar pruebas cutáneas o serológicas para tratar de detectar sensibilidad frente a moléculas ambientales como el polen, los ácaros, el polvo, las pulgas, entre otros.
Tratamiento
Debido a la variedad de síntomas que pueden aparecer en cada perro, el tratamiento va acorde al paciente. No existe una cura definitiva de las alergias, solo se procura eliminar o reducir los signos clínicos y mejorar la calidad de vida.
Lo más importante es tratar de que nuestra mascota no permanezca en contacto con el alérgeno que le causa el proceso inflamatorio. Por ello, se debe proporcionar una alimentación adecuada o modificar su alrededor, según sea el caso. Mantener la limpieza también es crucial. Además, hay que prestar atención a los oídos y asearlos de manera regular. Recuerda que el tratamiento te lo debe suministrar el veterinario.
En definitiva, las señales de alerta de un perro alérgico son variadas, dependen de la fuente del alérgeno y de la respuesta individual de cada mascota. Prestar atención a los detalles, puede hacer la diferencia para lograr un diagnóstico apropiado, siempre de la mano de un especialista. Aunque el proceso sea largo, el compromiso de los tutores es fundamental para conseguir el bienestar del can, su salud vale el esfuerzo.
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