¿Cuáles son los retos futuros en la protección animal?

El avance de los derechos de los animales en la actualidad es innegable, pero todavía falta mucho por recorrer. Las políticas de protección de mascotas, pero también de otros animales silvestres, son realmente la clave. Aquí te contamos un poco más sobre esta cuestión, siempre de actualidad.
¿Cuáles son los retos futuros en la protección animal?
Francisco María García

Escrito y verificado por el abogado Francisco María García.

Última actualización: 05 octubre, 2019

A pesar de los avances, es evidente que aún nos queda mucho por caminar hacia una sociedad donde impere el respeto por los animales y una lógica de producción ética y sustentable. No obstante, también es innegable que las leyes y las políticas públicas de protección animal han evolucionado mucho en las últimas décadas.

Es evidente la existencia de puntos críticos que en la actualidad destacan como los grandes retos del futuro en materia de bienestar animal, principalmente si tenemos en cuenta que la mayoría de los avances se han centrado en la protección de animales de compañía, dejando a un lado tanto la fauna silvestre y los animales de la industria alimenticia.

También es cierto que cada país deberá enfrentar sus propios desafíos, dependiendo de sus tradiciones, sus leyes y estructuras jurídicas, la cultura trasmitida de generación en generación, la lógica de consumo, la educación y la condición socioeconómica de sus habitantes, entre otras variables. Un buen ejemplo son los toros en España.

Toros en España

A continuación, analizaremos los grandes retos comunes de la protección animal de los que nuestras sociedades tendrán que hacerse cargo en los próximos años. ¿ Hacia dónde camina el movimiento animalista y cómo esperamos que nuestros representantes respondan?

El futuro de la protección animal: ¿más allá de los animales domésticos?

Como hemos visto al comienzo, uno de los grandes desafíos de la protección animal en el futuro será superar mitos y conceptos sobre la ‘función’ que cumplen determinadas especies; estos animales están en el origen de nuestras sociedades e incluso componen la identidad cultural de muchos países.

Tradicionalmente, tendemos a tener más empatía con los animales de compañía, aquellos que tienen mayor proximidad afectiva con los seres humanos. Está claro que ciertos animales son fuentes de recursos para nuestra sociedad.

Esta diferencia de trato también se hace notar en el ámbito jurídico. Por un lado, se presenta una Proposición de Ley que propone crear un estatus judicial especial para los animales de compañía para que dejen de ser considerados jurídicamente como ‘bienes muebles’ y sean reconocidos como seres dotados de sensibilidad.

No obstante, en este mismo país miles de animales pasan toda su vida enjaulados en condiciones lamentables y la caza continúa siendo comprendida como una actividad recreativa regulada. Esto evidencia que el concepto de protección animal y los avances en el combate al maltrato se viene centrando en las mascotas.

En este sentido, superar la noción de que la existencia de ciertos animales se resume simplemente en servir al hombre es un desafío complejo, pero urgente y necesario.

Si no conseguimos esta evolución, será muy difícil avanzar en la protección animal a la fauna silvestre y a los animales ‘de granja’. Y casi imposible conseguir un cambio de estatus jurídico aplicable a todas las especies.

Derecho animal y derechos de los animales: retos distintos, pero igualmente importantes

Cuando hablamos del derecho animal no necesariamente nos referimos al reconocimiento de los derechos de los animales. O sea, el hecho de que se reconozca el derecho animal como una disciplina dentro del derecho y se imparta en las universidades, no implica directamente que se reconozca que los animales son poseedores de derechos a nivel jurídico.

Derechos de los animales

Así mismo, estos aspectos representan desafíos importantísimos en el futuro panorama de la protección animal. Por un lado, necesitamos seguir promoviendo la enseñanza del derecho animal es más universidades.

No olvidemos que necesitaremos profesionales capacitados para impulsar la creación de nuevas leyes que viabilicen y optimicen las políticas públicas integrales de bienestar animal a nivel estatal. ¿Y por qué no defender su inclusión en el plan escolar básico en las escuelas?

Este desafío se interconecta con el de avanzar en el reconocimiento de los derechos básicos de los animales; los expertos en derecho animal pueden marcar una gran diferencia en el progreso del estatus jurídico de los animales. Ello resulta fundamental para equiparar el trato entre todos los animales, lo que vence la limitación a las mascotas.

Conclusión

Se hace necesario un análisis amplio e integral respecto al bienestar animal, que involucre todos aquellos aspectos de una sociedad que determinan su relación con los animales. Solo así dejaremos de tener políticas puntuales y controversias, para empezar a establecer una base sólida para una sociedad que vive y produce de forma ética y sustentable.


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